Como en otras cosas en la vida llego tarde, esta es una mirada que tenía que haber publicado hace mucho tiempo.
Pero por unas razones u otras, siempre la he ido aplazando, hasta esta noche de jueves en que me entero de ese Premio Alhama a una labor alhameña para Pilar y Carmen, uno de los más justos y merecidos, en mi opinión, que viene a reconocer una labor, mucho más allá del deber profesional, una entrega en la cual sobresalen el esfuerzo, las ganas, la ilusión y el trabajo para sacar día a día ese proyecto ilusionante de dejar constancia de las muchísimas capacidades de esa gente, esos niños, decís vosotras, que tanto tienen para aportar a la Comarca de Alhama.
En primer lugar, su trabajo, sus creaciones y sus servicios a comercios de Alhama en varias cuestiones, son perfectamente capaces de trabajar cada día, de estudiar, de crecer y formar parte de nuestras fiestas y tradiciones como el Carnaval, de estar presentes en cualquier ocasión que surja, para dignamente ofrecer vuestros productos artesanales a la venta. Más de una vez, y Pilar lo sabe, he tomado las notas para mis colaboraciones en Alhama Comunicación con libretas elaboradas por vosotros.
Sólo por eso ya sería suficiente para reconocer vuestro trabajo, me refiero al de toda la gente del Lucero y así estoy seguro de que Pilar y Carmen lo entienden, que ese premio Alhama merecidísimo es compartido por todos y cada uno de vosotros. Pero es que, además de vuestro trabajo, ofrecéis a todos los que os conocemos algo más, mucho más que es muy fácil de nombrar: Amor. El amor que se refleja en vuestras sonrisas y en vuestros saludos cada vez que os hemos visitado por motivos periodísticos o no; que es fruto del amor a la vida de quien se sabe útil a la sociedad a la que pertenece y ama a la vida, de quien tiene ganas de vivir porque está satisfecho de su vida y de la labor que con ella realiza para con los demás.
Además, tanto Carmen como Pilar saben que no siempre el trabajo ha sido fácil, por los motivos de falta de presupuesto derivados de una situación económica complicada. Pero de una forma u otra siempre habéis salido adelante, contando algunas veces con la colaboración de gente que ha puesto su arte a vuestro servicio para conseguir que ese sueño de tener un vehículo adaptado para Eduardo y otros usuarios fuese posible. Mucha ha sido la gente que os ha acompañado en esa labor diaria de hacer lo que todos en una u otra medida hacemos cada día, cumplir con nuestro trabajo lo mejor que sabemos. No quiero dar nombres por temor a dejarme a alguien fuera de una lista de gente que ha colaborado un poco, o un mucho y a cambio ha obtenido la recompensa de vuestro amor, sí, digo amor. Pero es de justicia decir al menos el nombre de Auxi, simplemente Auxi, que comparte premio con vosotros y que estoy seguro de que estará el día de la entrega en primera fila. Maricarmen también debe ser nombrada y sé que me dejo a mucha gente de bien que os ha aportado algo y a cambio, ya lo he dicho se ha llevado la mayor recompensa que es posible obtener la sonrisa de otra persona, la sonrisa amplia, enorme de Eduardo o de cualquiera de vosotros, que es más que suficiente para reconciliarse con el mundo y con la vida en los días difíciles y para disfrutar de ambos en los días buenos.
Y ya poco más me queda por decir, únicamente felicitaros por ese merecidísimo premio y daros una vez más las gracias por vuestro trabajo, entrega, amor y, simplemente, por estar ahí, haciendo del mundo un lugar un poco mejor cada día. Y, como no, pedir nuevamente disculpas por esta mirada tardía que debía haber publicado hace mucho tiempo y que espero que sea reconocida como oportuna y no como oportunista.
Un beso a todos y cada uno vosotros.
El lector que lo desee puede consultar aquí la Mirada dedicada a otra de las premiadas, Mariló (pulsa aquí).