Featured

Dejad de votar con la pequeña cabeza

Se dice que los de provecta edad damos buenos consejos porque no podemos dar malos ejemplos.

 Yo niego la mayor, toda vez que nunca he dado malos ejemplos, al menos voluntariamente y llevo dando buenos consejos, hace casi cuarenta, mes arriba, mes abajo, años a través de los distintos medios en lo que he colaborado y colaboro. Además, gratis, algo que es usual entre la gente a la que puedo llamar compañeros, pero una rareza en el mundo del periodismo. Es decir hay periodistas que cobran por su honesto trabajo, nómina de por medio, y hay otros que se venden al mejor postor, que casi siempre suelen ser gente muy poderosa e influyente capaz de contratar publicidad, no pocas veces institucional, con el medio en el que el plumífero colabora, Aquí hago un inciso para aclarar que “plumífero” es el que tiene por oficio escribir y personalmente uso periodista para el que tiene por oficio informar.

Sostengo la teoría de que la gente a la hora de votar lo suele hacer en contra de, no a favor de

 Pero me salgo del guion previo que me había propuesto y casi ni sé de qué quería escribir hoy…¡Ah, sí, ya me acuerdo¡ Quería aconsejarles, desde el sosegado y calmo espacio mental al que me he retirado para olvidarme de todas las cosas que me irritan profundamente, que voten ustedes con la gran cabeza y dejen de hacerlo con la pequeña cabeza. Ese ‘ustedes’ no son nadie en especial. Sostengo la teoría de que la gente a la hora de votar lo suele hacer en contra de, no a favor de. Y ese votar en contra de, es el que provoca que personajes como Trump o Milei o toda esa suerte de gentes populistas de extrema derecha se hagan con el poder. Si usted tiene intereses en grandes corporaciones internacionales, o “arvilla más parné que tiene un sultán”, hace muy bien en votar a esa gente que va a hacer todo lo posible para que tenga más intereses, todavía, y acumule más capital. Está en su derecho, incluso en la obligación de defender su clase. Pero si se da el caso, muy frecuente de que usted, sea quien sea usted, viva de su sueldo, y si ese sueldo no le alcanza para llegar sobradamente a final de mes, vivir con cierto desahogo, ahorrar para imprevistos y disfrutar de un nivel de vida decoroso, tirando a alto, en ese caso usted, como yo y como mis vecinos y compañeros en estas tareas, es un trabajador, es decir pertenece a la clase trabajadora. Olvídese de que es de clase media (aconsejo).

 Y si siendo un trabajador vota a partidos que hacen todo lo posible para que su situación, ya de por sí lamentable, empeore, siento tener que decir que usted vota con la pequeña cabeza. Es que me bajan los impuestos, dirá usted, que seguramente tiene a sus hijos en un colegio público, que seguramente utiliza la sanidad pública, o utiliza la privada “low cost” y luego cuando le dan un servicio low cost, se queja y acude a la pública, por ejemplo.

Pero lo que de veras me entusiasma es cuando dice usted ... que están gobernando contra los intereses de España

 También le oigo decir que no tenemos libertad para nada, ni para fumar, ni para piropear y que antes los políticos eran más mejores y las políticas más guapas (o, si lo prefiere, los políticos eran más guapos y las políticas más mejores). Pero lo que de veras me entusiasma es cuando dice usted sacando pecho (esos soldados españoles con su viril tronco enhiesto..) que están gobernando contra los intereses de España. Pero a favor de los intereses de la clase trabajadora, añado yo.

 A lo que iba, que, desde el sosiego mental, la calma y la sabiduría que dan los años, los palos y los desengaños aconsejo al votante de todos los países europeos que en las próximas elecciones al Parlamento Europeo piensen con la gran cabeza, en sus intereses, pertenezcan a la clase que pertenezcan y voten teniendo en cuenta que la sede del parlamento está muy lejos, pero que un email llega en segundos. Y que es allí donde se votan las políticas comunes que deciden casi todos los aspectos de nuestra vida diaria. Desde lo que comemos, hasta qué redes sociales podemos seguir o cuáles no. Un poner.

 De modo que, votantes y 'votantas', votemos no en contra de fulanito o menganita, ni a favor, hagámoslo considerando nuestros intereses como trabajadores, pensionistas, estudiantes o lo que sea que seamos.

 Ya habrá momentos y ocasiones para usar la pequeña cabeza con usos más lúdicos y placenteros.