Lo que pasó después de la foto ya lo he contado.
Y ahí está esa crónica para quien guste recordarlo. Y está también el magnífico artículo de mi maestro, amigo y compañero Andrés García Maldonado publicado en este medio el mismo día de la muerte de ese maestro de periodistas que fue Tico Medina.
Fue en el verano de 2012, en uno de los actos del verano cultural en el que se invitó a Tico Medina a dar una charla y fue también invitado de honor de la Velada de los Romances. Como colaborador de este medio me había dirigido a las puertas del ayuntamiento unos minutos antes de la hora prevista, eran concretamente cerca de las nueve menos diez y, casi recién llegados mi hermano y yo, y casi al instante, Vicente Romero, Vicente el municipal, una de las mejores personas que me ha sido dado conocer, y que en este caso acudía no como policía local si no como ferviente admirador de Tico Medina.
“Escolástico Medina, periodista español fichado por haber entrevistado a Fidel Castro”
Yo estaba esperando al periodista de raza, al maestro de tantos y tantos periodistas, al espectador y cronista de la historia de buena parte del siglo veinte, al hombre que había entrevistado a Fidel Castro y al Che Guevara, al mismo hombre que, contado por él tiene más gracia, pero el ya no puede contarlo, en una visita a la sede de la CIA, fue conducido, junto con otros periodistas a la habitación en la que estaba el ordenador en el cual estaba fichados todo los “enemigos de América” entonces sólo tenían ordenadores la CIA y los grandes bancos”, decía Tico Medina. Los responsables de la visita ofrecieron que se diese cualquier nombre para buscarlo en los datos del ordenador, el maestro dio su nombre, supongo que por un rasgo de humor. “Escolástico Medina, periodista español fichado por haber entrevistado a Fidel Castro”, fue la respuesta.
Y mientras yo recordaba eso, llegó Tico Medina a dar la charla “Los granos de mi Granada” el sólo, sin acompañantes, como aparece en la foto que ilustra esta mirada. Sólo lo esperábamos los que aparecemos en la misma, en su momento omití el dato de esa descortesía o despiste por parte de los organizadores porque una crónica de la Velada de los Romances no es el lugar donde contar, según qué cosas. Supongo que a Tico Medina le dio igual porque su actitud sencilla, humilde y afable daban cabal imagen de un hombre grande, de un hombre que ha desnudado a las figuras señeras de la política y la cultura (la entrevista bien hecha consiste en ir despojando al entrevistado de las ropas mentales hasta dejarlo desnudo) y ha visto que debajo de las ropas de la grandeza aparente hay mucha miseria personal. Departió amablemente con nosotros, los de la foto, que fue tomada por el también colaborador de este medio y amigo Antonio Arenas, hasta que decidimos subir al ayuntamiento a avisar de que el maestro había llegado.
la puntualidad, que, como dijo, creo, Ortega y Gasset, “es la cortesía de los reyes”
Luego sí, tuvo la acogida merecida por cualquier invitado. De lo que contó en ese acto, y en la Velada de los Romances, ya se escribió en su momento. Aquí sólo cabe la reflexión de mi encuentro, por primera y última vez con un personaje que en mi memoria era como un viejo tío o amigo de la familia, alguien conocido por todos, pero con el que pocas veces se coincidía.
Como todos los verdaderos maestros enseñaba con el ejemplo, más que con la palabra. A mi me dio la lección de que la verdadera grandeza humana se da a conocer a través de la humildad, la sencillez y la exquisita cortesía. Y de la puntualidad, que, como dijo, creo, Ortega y Gasset, “es la cortesía de los reyes”.
Pero yo puedo presumir de que, junto a mi hermano, Vicente Romero y Antonio Arenas fuimos, por unos minutos, los anfitriones de Tico Medina en su visita a Alhama de Granada.
Como todos los verdaderos maestros enseñaba con el ejemplo, más que con la palabra. A mi me dio la lección de que la verdadera grandeza humana se da a conocer a través de la humildad, la sencillez y la exquisita cortesía. Y de la puntualidad, que, como dijo, creo, Ortega y Gasset, “es la cortesía de los reyes”.
Pero yo puedo presumir de que, junto a mi hermano, Vicente Romero y Antonio Arenas fuimos, por unos minutos, los anfitriones de Tico Medina en su visita a Alhama de Granada.