No somos viejos, es que simplemente "nos ha llegado la tarde".
Hoy me he sonreído sólo, hasta casi la carcajada, al percatarme de que había caído en la misma trampa en la que cayó mi hermano Emiliano hace ya unos pocos de años, en una ingenua y tierna anécdota, que, en este año y medio transcurrido desde su muerte, me ha arrancado una sonrisa en más de una ocasión. Cuando rondaba ya los ochenta años, me aborda una mañana y me suelta de sopetón: "pues no es que apenas he dormido esta noche, preocupado porque acababa de darme cuenta, de que no hay ahora apenas "viejos" en el pueblo, como los ha habido desde siempre, que se han perdido casi, en los últimos años...! Cuando he caído en la cuenta de golpe: ¡coño, si "los viejos" de ahora soy yo, ¡cómo voy a encontrarlos mirando hacia afuera, si están en mí y en los de mi tiempo...!". Y sé que es cierto que le había ocurrido exactamente así.
Pues bien, en estos días, rebuscando información y datos para un par de relatos que tengo en preparación, hago un repaso de "viejos" cercanos a los que consultar, y constato consternado y me digo para mis adentros: "pero si ya no están los que consultaba siempre; ya no está Emiliano, ni Benigno, Emilio Garbano, Rosendillo, el General, Palique, mi tío Miguel, Gabriel... ¡pero si no queda ni uno! ¿a quién voy a consultar? ¡Es raro, pero es que ahora no hay viejos...! Y dicho y hecho: "¡la de Emiliano!" De pronto caí en la cuenta, "que de todo lo que se habla se cata" y segundo, que parece que no nos gusta reconocernos como viejos, o que, como reclama un viral video que estos días anda por las redes, no somos viejos, es que simplemente "nos ha llegado la tarde". Rompí a reir y me propuse seguir buscando información entre mis contemporáneos, "los viejos".
la vertiginosamente evolucionada, social, política, laboral y tecnológicamente....
Por cierto, una generación, una "dómea" de edad, como precisa esta perla de nuestro vocabulario local, (dómea) que no ha sido una generación cualquiera, sino la que se sitúa a caballo entre una sociedad anticuada y rancia de "preguerras" y la vertiginosamente evolucionada, social, política, laboral y tecnológicamente, con la consolidación de las democracias, la creación del "estado de bienestar” y la descolonización mundial. A nivel agrario, hicimos de puente, entre la agricultura tradicional, de arado romano, siega con hoz y recolección manual y la nueva agricultura.
Teorizan los historiadores, si los cambios cuantitativos y cualitativos fueron tan profundos, que hayan podido significar un verdadero cambio histórico de "Era". El punto álgido de inflexión, estaría situado en torno a los años cuarenta- cincuenta, con suficientes hitos de inconmensurable magnitud, como para justificar ese cambio: el final de la guerra mundial con la derrota de los fascismos; el inicio de la era atómica, con las explosiones nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki; la creación del estado de bienestar; el inicio de la revolución tecnológica y de los viajes espaciales. Salvo en España, tras la consolidación del "franquismo", el mundo está en permanente "ebullición" de cambios, en lo económico, social, costumbres y valores, visibilización de la mujer y reivindicaciones por la igualdad, derechos democráticos, descolonización progresiva y total, y la total mecanización y globalización de la agricultura y sus mercados. España es la excepción en Europa, con una fuerte regresión democrática y y retroceso en derechos y libertades. Aunque en otros ámbitos, sigue la tendencia europea, de mecanización del campo, planes de estabilización y globalización económica.
...a nivel mundial, la revolución cultural, antitradicionalista, y reivindicadora de libertades
Es esta generación en su madurez, la que va a protagonizar, desde su raíz y a disfrutar o a sufrir, y a nivel europeo, nacional y local, una de las épocas de cambios más radicales de la historia. Es la que propicia a nivel mundial, la revolución cultural, antitradicionalista, y reivindicadora de libertades, conocida como el "mayo francés", la que puso el pie en la Luna, y la que lleva a su apogeo la lucha por la reivindicación de la mujer, por la globalización mundial, la explosión de la informática, la hegemonía de las redes sociales, con "internet", la saturación de la información y las nuevas tecnologías aplicadas a todas las ramas de la producción y de la nueva agricultora, por ende. Y es aquí, donde se inicia el traspaso de protagonismo a las nuevas generaciones, o "dómeas" generacionales, en pleno auge y dominio por ellas, de estos nuevos retos, y de la nueva visión del conocimiento y la información, que significa el "big-data". Pero sólo a esta generación, que hoy frisa los 70-80 años, le ha cabido la responsabilidad y el honor de haber cruzado el rotundo Rubicón, entre la agricultura tradicional y el cambio a la nueva agricultura que en El Llano supone, después de la transformación al regadío, la irrupción de las nuevas tecnologías aplicadas: mecanización total, riego localizado por goteo, siembra en cepellón y fertilización controlada por ordenador. La que ha servido de puente y conexión, entre sociedad y los usos que hundían las raíces de su actividad, en la noche de los tiempos, y la sociedad del "big- data".
A nivel local, esto se traslada a ser el relevo y conexión, de la generación que salió de la guerra, e iniciara la primera transformación del Llano, con el inicio del regadío, y la posterior a nosotros, que desarrollará en el futuro toda la potencialidad de las nuevas tecnologías.
Fue mi generación, la última en participar de las últimas y ancestrales técnicas agrícolas
Fue mi generación, la última en participar de las últimas y ancestrales técnicas agrícolas: siega manual con hoz, recolección en la era, (con trilla y aviento) sementera y siembra con yunta y arado romano o de hierro, de una o dos manceras, maíz desgranado en las eras, a azada y escarda de cereal a almocafre, en largos inviernos. Pero también fuimos, junto a otras, la del profundo cambio en El Llano, desde la transformación al regadío, hasta las importantes infraestructuras comerciales, los nuevos métodos de cultivo, a las modernas infraestructuras: fertirriego, siembra en cepellón, invernaderos. Informática aplicada etc. Y es la generación que conecta y llega también a usar y conocer, aunque menos que la generación posterior, las redes sociales, internet y la informática aplicada a la automatización del riego y a los procesos comerciales.
En una valoración somera, somos la generación que conecta el arado romano y la hoz, como en los dos mil años anteriores, con las novísimas técnicas de informática aplicada a los procesos de producción y venta, en el inicio del "big- data".
Creo que debemos ser conscientes de que hemos sido una "dómea" generacional, irrepetible en el tiempo y en las circunstancias. Las generaciones anteriores a nosotros, pusieron el trabajo, el sacrificio y la resistencia para propiciar la etapa de evolución posterior. Las generaciones futuras en El Llano, junto a la gran revolución de la migración, supondrán el apogeo y el dominio de las novísimas tecnologías y métodos modernos. Pero nosotros hemos sido la generación "bisagra", que ha conectado aquel mundo del pasado, con éste que se inició hace más de sesenta años y que obligó al reciclaje más grande de transformación humanística, técnica, profesional y de percepción globalizada de una actividad, de una cultura, y de una evolución política, ideológica y social. Y esperamos seguir todavía por unos años, colaborando y aportando experiencia, ilusión y sabiduría al proyecto de futuro.
Juanmiguel, Zafarraya.