Lo dicen las estadísticas, cada vez somos menos y, me temo, que más viejos, Alhama pierde población.
Somos 4 696 habitantes en el núcleo de población de Alhama, según el Instituto Nacional de Estadística, y vamos retrocediendo. Entiendo perfectamente que es complicado plantearse procrear sin tener la certeza de poder mantener y educar adecuadamente a esos hijos, sin tener la seguridad de que hay un futuro laboral para los mismos; entiendo perfectamente a los jóvenes de nuestra tierra que han emigrado a lugares en los que poder prosperar adecuadamente. No entenderlo sería renegar de la emigración de mis padres o de ganar mi primer sueldo en Barcelona.
Vamos a menos y no únicamente en población, y ahora no hablo sólo de Alhama, vamos a menos en casi todos los aspectos que en su día conformaron el estado del bienestar y tal vez, y digo tal vez, no sea esa la última causa del descenso de la población. La incertidumbre en la que estamos instalados, como alhameños, como andaluces, como españoles y como europeos, no anima precisamente a tener descendencia o a permanecer en el terruño en el que se nació esperando que quienes han asumido el deber de gobernar pueblo, autonomía, nación y zona política común se pongan de acuerdo para resolver los problemas, o al menos en no complicarlos mucho más, que ya de por sí sería casi una solución.
Faltan, ya sé que lo he dicho más de una vez, proyectos sobre los que edificar una Alhama próspera que tenga verdaderas razones para festejar, porque fiestas y actos lúdicos no nos faltan, precisamente; más bien nos faltan niños en las dos escuelas que tenemos y algún futuro que ofrecerles a los mismos para que en su momento decidan quedarse en Alhama a trabajar en Alhama y a traer nuevos niños en Alhama. Y en pensar en ese futuro debemos colaborar todos ahora mismo, no mañana ni después. Equipo de gobierno, oposición, Junta de Andalucía, gobierno central, Parlamento Europeo y ciudadanía, todos tenemos el derecho de exigir futuro y, a la vez, el deber de colaborar en la medida de nuestras posibilidades para hacerlo posible.
Si dejamos atrás enfrentamientos partidistas, rencillas personales, diferencias de enfoque del problema y nos reunimos, o se reúnen quienes tienen alguna posibilidad de actuar, esto es, partidos, asociaciones, empresarios, la Plataforma y todo hijo de vecino dispuesto a colaborar por el bien común; tal vez no se logre en un primer momento nada positivo, pero se pueden sentar las bases para hacer que la Comarca de Alhama deje de ir a menos.
Si, por el contrario, nos conformamos con el estado de cosas actual, por mí, de acuerdo, mis hijos ya tienen el futuro asegurado. Vámonos a la Fiesta del Vino, a la Candelaria, al Carnaval y confiemos en que sea otro el que venga a resolver los problemas de todo tipo que tenemos. A fin de cuentas, siempre se le puede echar la culpa a otro de nuestros problemas: Al gobierno, a la oposición a, España, a todas las regiones periféricas, a los emigrantes, a la Junta de Andalucía, a la Divina Providencia. No es escasa la nómina de entes a los que es posible culpar de todo lo que pasa, y es cierto que alguna parte de culpa tienen, pero supongo que cada uno también tiene alguna participación en esa responsabilidad colectiva de ese ir a menos del que me ocupo.
Vamos a menos, pero en ningún sitio está escrito que la situación no se pueda revertir, todo es ponerse a ello. Falta gente, falta personal sanitario, falta presupuesto para todo, falta personal laboral en el ayuntamiento, pero moral, que no falte. Al menos eso.