Qué lejos quedan
Qué lejos quedan los juegos callejeros, la bolsa de canicas y el último tebeo que hay poco conseguí.
Qué lejos quedan
Qué lejos quedan
los días de la infancia;
los cuentos junto al fuego
en veladas sin fin.
Un manojo de esparto,
las agujas del punto
y niños que no quieren
nunca irse a dormir.
Qué lejos quedan
los juegos callejeros,
la bolsa de canicas
y el último tebeo
que hay poco conseguí.
Y la escuela diaria
de mañanas y tardes,
pupitres y tinteros,
pizarra y pizarrín.
Qué lejos quedan
las sabrosas meriendas
con el hoyo de aceite,
mientras tomaba el sol.
Los corros de vecinos
en medio de la calle
en noches de verano
huyendo del calor.
Los baños en el río,
las parvas en las eras,
los cántaros de agua
al apuntar el sol.
Qué lejos quedan
los días de la infancia;
qué cerca los recuerdos,
qué honda la nostalgia.
Qué lejos quedan
los días de la infancia;
y el sentirse feliz…
con casi, casi nada.
Santa Cruz, abril 2020
Luis Hinojosa D.