Pues ya lo he dicho, y, además, lo repito: Desde el río hasta el mar Palestina será libre.
Una Palestina que convivirá con Israel y en la cual ambos pueblos, ambos países, ambos estados estarán libres de gobiernos basados en leyes divinas, supuestamente divinas y se gobernarán por leyes humanas, demasiado humanas. Una Palestina y un Israel sin partidos islamistas ni sionistas, sin odio al que reza a otro dios, porque en cada pueblo, en cada barrio, habrá una iglesia cristiana, una sinagoga y una mezquita, al lado de un hospital, una escuela y una biblioteca en las cuales se enseñará que no puede haber un dios de los cristianos, o de los judíos o de los musulmanes.
La convivencia será complicada, como todas las convivencias lo son
Una Palestina en la cual los líderes de Hamás serán juzgados por sus crímenes del mismo modo que el Estado de Israel lo será por sus constantes burlas al derecho internacional y a todas las formas de conducta racionales y humanas. Serán los propios Palestinos, musulmanes, cristianos, judíos o ateos los que juzguen a Hamás. Serán los propios israelíes, judíos, musulmanes, cristianos o ateos los que juzguen a sus criminales de guerra.
La convivencia será complicada, como todas las convivencias lo son, habrá problemas y rencillas, pero se resolverán con insultos, que es mucho mejor que con fusiles de asalto, bombas o cohetes. Y cuando los insultos se agoten vendrá el momento de las explicaciones y se podrá llegar al acuerdo que sea, porque como dicen los abogados es mejor el peor acuerdo que la mejor sentencia.
Y desde el río hasta el mar y desde el mar hasta el río recorrerán los turistas Siria Palestina, lo que fue Siria Palestina y un avispado vendedor de raza ignota y desconocida religión intentará venderles la auténtica palangana en la cual Pilatos se lavó las manos. O el astil de la lanza con la que Longinos alanceó al “Hijo del hombre” para que se cumpliera la profecía. O el gladio que usó el “Primus Pilum” de la XII legio Fulminata en el asedio a Jerusalén del año 70.
...hoy puedo, como español, hablar del Estado de Palestina
Esa tierra no pertenece únicamente a cristianos, judíos y musulmanes, esa tierra pertenece a la humanidad y como tal, debe ser entendida como una tierra, desde el río hasta el mar en la cual la convivencia, el respeto a los demás y la ausencia de odio sean la norma.
Ya sé que esto es un sueño, un delirio de un sexagenario con mucho tiempo libre. Pero ya se ha dado el primer paso por parte de nuestro gobierno para que algún día sea cumplido. Por lo pronto hoy puedo, como español, hablar del Estado de Palestina.
Y si expresar esto por escrito me convierte en antisemita, sea. A fin de cuentas, compartiré el sambenito de antisemita con la mayor parte de la gente decente del mundo, gente que incluye a muchos judíos anti sionistas, por cierto.
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