¿Dónde vas, triste de ti? / voy a Alhama de Granada/ a ver qué hace falta allí.
Y así lo hizo, a pesar de lo precario de su salud, a pesar de los rigores del invierno alhameño de ese enero de 1885, emprendió viaje por tren y coche de caballos, hasta llegar Alhama el 11 de ese mismo mes, tras un viaje de tres días. Datos que tomo de mi buen amigo Andrés García Maldonado, concretamente de su libro “Los terremotos de Andalucía de 1884 y Alhama. Una histórica solidaridad mundial”. Y es que cuando toca hablar de la historia de Alhama es imprescindible apelar a Andrés.
Como nacido en el barrio de la Joya, tengo una enorme deuda de gratitud con el buen rey Alfonso XII y no menos que yo, todos los alhameños, con ese buen rey Borbón cuya presencia en nuestro barrio, desde hace unos años, nos devuelve a los Alhameños la vergüenza y la dignidad. También reconozco la deuda contraída con Juan Monserrat Vergés, arquitecto que dirigió los trabajos y a los obreros que manejaron los martillos sobre el cincel y la piedra que dieron lugar al barrio de la Joya.
... una vez allí, contarles la historia de ese rey respecto a la devastación que causó el terremoto en tantos pueblos de Málaga y Granada y sobre todo en Alhama y su comarca.
Pero, naturalmente, no me entrometo en quehaceres para los que estoy escasísimamente preparado, como los de la historia de Alhama y me ciño a mi actividad de opinar, comentar y, en suma dejar constancia, en este caso, de mi modesta idea, de que los guías turísticos que muestran Alhama a quienes nos visitan y así lo requieren, harían bien en llevarlos a la humilde Plaza de Alfonso XII y, una vez allí, contarles la historia de ese rey respecto a la devastación que causó el terremoto en tantos pueblos de Málaga y Granada y sobre todo en Alhama y su comarca. Y, sobre todo, la historia de la solidaridad que se volcó con nuestra Comarca de Alhama para reconstruir lo reconstruible y hacer todo lo posible para que de ese viejo pueblo que era Alhama, surgiese otro nuevo, que es el mismo, que no deja de ser Alhama, la Alhama no de los Reyes Católicos, pero sí de Alfonso XII, la Alhama no del siglo XV, pero si del siglo XIX. Que se fundamenta, además y literalmente sobre los escombros de la antigua.
Pero es una sola Alhama y creo que sería útil, como ya he dicho que quienes nos visitan se lleguen a la Plaza del Rey, que, con tener poco que ver, tiene detrás toda una historia, que son muchas historias de valor, de valentía, de solidaridad, de hermandad entre el periódico El Imparcial y Alhama, entre las provincias españolas de Cuba y Filipinas y Alhama, entre Cataluña, Madrid… y el resto de las calles que rodean esa plaza pequeña y conocida prácticamente sólo por los alhameños.
Alhama de Granada en su totalidad es algo más que Los Tajos y las iglesias
De esa manera tendrían los visitantes una cabal idea de lo que es Alhama de Granada en su totalidad. Que es algo más que Los Tajos y las iglesias. Y tendrían también la oportunidad de conocer a un buen rey, como lo fue el rey Alfonso XII, cuyo viaje a las damnificadas tierras de la Comarca de Alhama supuso el primer auxilio, que habría de poner en marcha otros muchos para paliar en la medida de lo posible los daños del terremoto.
Toda Alhama es historia, toda Alhama forma parte de esa historia común que nos une a todos. Y esto no es una rabieta de un joyero, o no pretende serlo, si no una humilde propuesta para que quienes muestran Alhama a los visitantes lo hagan de la manera más completa posible.
Y si ya lo hacen y yo no me he enterado, ruego que tengan esta mirada por no publicada y que me disculpen.
Toda Alhama es historia, toda Alhama forma parte de esa historia común que nos une a todos. Y esto no es una rabieta de un joyero, o no pretende serlo, si no una humilde propuesta para que quienes muestran Alhama a los visitantes lo hagan de la manera más completa posible.
Y si ya lo hacen y yo no me he enterado, ruego que tengan esta mirada por no publicada y que me disculpen.