La otra feria



Los jóvenes valiendo que es un día festivo en el que esa noche hay bastante gente, casi todos se reúnen, aprovechan para verse antes de bajar al recinto ferial y echar un rato de charla, organizándose así los botellones, también producidos por la falta de recursos económicos.
 
17/09/2008.- Cada vez estoy más de acuerdo en que la feria de Alhama sea una, para los jóvenes, la feria es un fin de semana con más gente de la habitual y donde  coincide a la vez con casi todos los amigos y conocidos. Por otra parte para los adultos, es una buena ocasión de salir y divertirse, de relacionarse con los demás vecinos y amigos que quizás durante todo el año no lo hacen por motivos laborales, de tiempo, etc. Es por ello que cuando uno observa la caseta municipal le reconforta ver a los mayores divirtiéndose, bailando, coincidiendo con personas de otra generación.


 Por ello la feria debe ser una actividad no solo festiva, sino donde se englobe lo cultural, lo social  también, y  así este año y aunque de forma superficial se ha querido tener presente estos aspectos, un ejemplo ha sido la entrega de premios de las actividades organizadas en la feria, así como la imposición de los pañuelos, queriendo introducir dicho carácter a la fiesta. Pero aún  falta  que la gente joven también participe de estas actividades y no solo sea un fin de semana festivo.

 La solución, sin duda, pasa por darle el cambio que se tiene en mente a la feria, pasándola a solo una y que en ella se concentre un gran número de actividades que englobe la participación de todas las generaciones, y en distintos estilos, es decir, tanto el apartado cultural, como festivo, social, etc. Lo que haría de la feria una fiesta particular, abandonando las rutinas festivas  que siempre están a lo largo del año.


 Debido a la carencia del sentido anteriormente mencionado en la feria, los jóvenes, valiendo que es un día festivo en el que esa noche hay bastante gente, casi todos se reúnen, aprovechan para verse antes de bajar al recinto ferial y echar un rato de charla, organizándose así los botellones, también producidos por la falta de recursos económicos de los jóvenes, que les incapacita costearse la fiesta en las habituales casetas de marcha, generalmente por los excesivos precios. De paso el botellón sirve para poder relacionarse con demás jóvenes que no coinciden a lo largo del año, así  hablan, beben y se invitan, hasta que se dan  cuenta de que el lugar del botellón se queda vacío y es hora de visitar el ferial. Se dirigen directamente a la caseta de la juventud para pasar el resto de la noche, y es ahí donde se  termina toda conversación y todo tipo de relación social, la música lo impide.

 Tenemos que conseguir que la feria no sea un fin de semana más, sino todo lo contrario, algo diferente que ilusione  su celebración por el contenido y la diferencia con respecto a lo habitual, tratándose de que se produzca una interrelación social y cultural de todos los vecinos del pueblo, donde se conozca a gente que en diferente situaciones sería difícil de conocer y relacionarse produciéndose una mutualidad social que nos enriquecería como sociedad.

RG.AC