La batalla de la Venta Baja

La gente llevaba mucho tiempo inquieta, preocupada y en alarma creciente. Mucho más, desde que, en febrero de 1810, las tropas napoleónicas decidieron tomar militarmente Málaga y distribuir fuerzas de control por toda la provincia.

Presentación de “Cuentos del Llano”
 Lo que vamos a conocer como "Cuentos del Llano", serán unas leyendas, historias o cuentos, que se desarrollarán en el ámbito de del Llano de Zafarraya o en el contexto de la comarca de Alhama, que, reales o ficticios, narran sucesos de nuestros pueblos y tierras. El primero que os propongo hoy, es fidedignamente histórico y narra la participación de la gente del Llano de Zafarraya, en la histórica Batalla de la Venta Baja, en el término municipal de Alcaucín, contra las tropas napoleónicas.


(Este cuento tiene la particularidad, de que los hechos contados son rigurosamente ciertos, en situaciones, personajes y hechos narrados, y cuentan la gesta que los habitantes de los pueblos del Llano realizaron en la determinante batalla en el término municipal de Alcaucín, contra las tropas napoleónicas, en las cercanías de "La Venta Baja", en respuesta al requerimiento de ayuda que el jefe del cuerpo de ejército nacional, implicado en la batalla (Regimiento 1° de Cataluña), coronel Antonio Sola. Sólo es ficticio el personaje del supuesto narrador de esta historia).

 La gente llevaba mucho tiempo inquieta, preocupada y en alarma creciente. Mucho más, desde que, en febrero de 1810, las tropas napoleónicas decidieron tomar militarmente Málaga y distribuir fuerzas de control por toda la provincia, dispuestas a acabar con las revueltas populares que se multiplicaban por la zona, en cada rincón y pueblo de la provincia. Mucho más desde que, tras la forzada abdicación a la corona de Fernando VII, Napoleón impusiera como rey de España a su hermano José Bonaparte.

  Yo era entonces un zagalón de 16 años, del municipio de Alcaucín, concretamente de La Venta Baja. Estaba muy acostumbrado a ver a diario "partidas de patriotas", pasar por la zona, para ir a hostigar a los gabachos de la guarnición de Vélez Málaga, a los que incordiaban y atacaban con el sistema de "guerra de guerrillas", contra el que el poderoso ejército invasor no acertaba a ver cómo enfrentarlo y que además contaba con la complicidad y el apoyo de la población.

 Pero también a la gente le tocaba sufrir a las partidas de bandoleros, reconvertidas también en "partidas patrióticas", con apoyo oficial, que lo mismo hostigaban a los franceses que, aprovechaban para cometer sus fechorías, raptos, asaltos y violaciones. Por aquí pasaron y actuaron las partidas de bandoleros- guerrilleros de Vicente Vargas, "el alfarnateño", José Segovia, de Algarrobo, José Frías, "Mínimo", El Cutareño, Campos, José Gálvez, "El Rubio" etc. con ese doble rol de "guerrilleros" y héroes románticos, contra el francés, y despiadados bandidos, odiados por la misma gente. Entre las verdaderas "partidas de patriotas", que hostigan permanentemente al ejército francés y que lo mantienen en jaque hasta el punto que el comandante de la guarnición de Vélez Málaga, solicita varias veces ayuda al cuerpo de ejército francés establecido en Granada, están las partidas de Antonio Muñoz, cura de Riofrío, el alcalde de Otívar, capitán Vicente Moreno, Juan Soldado, Pedro el de El Algarrobal, Guerra, etc.

 La zona de Alcaucín, en la comarca de la Axarquía, fue la más activa de la provincia hostigando al francés y que, siempre volvía a reorganizarse después de puntuales y provisionales derrotas ante el ejército invasor. Después de mil vicisitudes, derrotas e inmediatas reorganizaciones, llega a la zona un cuerpo regular del ejército español, Regimiento 1° de Cataluña, al mando del coronel Antonio Sola, que prepara ya un ataque directo a la guarnición de Vélez Málaga, con un contingente de 1.200 soldados de infantería y 300 a caballo.

 Yo tengo ya en ese momento18 años y decido voluntario apuntarme a la milicia. Estamos a mediados de julio de 1812. Conozco al coronel Sola por pura casualidad, sirviéndole un café en la cantina de oficiales del campamento que monta en la zona este cuerpo de ejército. Le acompaña José Antonio Muñoz, cura de Riogordo y jefe guerrillero de la más prestigiosa "partida de patriotas" que luchan contra los gabachos, poniendo a sus hombres, más de doscientos, al servicio del ejército. Esa misma tarde, el coronel decide que pase a su servicio directo, como asistente personal.

