Andan, desde hace tiempo, las derechas y las ultraderechas (cada vez se hace más difícil diferenciarlas) de aquí y de allende los mares soliviantadas con Francisco.
Todos esos que se las dan de muy católicos y defensores de los valores clásicos de “por el imperio hacia Dios” y de la aportación, que interpretan de un modo excluyente, del cristianismo en esta vieja Europa. Es decir, creen que lo que hace a Europa es solo el cristianismo y que el pensamiento laico o de otras religiones acabará haciéndola naufragar. Los valores de la Grecia clásica, todo lo que nos legó Roma o las aportaciones de la cultura andalusí son menudencias.
Las imágenes de otros papas con dictadores golpistas no les molestan, pero las declaraciones a favor de políticos progresistas, sus reuniones con ellos o las críticas al “lawfare” contra varios presidentes latinoamericanos se les atragantan y los sulfuran.
Hay que reconocerle a Francisco que intenta, con cautela, modernizar la Iglesia Católica, otorgar a las mujeres un mayor papel en ella y recortar los privilegios de una institución tan reaccionaria o clasista como el Opus Dei.
...personajes como Milei quien lo ha tildado de imbécil
Todo ello hace que le lluevan los insultos de personajes como Milei quien lo ha tildado de imbécil, de ser “el representante del maligno en la tierra”, afirma que siempre está parado del lado del mal porque apoya los impuestos y que “tiene afinidad por los comunistas asesinos” y viola los Diez Mandamientos al defender la justicia social.
Otra frase que seguro que no ha gustado a muchos es “Nadie se escandaliza si doy mi bendición a un empresario que quizás explota a la gente y esto es un pecado gravísimo. Mientras se escandaliza si se lo doy a un homosexual… ¡Esto es hipocresía!”. Los homosexuales, católicos o no, tienen derecho a que la Iglesia no se meta en su vida mientras no hagan daño a nadie.
Hace pocos días Francisco se reunía con Yolanda Díaz y al saludarla le preguntó: “¿Y usted sigue tan peleadora como siempre?” A lo que la vicepresidenta respondió: “Sí, sigo igual”. Al despedirse añadió: “Que Dios la bendiga. Siga hacia adelante y no afloje”. Uno de los fundadores de Vox, Alejo Vidal-Quadras publicó al respecto en una red social: “El Papa Francisco ya no disimula su sesgo ideológico hacia la izquierda radical. En plena campaña electoral gallega recibe a Yolanda Díaz y se despide de ella diciéndole: Siga adelante, no afloje. Una clara interferencia en la política interna española”.
...Francisco o que Marhuenda, el director de La Razón lo defina como “populista
Que personajes como este señor se molesten con Francisco o que Marhuenda, el director de La Razón lo defina como “populista, demagogo y peronista" o se invista como portavoz de todos los católicos creyentes y diga que solo gusta a los ateos y agnósticos la verdad es que hace que vea al papa con cada vez mayor simpatía, lo confieso. O que Abascal se refiriera a él como “el ciudadano Berboglio”. Al final va a resultar que es un verdadero seguidor de Cristo y por tanto no puede gustarle a los seguidores de los fariseos.
Añado que es un seguidor de Cristo con cautela, con prudencia, porque creo que sabe que la jerarquía de la Iglesia está llena de personajes poco cristianos. Esos que hacen que los romanos tengan el chascarrillo de que las letras SCV (Stato della Città del Vaticano) que tienen en sus matrículas los vehículos vaticanos, entre ellos los coches de lujo de los obispos del microestado, significan en realidad “Si Cristo lo viese”.
Para mí que Francisco se acuerda con frecuencia de Albino Luciani, quien sólo pudo ser Juan Pablo I durante 33 días y no quiere que le de o le den un infarto. Hombre precavido que piensa como el curita que interpretó Cantinflas: en el cielo se tiene que estar bien, pero como en casa en ningún sitio.
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Firma invitada: Prudencio Gordo Villarraso.