Hubo una época, no tan lejana, en la cual mi hermano y yo nos podíamos permitir ser generosos con nuestro tiempo.
Tal vez nos recordéis a él con la cámara de fotos y a mí con la libretilla y el bolígrafo cubriendo actos. Podíamos regalar tiempo a amigos, a esta casa, a bares, a libros, a un partido político, a la familia. Nada de eso cambiaba el mundo, pero quiero creer que sí cambió algo, tampoco mucho, el mundo, ese mundo tan grande o tan pequeño como queramos que sea, que habitamos juntos.
Pero ya no podemos regalar tiempo. Ahora nuestras horas están consagradas en su mayor parte a pagar esa deuda de tiempo que tenemos con nuestros padres. Ellos nos dieron un crédito de tiempo y ahora es momento de devolverlo. Sé que escrito así suena mal, muy mal. Pero en el fondo todos sabemos que tenemos una enorme deuda con nuestros progenitores. Unos lo reconocen y otros no, pero es así.
...si has nacido en un sitio como España y tus padres se llaman Borbón, Ortega, Botín o Koplowitz, tienes la vida resuelta para ti y tus descendientes por muy mal que te administres
Pero a pesar de nuestra falta de tiempo para dedicarle al mundo, éste sigue siendo un lugar esencialmente inhóspito en su mayor parte y gratísimo para una minoría privilegiada por circunstancias de nacimiento: si has nacido en un sitio como España y tus padres se llaman Borbón, Ortega, Botín o Koplowitz, tienes la vida resuelta para ti y tus descendientes por muy mal que te administres. Si tus apellidos no son esos, pero eres español, sabes que hay cosas que no te van a faltar si eres un poco afortunado y tienes trabajo, casa casi pagada y cotizas a la Seguridad Social. En el peor de los casos, siempre tendrás algo a lo que agarrarte, al menos hasta que se consuma la ruptura de España (abro aquí un inciso malévolo: si te ahoga la hipoteca, o directamente te han desahuciado por no poder pagarlo, si pagas un alquiler en Madrid por un cuchitril, digno de un piso en condiciones o cualquier otra circunstancia, igual te da que se rompa o no, te la trae al pairo porque igualmente estás y vas a estar jodido). Pero menos.
Menos que, si, por ejemplo, vives en zonas en las que comer cada día o lavar la ropa o beber agua limpia es muy complicado o imposible. Y si vives en una zona de conflicto bélico (la expresión conflicto bélico no es tan hiriente como una guerra sangrienta, ¿verdad?) en cuyo caso vivir un día más ya es un triunfo. No tengo que dar nombres para que a todos nos vengan a la memoria las imágenes del horror. Definitivamente hay sitios en los que el mundo es mucho mejor para vivir que en otros.
...que a los niños de todas las zonas de guerra les llegue lo imprescindible para vivir un día más
Y dado que al mundo pequeño tengo poco tiempo que aportar, hace tiempo que decidí aportar algo de dinero al mundo grande de modo que me hice socio de dos ONG, una de carácter internacional, muy internacional, la otra local, me refiero a Unicef y a Bonwe, que a pesar de ese nombre es granadina. Mi hermano también, con lo que estamos seguros de que alguna ayuda práctica aportamos en forma de dinero, que se transforma en agua, medicinas, equipo sanitario y comida para parte de la gente del mundo que no tiene miedo de que su país se rompa, porque está roto, muy roto ya. Pero tiene la esperanza de que donde no había agua o faltaban escuelas se hagan pozos y se construyan colegios (Bonwe) o que a los niños de todas las zonas de guerra les llegue lo imprescindible para vivir un día más (Unicef).
De modo que sí que voy a pedirte que en la medida de tus posibilidades colabores con tu ONG preferida. Lo de que te iba a pedir dinero no era un titular trampa para atraer tu atención. Era verdad.