Escardadores
Y otra vez la cuesta arriba. Y otra vez doblar la espalda. Lo mismo que hizo ayer, lo mismo que hará mañana.
Escardadores
Lucha el pobre sol de enero
contra la mañana helada
cuando los escardadores
van entrando por la plaza;
salieron de amanecida
para dar la mañanada.
Amocafre en la cintura,
por calzado, unas albarcas,
el frío metido en los huesos
y la miseria en el alma.
Un pucherillo con agua
arrimado a la pajada;
Juana, esperando a que hierva
para echarle la cebada.
Y Luis, que entra cabizbajo,
que echa agua en la zafa
y, con el jabón casero,
se lava manos y cara.
Un ’café’ con picatostes
sin hablar apenas nada
y a la plaza nuevamente
cargado con su capacha.
“Desde Antoñico hasta Luis.
Cinco duros. A Las Canas”:
es la voz de un manijero
que su cuadrilla prepara.
Y otra vez la cuesta arriba.
Y otra vez doblar la espalda.
Lo mismo que hizo ayer,
lo mismo que hará mañana.
La vida del jornalero
que tierra ajena trabaja:
para él queda el dolor,
para el amo, la ganancia.
Las manos encallecidas,
mil arrugas en la cara,
el frío metido en los huesos
y la miseria en el alma.
Santa Cruz, enero 2020
Luis Hinojosa D.