Calmadamente

O, como en la famosa cancioncilla, “despacito”.

 Más o menos esa sería la traducción al español de la expresión “slow life”, si es que mis muy, pero muy rudimentarios conocimientos del inglés no me engañan. Consultados Google y chatptg, por aquello de tener conocimientos, por básicos que sean, resulta que el estilo de vida, al que a partir de ahora me referiré como calmado, comenzó en Italia en los años ochenta como reacción a la comida rápida y ya de ahí pasó a designar a un estilo de vida que concuerda muy bien con la philosophia de lo cotidiano, que centra todo su esencia y razón de ser en la vida. En la vida, pero no en ese concepto abstracto, más bien en la vida personal de cada uno en este justo momento, momento en el que yo tecleo y tú, seas quien seas, lees lo que yo he tecleado. Por citar, una vez más a Ortega y Gasset. “la vida es esto que estamos haciendo ahora”.

...lo que ahora se da en llamar “gente tóxica, pero que en realidad se refiere a los “porculeros” de toda la vida.

 Y, claro, existen muchas formas de abordar ese “estar haciendo ahora”, desde la más acelerada y multitarea, propia de los que cuando yo me inicié en la vida laboral se llamaban “ejecutivos agresivos” y hoy son, creo, “ceos”, community mánager o cualquier otra definición que se use para llamar a la gente que da órdenes y hace obedecer a los que las cumplen, en el el mundo de la empresa en cargos intermedios o intermedios-altos. Y ya que me he quedado a gusto con este largo párrafo seguiré diciendo que, además de la más acelerada, existe también la forma calmada de vida de afrontar el trabajo y, sobre todo, el ocio. Estoy seguro que no es la primera vez que escribo sobre esto, pero estoy convencido de la bondad de vivir más despacito, comer lentamente y alejarse de lo que ahora se da en llamar “gente tóxica, pero que en realidad se refiere a los “porculeros” de toda la vida.

 Tomarse unas cañas en el Madrid de los Austrias con sosiego y calma en compañía de gente amiga, comentando las últimas “ayusadas y “almeidadas”, por ejemplo, es vida calmada o, entrando en lo local, ponderando en cualquier bar de Alhama con un buen vino del terreno y unas migas no sé si cortijeras o no, como testigos, el devenir y decadencia paulatina de este pueblo y comarca nuestros dejados de la mano de Dios, (se nota en el más que evidente deterioro de la Iglesia de la Encarnación) y de todas las autoridades locales, y eso lo notamos a diario.

...sigamos con espacios escénicos de pacotilla, sin depuradora de aguas residuales y con las gestiones en la Seguridad Social en precario. 

 Y ese abandono causa desasosiego, malestar y molestias totalmente incompatibles con el estado de ánimo requerido para la calmada forma de vida que apetecemos tanto la gente honrada y personas de bien como las gentes siniestras que, como yo, sin ir más lejos, nos sentimos representados por partidos de izquierda. Lo cual no es impedimento alguno para que respetemos la propiedad ajena, las mujeres, con independencia del largo de sus faldas, y todas las opciones sexuales libres, consentidas y entre adultos.

 Pero, como no está en nuestras manos resolver estos asuntos, que mi hermano señaló la semana pasada aquí mismo, dejemos que sean otros los que aprovechen las oportunidades, sigamos con espacios escénicos de pacotilla, sin depuradora de aguas residuales y con las gestiones en la Seguridad Social en precario. Igual sí que está en nuestras manos, toda vez que la vida lenta y sosegada no está reñida con la participación activa en los asuntos públicos y la defensa de los intereses públicos y el bien común: Más bien es al contrario, que únicamente resueltos los problemas más inmediatos de la vida cotidiana es posible entregarse al ocio creativo, el estudio, la contemplación y todo el resto de las actividades que constituyen el modo calmado de vida al que aspiramos los philosophos de lo cotidiano.

 Una vez más afirmo que una ciudadanía atenta, movilizada y militante en defensa del bien común es esencial y primordial para solucionar entre todos lo que es problema de todos. Luego cada cual debe decidir cómo vivir su vida personal y crear su proyecto de vida propio.