La Casa de la Inquisición está situada junto a la Iglesia de la Encarnación.
En su fachada se unen elementos del gótico final, mudéjares y del primer renacimiento, con la utilización de referentes iconográficos, como el escudo pontificio y las llaves de San Pedro.
El edificio conserva dos portadas. La principal con tres cuerpos, los dos inferiores labrados en piedra y rematados por una cornisa decorada con bolas al estilo Juan Guas; el tercero está encalado. La puerta tiene arco mixtilíneo con encuadre de arco carpanel; encima se abre una ventana geminada con balaustre y arcos conopiales que apoyan en una doble columna central con collarín. Decoran los dos cuerpos motivos del último gótico español así como plateresco.
Existe otro acceso trasero que da a un zaguán con vigas de madera y arco de medio punto con ménsulas en la clave e impostas labradas.
En la actualidad es una vivienda particular que la tradición popular ha relacionado con el Santo Oficio. No obstante, como ha analizado el profesor Hermógenes Ruíz «su heráldica demuestra que fue casa de la hermandad Clerical de San Pedro».
El edificio conserva dos portadas. La principal con tres cuerpos, los dos inferiores labrados en piedra y rematados por una cornisa decorada con bolas al estilo Juan Guas; el tercero está encalado. La puerta tiene arco mixtilíneo con encuadre de arco carpanel; encima se abre una ventana geminada con balaustre y arcos conopiales que apoyan en una doble columna central con collarín. Decoran los dos cuerpos motivos del último gótico español así como plateresco.
Existe otro acceso trasero que da a un zaguán con vigas de madera y arco de medio punto con ménsulas en la clave e impostas labradas.
En la actualidad es una vivienda particular que la tradición popular ha relacionado con el Santo Oficio. No obstante, como ha analizado el profesor Hermógenes Ruíz «su heráldica demuestra que fue casa de la hermandad Clerical de San Pedro».