Las maravillas del pensamiento simbólico

Las personas, los animales y las plantas, como seres vivos, tenemos cosas en común: estamos formando de células y para nuestro desarrollo, transformamos en energía agentes externos. 

 El oxígeno del aire en nuestra respiración, el agua y otros elementos químicos, que, en los procesos de la cadena trófica, transformamos en energía y asimismo todos, nacemos crecemos nos reproducimos y morimos.

 Con los animales compartimos la movilidad, el cerebro, algunos instintos y sentimientos primarios, sensibilidad al dolor, sensaciones de miedo, alegría o tristeza, memoria sensorial, recuerdos selectivos, potenciadores del afecto filiar, como el "efecto bebé" etc.

  Pero entre los animales y el ser humano, hay sobre todo unas abismales diferencias cualitativas, que hacen definitiva e infinitamente superior a las personas sobre el resto de los animales y éstas son: el pensamiento complejo, el pensamiento simbólico y el libre albedrío.

  No pretendo hacer una disertación filosófico- psicológica, ya que soy totalmente profano en la materia, esto se lo dejo a nuestro amigo placentino, Heráclito de Éfeso, para que algún día nos deleite por estos vericuetos.

  Yo sólo quiero manifestar mi permanente sorpresa, cada vez que "descubro" alguna sutileza más, de la maravilla que es la mente humana y su capacidad de relación, interpretación, intuición, memorización, selección, imaginación, discriminación, afección, desafección, empatía, altruismo etc. todo elegido desde su libre albedrío y estén presentes o no, los actores de intercambio de estos sentimientos.

...la maravilla que significa la inteligencia humana

  Los animales, sobre todo los más complejos, vertebrados y sobre todos, los primates, comparten muchos de estos rasgos, incluso el de compartir algún sentimiento, por una capacidad sensitiva, que, en algunos rasgos, es parangonable a la humana, aunque en ellos esté limitada al instinto, y no goce de libre albedrío.

  Pero es la capacidad del pensamiento abstracto o complejo, con las herramientas que le presta el pensamiento simbólico, lo que mide la capacidad también única, del libre albedrío, lo que nos hace únicos, especialísimos y cualitativamente, miles de veces por encima de cualquier otro animal, por muy listo o adiestrado que sea, ni por excepcionales condiciones de actuación o resolución que posea. Todo lo que se refiera a la maravilla que significa la inteligencia humana, aún de la más primaria, es digno de permanente sorpresa. 

  Y esto, llevado al lado de lo cotidiano, sigue planteándonos la misma valoración maravillosa y de permanente sorpresa:¿cómo es posible que a partir de las capacidades mentales de las personas, seamos capaces de establecer vínculos, simpatías, empatías, (hasta antipatías) amistad, sentimientos de afinidad, de cercanía espiritual, de rechazo de compatibilidad o incompatibilidad de caracteres, de agrado o desagrado, de identidad ideológica o de abierta hostilidad, de ternura o incluso de sentido del humor compartido o de rechazo, de humor zafio y cutre, según opiniones y tantos y tantos sentimientos como puedan aparecer en cualquier relación entre personas, pero que aquí se puede dar entre personas que no se han conocido nunca, con nulo contacto físico e incluso que no se vayan a conocer nunca, muy probablemente.

...sólo existe en el extremo más complejo de las estructuras físicas, en el universo...

  Está claro que me estoy refiriendo al fenómeno de la relación interpersonal o multipersonal, a través de las redes sociales, un fenómeno hasta ahora desconocido y ahora en pleno auge: Twitter, Facebook, Instagram etc. a través del pensamiento simbólico (el idioma escrito o descrito a través de signos gráficos y otros símbolos, como emoticones y otros, interpretados y expuestos argumentalmente, a través del pensamiento abstracto) que establece entre iguales, conceptos, ideas, propuestas y resoluciones, que serán recibidos, interpretados y asimilados, por el otro o los otros participantes en la red.

  ¿Cuántos amigos conocidos a través de Facebook, por ejemplo, luego de un tiempo de intercambio, no te sientes tan cercano o identificado con ellos, como con otros a los que conoces de toda la vida personalmente, sobre todo si alguna que otra vez, has profundizado, aunque sea un poco, en valoraciones filosóficas, ideológicas, culturales, identitaria, sentimentales, ecológicas, históricas, humorísticas etc. Llegas en algunos casos, a un cierto mimetismo de respuesta ante los mismos estímulos y esto paradójicamente, sólo existe en el extremo más complejo de las estructuras físicas, en el universo, la vida inteligente, que somos las personas y la más simples, las partículas elementales: en la fisión de una partícula elemental, pueden formarse dos subpartículas, que conservarán el mismo spin, momento angular, energía etc, y lo más curioso, aunque se separen a distancias casi infinitas, responderán de forma idéntica a un mismo estímulo y de forma instantánea. Es decir, repetirán lo que haga la otra y a la vez. ¡Misterios de la tecnología, la cuántica y la inteligencia!

Juanmiguel, Zafarraya.