 El día 2 de agosto, todo está preparado para avanzar sobre Vélez y vencer sus defensas, cuando hace acto de presencia en la zona, el general francés Vichery, proveniente de Granada que, de paso hacia Málaga, es avisado de la situación y se dispone a intervenir en ayuda de la amenazada ciudad. Con un ejército muy superior al del coronel Sola, supone que no le llevará mucho tiempo derrotarlo y seguir su camino. Al amanecer del dia 4 de agosto, se entabla una batalla sin cuartel entre los dos bandos. De inmediato, el coronel Sala dispone la salida de mensajeros hacia los pueblos cercanos de Canillas, Periana, Riofrío, Colmenar o El Llano de Zafarraya, con un mensaje firmado de su puño y letra, apelando al patriotismo de sus moradores, a reunir urgentemente y en el menor plazo de tiempo, contingentes de voluntarios, para ayudar a expulsar al francés de nuestras tierras. A mí me corresponde llevarlo hasta El Llano, para entregarlo al alcalde de Calar del Rey, el mayor núcleo de población de la zona y del que dependen a su vez, administrativamente las otras poblaciones: Ventas de Zafarraya, El Almendral y Pilas de Algaida. El alcalde regidor de Calar, líder natural de la zona, José Moreno, convoca a toque de caracola, asambleas urgentes en cada núcleo de población, y para el medio día, hay un nuevo, flamante y entusiasmado ejército de labriegos de 500 hombres (casi el 95% de la población masculina entre los 20 y los 40 años de la zona), que dedica la tarde a pertrecharse y armarse con todo lo que lo que pudieron, trabucos, retacos, escopetas, machetes, chuzos, facas, hondas u horcas. 

 Estaban a principios de agosto, en plena campaña de recolección de los cereales, por lo que las mujeres animaban a los hombres diciéndoles, que fueran tranquilos, que, si se alargaba la cosa, ellas, con los viejos y los niños, "sacarían el agosto pa'lante". A mí se me puso el vello de punta.

 Al atardecer, me despido del alcalde, José Moreno, que me da un emocionado abrazo. Al alba, y al toque de su inefable caracola, un vociferante, decidido y animoso ejército de "zafarrallanos", con su alcalde a la cabeza, irrumpe en la batalla, levantando los ánimos y el espíritu de lucha del exhausto ejército nacional y de guerrilleros "patrióticos” que, pronto equiparan las fuerzas al ejército gabacho.El general francés Vichery, barruntando que, ya no sería posible una victoria en horas ni en días, decide retirarse organizadamente hasta Vélez Málaga, evitando quizás así, su propia derrota. Aunque el coronel Sola, también hubo de retirarse con un cuerpo de ejercido, herido y exhausto, hasta Canillas de Aceituno.

 Días después, el mariscal francés Soult, daba la orden de evacuar todas las plazas de la costa ocupadas, incluida Vélez Málaga. El 28 de agosto, el ejército francés abandona Málaga, terminando para toda la zona, la patriótica guerra de la Independencia y el incordio francés en nuestra tierra. 

 El coronel Antonio Sola, no olvidó la gesta de valentía, arrojo y pundonor de los hombres del Llano que, fueron determinantes en el resultado de la batalla (y... ¿quizás también de la guerra?), elevando a la Junta Provisional de Gobierno de Madrid una solicitud para que le fuera concedida la independencia municipal a Calar del Rey, que constituiría municipio propio, junto a Ventas de Zafarraya, El Almendral y Pilas de Algaida, el 14 de febrero de 1813. Restaurado en el trono el nefando Fernando VII, suspendió la medida que, indefectiblemente, hubo de aprobar dos años después, el día 15 de mayo de 1815.

Ese día, el rey emitió una real cédula real cédula por la que: "la villa de Calar del Rey, adquiere la categoría de villa independiente de cualquier otra". Formando municipio independiente con. Ventas, Almendral y Pilas de Algaida, situación que se conservó así, hasta que Ventas de Zafarraya, consiguió separarse de Calar del Rey y formar municipio independiente junto a Pilas de Algaida. Antes, en 1833, tras la reestructuración provincial de Javier del Burgo, ambos municipios habían pasado de la provincia de Málaga, a la de Granada.

Juanmiguel, Zafarraya.