Familia Jiménez Ojeda

Confieso que la idea para esta mirada me la ha proporcionado apenas hace un ratillo la señora Jiménez, de la residencia Jiménez Ojeda.

 A través de una entrada en su ‘face’ en la que pone una copla ‘mu bonica’ en la cual ella canta, con ella misma, milagros de la técnica y él, el señor Ojeda de la residencia Jiménez Ojeda toca la guitarra. Y no escribo esta mirada por que sean mis amigos, la escribo porque soy ‘mu fan’ de ellos, de los dos juntos o por separado y porque creo que a la edad que tengo y con las miradas que llevo publicadas, me he ganado el derecho a poder escribir de mis amigos. Iba a decir a escribir lo que quiero, pero eso llevo haciéndolo desde que empecé en esta casa, hace doce años.

 Y gracias a esta casa y mis colaboraciones culturales conocí a esta pareja de excelentes seres humanos que protagonizan esta colaboración y, curiosamente, los conocí por separado y con un año de diferencia, a Mario Ojeda en Julio de 2013 y a Beba Jiménez en agosto, un año después. Mario forma parte de Los Sabineros (ver aquí)

 Y en cuanto a Beba Jiménez era la Alicia en la Alhama de las maravillas (ver aquí).

La dignidad, el no renunciar a los sueños ni a ser lo que quieres ser y vivir de lo que te gusta hacer ya me parece meritorio y digno de todo elogio

 Es decir, que ambos dos han hecho disfrutar a la población de nuestro pueblo con su trabajo y ya por eso merecen esta mirada. Pero no es sólo por eso; es que, además, para mí representan algo que admiro muchísimo: La dignidad, el no renunciar a los sueños ni a ser lo que quieres ser y vivir de lo que te gusta hacer, lo cual en estos tiempos en los que se valora mucho más el tener que el ser, o más concretamente el aparentar tener, ya me parece meritorio y digno de todo elogio.

 Y los habitantes de la residencia Jiménez Ojeda son gente que hace lo que quiere hacer, que es cantar y tocar en el caso del señor Ojeda y cantar, y hacer cine, teatro o lo que se tercie en el caso de la señora Jiménez. Sencillamente hacen lo que más les gusta hacer y viven de ello. Y creo, si no me equivoco mucho, que no aspiran a los lujos que cuestan mucho dinero, sino que aspiran a lujos que cuestan muy poco dinero, o mucho, según se mire. El lujo de hacer lo que te gusta, lo que más te gusta en el mundo, el lujo de elegir lo que haces, porque te puedes permitir elegir. En fin, el tipo de cosas que suelen formar parte del listado de las cosas imprescindibles para una vida digna, listado en el cual creo que el respeto por uno mismo debe formar parte en los primeros puestos.

Hay que ser elegante incluso para compartir cosas en las redes sociales, del mismo modo que hay que serlo para ir por la vida

 Por eso los quiero, con querer de amigo, y respeto, con respeto de persona seria y responsable (aunque no se lo crean, cuando me lo propongo puedo ser serio, responsable y formal, con esa formalidad que me podría hacer el yerno ideal, un poco aburrida). Los quiero y los respeto y, sobre todo, valoro sus trabajos y creaciones que me son dados seguir a través de las redes sociales en las que ambos se manejan con solvencia y elegancia. Hay que ser elegante incluso para compartir cosas en las redes sociales, del mismo modo que hay que serlo para ir por la vida, sencillamente haciendo lo que te gusta e intentando hacer un poquito feliz a la gente, siquiera por un ratito. Y de esa elegancia la familia Jiménez Ojeda, gato y perro incluidos, anda sobrada.

 Háganse un favor y la próxima vez que puedan ir a un concierto o una actuación de cualquiera de ellos no lo duden. No es publicidad, es consejo amistoso. De nada.