Hace años, decía un castizo paisano nuestro y lo afirmaba sin despeinarse siquiera: “¡hay que ver, se está muriendo ahora mucha gente que no se había muerto nunca!”.
Los listos de turno, sin más reflexión ni análisis somero de lo dicho, soltaron una carcajada conjunta mientras, mientras obviamente, lo calificaron de inmediato de “tonto del culo”, loco de remate o desquiciado total. Pero en su irreflexión, ninguno cayó en la cuenta de que había dicho una verdad de perogrullo, sí, pero una verdad como un templo. Era una verdad tan clara, tan rotunda y definitiva, que parece que de tan obvia, no habría que expresarla siquiera para que se sepa lo evidente. Es como si dijéramos: la noche oscura, el callado silencio, el ruidoso trueno o el gélido hielo, y no por obvio decimos que el poeta que interpreta esto en su poema, está chiflado o loco.
Y es que es verdad que últimamente están ocurriendo cosas que nunca han sucedido así, por ejemplo, lo sucedido con la muerte del Papa Francisco (vaya por delante que ha sido un gran hombre y un buen hombre). Antes, desde siempre, cuando moría un Papa todos los medios más conservadores y los políticos del arco parlamentario de la derecha y extrema derecha, españoles y mundiales, se deshacían en elogios, alabanzas y panegíricos al Santo Padre fallecido, vinieran o no a cuento, mientras los medios más “rojillos” y políticos más izquierdosos, le hacían un vacío informativo a la noticia, cuando no una clara y abierta crítica a la línea del finado, como en los casos de Pío XII, Juan Pablo II o Benedicto XVI. No obstante, con Francisco, las izquierdas, en general, desde las más moderadas a las más radicales, han ponderado e incluso magnificado la actitud progresista y bienintencionada del difunto, aunque lógicamente imposibilitado de hacer milagros en la férrea y bien apoltronada en el poder temporal, además del divino, iglesia Católica Apostólica y Romana, dicen.
Sin embargo, no hay más que escuchar estos días a los medios y políticos ultras como nuestro Santiago Abascal, o los foráneos como Miley, Marie Le Pen, Trump o Bolsonaro, y algunos de los más inmoderados del área de los Populares Españoles y Europeos, que escupen por un colmillo, sobre las prácticas y propuestas pseudo comunistas introducidas en la Iglesia, bajo su pontificado, culpándolo además de la corrupción moral y de costumbres que él había promovido. Mientras, efectivamente, las izquierdas, desde moderadas a más radicales, se deshacen en reconocimientos y alabanzas sobre su bonhomía y buen hacer, difuminado y perdido hasta la raíz su antiguo remoquete agnóstico y principios anticlericales.
...sí fue lo suficiente para crear corriente de opinión en el clero...
Hemos dicho también, que el Papa en la actual conformación granítico - conservadora de la iglesia, muchos milagros no ha podido hacer, por lo que siendo inteligentemente pragmático, se apuraba en lo que podía, que aunque no sería mucho, sí fue lo suficiente para crear corriente de opinión en el clero, para que conocedor luego, de las tendencias y actitudes de sus prelados, nombrar cardenales en su línea como única forma de profundizar y avanzar en las reformas y en la doctrina y evolución de la iglesia, que él ha defendido con toda la energía, aunque desde sus obvias limitaciones. Su nombramiento de 30 ó 40 nuevos cardenales, pueden marcar la linea del futuro e inmediato Cónclave Electoral.
Utilizando un giro lingüístico propio de nuestro Llano, podríamos decir que, “estaría de porte”, que ante la desestabilización y caos mundial creado por Pato Donald Trump y el “Puto Putin, pudiera provocarse un conflicto mundial, en el que las fuerzas neoconservadores y fascistas, desde su actual y furibundo anticlericalismo, se dedicarán a la quema de iglesias y conventos o persiguiendo a monjas, curas y prelados de la meritocracia “franciscana”, mientras las izquierdas capean el temporal, prestándoles refugio y apoyo moral al clero y sus instituciones. También podremos ver, cómo los partidos neonazis del mundo, como nuestro patriotero VOX, recurren a los supervivientes del Holocausto judío como Netanyahu, para que los ayude a arrojar de España a los infieles e “ilegales moros”, descendientes en su mayoría por cierto, de las tropas moras de élite con las que Franco formó inicialmente su “victorioso” ejército y que formaron su guardia personal durante décadas. En tanto, las democracias neoliberales europeas, acosadas por la alianza imperialista de Putin y Trump, se ven forzadas a pedir el apoyo y protección de la ultraliberal China comunista. ¡Ver para creer!
No sé, no sé, pero para mí, que a poco que nos descuidemos, “el mundo puede ponérsenos totalmente del revés”. Y la vida sigue.
Juanmiguel, Zafarraya.