O Según otro refrán español, hasta el rabo todo es toro.
Naturalmente me huelgo de que, como se reconoce en la prensa internacional, “España haya detenido el avance de la ultraderecha en Europa” aunque el PP haya sido la lista más votada, pero lo que no quiero es unirme al coro triunfal que da por finiquitado al señor Feijóo. Y no quiero unirme, no por falta ánimo festivo, sino porque lo que dice la prensa nacional, al menos los diarios que suelo repasar cada mañana y en los que he leído noticias, antes y después de las elecciones, que hacen que mi alegría se modere. Desde los ruegos de Felipe para que el perdedor deje votar a la lista más votada, hasta el aviso de Vox al PP de que si consigue cuatro o cinco diputados del “PSOE bueno” no se opondría a que Feijóo fuese presidente. Eso por la derecha, por parte de la izquierda también se oyen voces críticas, especialmente con Yolanda, con el consabido “ya lo decía yo”.
no son pocos los escollos que debe sortear la nave “Frankenstein II” para llegar al puerto de la Moncloa
Por parte de los independentistas catalanes el precio no es que sea abusivo, es que, hoy por hoy, es irreal, tan irreal como mis aspiraciones a independizarme de la España monárquica y residir en una republicana. Tanto a Puigdemont como a mí nos frena la Constitución española del 78, que no es imposible de cambiar pero que es harto complicado. Por cierto, y ya que estamos en eso de cambiar la Constitución recordarle a Felipe y Feijóo que los españoles no elegimos presidente, elegimos parlamento y es éste el que designa al presidente del gobierno y el rey el que lo nombra.
Es decir que no son pocos los escollos que debe sortear la nave “Frankenstein II” para llegar al puerto de la Moncloa y acceder con ello al BOE para proseguir mejorando la vida de las gentes sencillas que nos conformamos con un salario o pensión digna, una asistencia sanitaria adecuada, una educación que forme ciudadanos críticos y con criterio y no únicamente productores-consumidores. Deseos muy alejados de los que el genial articulista y comentarista político del diario La Vanguardia Enric Juliana, llama “Madrid DF”, es decir “el sistema de poder, económico, financiero, mediático y demoscópico que se articula en la capital de España bajo la atenta mirada de la Comunidad de Madrid”, gente mucho más interesada en el poder y las posibilidades que su ejercicio otorga que en el bienestar de nadie que no pertenezca a su (muy) exclusivo circulo social.
ni la apelación a “derogar el Sanchismo” nos han convencido, a falta de lo que diga el voto exterior
Naturalmente, como en el poema de león Felipe “Madrid DF” tiene “la hacienda, la casa, el caballo y la pistola”, pero lo que no tiene es la “voz antigua de la tierra”, lo que, en términos poéticos, según el profesor Mairena, es el voto de la mayoría, que somos más. No nos ponemos de acuerdo en casi nada, pero esta vez, por ahora, lo hemos hecho en que ni las encuestas de encargo, ni los artículos de los perros de presa a sueldo del poder económico ni la apelación a “derogar el Sanchismo” nos han convencido, a falta de lo que diga el voto exterior, que se sabrá el lunes. Pero hoy las cosas están como están y Sánchez sigue teniendo posibilidades de gobernar junto a Yolanda.
Y, como no es la primera vez que han clavado los clavos sobre la tapa del ataúd del presidente en funciones antes de meterlo dentro, conservo la esperanza de que lo que deseamos los hombres, las mujeres los/las binarias, los progresistas, los intelectuales (casi todos), los actores y actrices, los inmigrantes, los trabajadores y trabajadoras, los estudiantes, los pensionistas, ”la voz antigua de la tierra” en definitiva, que no es otra cosa que vivir y vivir con dignidad en una España en la que quepamos todos, sea posible.
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