Sé que lo dijo Casado porque aún no es totalmente igual que Rivera, pero al tiempo.
Que quiere que los andaluces salgamos de nuestra zona de confort y nos arriesguemos a votarle al PP a ver qué pasa. Lo que ocurre es que ya hemos visto lo que pasa cuando gobierna el PP en España, lo que pasa en Andalucía, quiero decir y hasta ahora nos ha dado un poco de pereza, ya se sabe cómo somos los andaluces, poner a gobernar al PP en Andalucía. Si bien, si la memoria no me falla ya en una ocasión estuvieron los peperos a punto de ganar el premio gordo, pero se quedaron con lo metido. Es una forma de hablar.
Luego también ha dicho que es una anomalía que en una región europea gobierne el mismo partido cuarenta años. Creo que eso es lo que pasa cuando los ciudadanos de esa región deciden votar mayoritariamente al partido en cuestión, puede que me equivoque, no digo que no. en todo caso no se equivocan los andaluces en votar como lo hacen, del mismo modo que no se equivocaron los españoles que votaron al Partido Popular del señor Rajoy, que tan buen juego me dio para mis miradas y al que casi estoy echando ya de menos. El pueblo vota lo que quiere votar y punto. Luego se puede criticar la acción o inacción del gobierno resultante del voto, faltaba más.
Puede y debe el señor Casado criticar a Susana Díaz (aunque le aconsejo que no lo haga cerca del señor Moreno Bonilla, el asesino de las ayudas a los dependientes, ojo, de las ayudas he escrito, no de los dependientes), puede y debe criticar al señor Sánchez que está donde esta gracias a los votos de partidos democráticos, democráticamente elegidos. Que a mí tampoco me gusten algunos de esos partidos no deslegitima el resultado.
Lo que no debería hacer el señor Casado y así se lo aconsejo de buen rollito es insultar a los andaluces, a todos los andaluces, especialmente a los del PP, que son los que con sus votos ponen al partido del señor Casado en la oposición y no en el gobierno. Luego se puede hablar del voto cautivo, de las redes clientelares y de las vírgenes de la Macarena o de la Esperanza, que ahora mismo no se de cual es devota la señora Díaz. Pero sea por la razón que sea, quien vota en la soledad de la cabina electoral con su conciencia sabe cuáles son las razones de su voto que, una vez emitido, legitiman esas razones al unirse al resto de los votos que crean gobiernos.
Y hoy por hoy, señor Casado, pintan reinas, pese a que en la baraja española no las haya y no Morenos. Es decir que los andaluces preferimos decantarnos por la señora Díaz, a la que los que no pueden verla llaman la sultana con cierto retintín. Y eso pese a las críticas del PP, de Ciudadanos, del doctor ese que se parece a Coco, el de Barrio Sésamo, de Pedro y pese a ella misma, que ha tenido errores y desaciertos, no cabe la menor duda. Pero creo que hoy por hoy en la escena política no hay mejor opción para Andalucía, visto lo visto y oído lo oído. Otra cosa es que los desaciertos de Sánchez y su gobierno cambiante le puedan pasas factura en las elecciones y provoquen una alianza PP- Ciudadanos capaz de alcanzar acuerdos solventes y gobernar Andalucía de manera solvente y satisfactoria. No es precisamente lo que deseo, pero de producirse lejos de mi ánimo e intención regañar al pueblo andaluz por no votar a quien yo quiera, que es lo que ha hecho el señor Casado, demostrando de paso la influencia del señor Moreno Bonilla, en el Partido Popular de Andalucía, que visto lo visto y oído y leído, resulta escasa.
En cuanto a lo de salir de la zona de confort y asumir riesgos para eso podemos hacer senderismo, parapente, correr en los Sanfermines, escuchar reguetón a tope de volumen o cualquier otro tipo de actividades que provoquen subidones de adrenalina. Pero lo de votar al PP de Andalucía, hoy por hoy es jugar con el pan de nuestros niños y, como dijo don Miguel de Unamuno, los experimentos en el laboratorio y con gaseosa.
Luego también ha dicho que es una anomalía que en una región europea gobierne el mismo partido cuarenta años. Creo que eso es lo que pasa cuando los ciudadanos de esa región deciden votar mayoritariamente al partido en cuestión, puede que me equivoque, no digo que no. en todo caso no se equivocan los andaluces en votar como lo hacen, del mismo modo que no se equivocaron los españoles que votaron al Partido Popular del señor Rajoy, que tan buen juego me dio para mis miradas y al que casi estoy echando ya de menos. El pueblo vota lo que quiere votar y punto. Luego se puede criticar la acción o inacción del gobierno resultante del voto, faltaba más.
Puede y debe el señor Casado criticar a Susana Díaz (aunque le aconsejo que no lo haga cerca del señor Moreno Bonilla, el asesino de las ayudas a los dependientes, ojo, de las ayudas he escrito, no de los dependientes), puede y debe criticar al señor Sánchez que está donde esta gracias a los votos de partidos democráticos, democráticamente elegidos. Que a mí tampoco me gusten algunos de esos partidos no deslegitima el resultado.
Lo que no debería hacer el señor Casado y así se lo aconsejo de buen rollito es insultar a los andaluces, a todos los andaluces, especialmente a los del PP, que son los que con sus votos ponen al partido del señor Casado en la oposición y no en el gobierno. Luego se puede hablar del voto cautivo, de las redes clientelares y de las vírgenes de la Macarena o de la Esperanza, que ahora mismo no se de cual es devota la señora Díaz. Pero sea por la razón que sea, quien vota en la soledad de la cabina electoral con su conciencia sabe cuáles son las razones de su voto que, una vez emitido, legitiman esas razones al unirse al resto de los votos que crean gobiernos.
Y hoy por hoy, señor Casado, pintan reinas, pese a que en la baraja española no las haya y no Morenos. Es decir que los andaluces preferimos decantarnos por la señora Díaz, a la que los que no pueden verla llaman la sultana con cierto retintín. Y eso pese a las críticas del PP, de Ciudadanos, del doctor ese que se parece a Coco, el de Barrio Sésamo, de Pedro y pese a ella misma, que ha tenido errores y desaciertos, no cabe la menor duda. Pero creo que hoy por hoy en la escena política no hay mejor opción para Andalucía, visto lo visto y oído lo oído. Otra cosa es que los desaciertos de Sánchez y su gobierno cambiante le puedan pasas factura en las elecciones y provoquen una alianza PP- Ciudadanos capaz de alcanzar acuerdos solventes y gobernar Andalucía de manera solvente y satisfactoria. No es precisamente lo que deseo, pero de producirse lejos de mi ánimo e intención regañar al pueblo andaluz por no votar a quien yo quiera, que es lo que ha hecho el señor Casado, demostrando de paso la influencia del señor Moreno Bonilla, en el Partido Popular de Andalucía, que visto lo visto y oído y leído, resulta escasa.
En cuanto a lo de salir de la zona de confort y asumir riesgos para eso podemos hacer senderismo, parapente, correr en los Sanfermines, escuchar reguetón a tope de volumen o cualquier otro tipo de actividades que provoquen subidones de adrenalina. Pero lo de votar al PP de Andalucía, hoy por hoy es jugar con el pan de nuestros niños y, como dijo don Miguel de Unamuno, los experimentos en el laboratorio y con gaseosa.