Rojo de vergüenza



La mirada de esta semana no la he escrito yo. Mi hermano quería escribir unas reflexiones y cree, no sé si erróneamente, que hacerlo dentro de la sección “La otra mirada” puede aportarle un poco más de proyección.

 En cualquier caso, los once años que lleva publicándose me otorgan el derecho a cedérsela en esta ocasión. Además, creo estar básicamente de acuerdo en lo que escribe, así que, lo que sigue a continuación son sus reflexiones:

 Escribo estas líneas el lunes, minutos antes de que empiece el partido de octavos de final de la UEFA Euro 2020 de fútbol (creo que se llama así) que ha de enfrentar a las selecciones de España y Croacia. Ignoro por tanto el resultado, pero me da igual. Para mí la selección española ha perdido, sea cual sea el resultado. O mejor dicho han perdido la mayoría de jugadores y han ganado Ferrán, Pedri, Thiago y Sarabia. Es la conclusión a la que llego tras la lectura de este artículo del Huffpost.

Por muy buenos jugadores que sean, si no muestran un mínimo de empatía y amabilidad con los aficionados, ni me sirven ni me siento representado por ellos
 Esos cuatro jugadores son los únicos que se paran a firmar en el cuaderno de ese hombre, que no sé si acudió a la puerta del restaurante donde esperó a los jugadores por sus propios medios o contó con la ayuda de alguien. En cualquier caso, su deseo de tener los autógrafos de los jugadores y el hecho de desplazarse al lugar hace más por la “Roja”, por los valores verdaderos que se supone que deben encarnar las selecciones deportivas de un país, que cualquiera de los que pasan de largo sin hacer el mínimo caso a este admirador. Por muy buenos jugadores que sean, si no muestran un mínimo de empatía y amabilidad con los aficionados, ni me sirven ni me siento representado por ellos.

 Además, este señor, por razones obvias, creo que merece, no paternalismo, ni conmiseración, pero sí un poco más de simpatía que otros. ¿Qué trabajo les hubiera costado firmar todos y cada uno de ellos y hacerse una foto con él? Y de paso agradecerle su entrega, pues a quien deben estarle agradecidos, no es a las empresas patrocinadoras, que puede que también, sino sobre todo a los aficionados.

Creo que gente admirada por miles o millones de personas deben dar ejemplo de buen comportamiento allá donde vayan. En realidad, todos debemos darlo, pero más aun los que son “mediáticos”.
 En una entrevista que le hicieron a José María García le pidieron que opinara en pocas palabras sobre varios personajes destacados del deporte español. Fiel a su estilo dio algún que otro pullazo, pero cuando le preguntaron por Vicente del Bosque dijo tan solo dos palabras: “un señor”. Coincido plenamente con él. Es un hombre con una gran elegancia, sencillez y saber estar, y estoy convencido de que a los jugadores que ha entrenado les ha enseñado, no solo cómo jugar, sino también a tener un poquito de humildad.

 Quiero terminar con una frase de Don Vicente, yo suelo otorgarles el don o doña a muy pocas personas y Del Bosque es una de ellas: “El éxito sin honor es el mayor de los fracasos”. Por eso digo que, sea cual sea el resultado, con la honrosa excepción de los cuatro que firmaron, los demás han fracasado. En cambio, los protagonistas de la foto sí representan los verdaderos valores del deporte.

Mirada cedida por el titular de la sección a Prudencio Gordo Villarraso.