El regreso.
Hay que remontarse a los años noventa para recordar la virulencia con la que algunos medios de prensa de la época atacaban al gobierno de un Felipe González que, entonces aún se distinguía de José María Aznar. Se hacían llamar o fueron llamados “El Sindicato del Crimen” y, según alguna versión que he leído, lo que pretendían era acabar con Felipe, derrocar a Juan Carlos y poner al señorito Antonio García Trevijano como presidente de una hipotética República Española.
Hoy lo que pretenden los señoritos y señoritas que largan pestes contra Podemos y el gobierno social comunista es, de momento, darle un empujón a Casado para que una vez sentado en la presidencia del gobierno les devuelva el favor a sus amos, a los amos de los periodistas. Que, lógicamente son los empresarios dueños de los medios en los que la tropa de asalto largan día sí, y día también, llamando, por ejemplo, “escoria” a todos los de Unidas Podemos, que es algo que lamentablemente hace subir la audiencia. Pero de esto no tienen la culpa ellos, si no que nos podemos retrotraer a los tiempos del “Arfonso, dales caña” y Arfonso, muy contento, les daba caña.
Intuyo que esa ferocidad insultativa, disfrazada de libertad de expresión, obedece a los nervios que, a los amos de los señoritos, que son los señores que pagan a éstos, les provoca el hecho evidente de que, con el gobierno social comunista, pese a la pandemia y todas sus consecuencias y pese a ellos mismos, España, “esa España mía, esa España tuya, esa España nuestra” sigue aún bastante viva y no más deteriorada que otros países cercanos. He traído a colación la letra de Cecilia porque otros de los problemas, me temo, es el hecho, que tengo por cierto, de que toda esa gente de larga lengua, no muy limpia, cree que España es suya o que la idea de España que ellos tienen es la única, grande y libre (para los más jóvenes “España una, grande y libre, era una de las consignas del anterior Jefe del Estado al que tanto le deben los señoritos y sus amos).
Ante el acoso de esta gente, acoso comprobable con hacer el ejercicio, diario, de leer la prensa de derechas a izquierda, especialmente los artículos de opinión, Podemos ha publicado un vídeo en el que salen las caras de algunos de esta tropilla, creo que esta palabra no es exactamente correcta, pero tampoco es muy insultante y obviamente la uso en sentido metafórico y dice que ellos ya han hablado, ahora que hable la mayoría. Que está muy feo señalar a los periodistas y no llamarles escoria o ratas, eso es algo que reconozco. Pero de ahí a hacerse las víctimas y decir que les han puesto una diana, creo que hay una larga distancia.
Y precisamente de eso se trata de influir en la mayoría, para, de momento dar la victoria a la señorita Ayuso y después al señorito Casado. Y no hay en esto nada censurable, yo mismo he escrito en defensa de determinados líderes políticos, recientemente sobre Yolanda Díaz, y creo que es lo natural en el ejercicio del periodismo de opinión. Vale, yo no soy periodista, pero igual opino.
Debo insistir, machaconamente, y yo también me aburro, me desespero y me harto hasta de mis propios escritos, pero insisto: Que me den hechos confirmables, que me demuestren por qué todos los votantes y simpatizantes de Unidas Podemos son “escoria” o por qué este país, cuya Constitución fue redactada también por comunistas, no puede ser gobernado, si así lo deciden las urnas, por socialistas y comunistas.
Y antes de que se me olvide, señorito Bono, debería saber que no está nada bien desprestigiar a gente que, por no estar ya entre nosotros, no puede defenderse. Alguna cosa se le podría achacar a Julio Anguita, al que no llamo señor ni señorito, pero pobreza intelectual, no. Vuelva a las catacumbas, señorito Bono. Háganos ese favor y hágaselo usted.