Carta abierta a mí mismo



Creo que últimamente me estoy tomado más en serio de lo que es necesario.

 Cosa que no puede ser nada buena para la salud, tanto física como mental; con lo cual, procedo a escribirme esta carta a mí mismo, básicamente para bajarme los humos.

Querido Antonio:

 Ya sé como estás de salud, de forma que vamos directamente y sin muchos preámbulos, dilaciones ni enredos. Eres un tipo absolutamente canijo, física, intelectual, y no digo moralmente, porque de la moralidad se encargaron tus padres y lo hicieron medianamente bien. Por lo demás, ¿Por qué trufas tus miradas con citas literarias, cinematográficas y aún científicas? ¿No te das cuenta, majadero, de que con ello sólo demuestras un empacho de lecturas mal digeridas? No engañas a nadie pretendiendo crear una imagen de sólido intelectual de izquierdas. Incluso en tiempos extraños como estos en los que a un señorito como Hásel se le llama artista, tú no podrías pasar por intelectual. Desiste, por favor. No engañas a nadie.

 Otrosí te digo que, fiel lector como soy de cuanto escribes, ¡qué remedio me queda!, compruebo con desagrado el desmesurado uso que haces del pronombre yo. Lo cual, y tú lo sabes, demuestra una tendencia ególatra que casa poco con la humildad franciscana que dices practicar en tu vida cotidiana. Por otra parte, de quien en tiempos en los cuales el país se va al garete, se dedica una carta sí mismo, ¿qué cabe esperar?

...lloran los comentaristas más sensibles ante el espectáculo de las hordas marxistas incendiando el país, destruyendo lo más sagrado...
 Andan los medios de comunicación más serios, responsables y patrióticos denunciando la destrucción de España y su caída, casi inevitable en el comunismo, lloran los comentaristas más sensibles ante el espectáculo de las hordas marxistas incendiando el país, destruyendo lo más sagrado, incluso poniendo en duda la sacralidad de la corona. Lo sabes, pues lees la prensa. ¿Y tú que haces? Coqueteas, intelectualmente, con una ministra comunista, del Partido Comunista de España.

 Podrías haber aprovechado la fecha para hablar del 23 F, ponderando la actuación del ahora emérito para poner a los golpistas en su sitio. Incluso, dada la proximidad del Día de Andalucía, ¿Qué trabajo te costaba escribir una hermosa declaración de amor al ‘andalú’, esa forma de habla única e inimitable que nos distingue a todos los andaluces de bien?

...has reivindicado la necesidad del Estado del Bienestar para todos; y pocas veces renuncias a las críticas a las ideas liberales, conservadoras o a la religión mal entendida...
 Sí, ya sé que me puedes decir que de Andalucía, los andaluces, las hablas andaluzas y todo lo demás que viene al caso ya has escrito muchas veces, casi tantas como las que has reivindicado la necesidad del Estado del Bienestar para todos; y pocas veces renuncias a las críticas a las ideas liberales, conservadoras o a la religión mal entendida...espera, de eso aún no has escrito. Da igual, te conozco y sé que lo escribirás.

 En fin, Antonio, como en el fondo te tengo cierto aprecio, permíteme recomendarte que moderes tus críticas al poder, al verdadero poder, y vuelvas a esos temas bucólicos que tratabas en los inicios de estas miradas, que empezaron siendo, tal vez, espejo de lo que mirabas hacia afuera, con los ojos del ausente que ha regresado. Y que con el paso del tiempo parecen ir dando paso a un mirarte el propio ombligo, cosa que está muy fea y, sobre todo, es muy aburrido.

 Sin más me despido aconsejándote que no contestes a esta carta, puesto que el remitente no acepta respuestas de sí mismo. O algo así, naturalmente.