Entrando al camino que nos desviaba del que baja hacia la cortijada de Torresolana, ella, la luna, nos envolvió en ese halo al que cantaba Víctor Manuel en su hermosa canción de principios de los ochenta del pasado siglo a la luna de luz plateada que inundaba los campos hasta el infinito.
“Luna llena, invisibles son los hilos que manejas.
Luna llena, siempre envuelta en un halo de lunática tristeza”.
Víctor Manuel san José.
Luna llena, siempre envuelta en un halo de lunática tristeza”.
Víctor Manuel san José.
19/08/2016 - Cuarenta y cinco minutos antes de este “milagro visual “partimos los participantes de esta séptima ruta nocturna que como ya se está haciendo habitual y por estas fechas organiza el Ayuntamiento de Alhama dentro de su programación de actividades del Verano Cultural 2016.
El Club Senderista “La Maroma” de Alhama y Zafarraya, colaboró como en las otras seis ediciones pasadas desde el año 2010, al igual que el equipo de voluntarios de Protección Civil.
Tras unas palabras de bienvenida en el lugar de partida por parte de los colaboradores del club senderista, a las 83 personas congregadas entre vecinos de Alhama, Zafarraya y el Almendral, paisanos, visitantes veraniegos, alhameños venidos expresamente desde la capital granadina y algunos visitantes y vecinos de otras nacionalidades, y tras esas palabras de bienvenida como reseño, la noche nos abrió sus puertas para comenzar a recorrer a eso de las nueve y cuarto algunas calles del barrio histórico alhameño.
Así, la cuesta del Castillo, la calle Alta Iglesia, Plaza de los Presos, calle Zapateros, Puerta de Granada y finalmente el Carril Bajo en este corto recorrido urbano los vecinos sentados al fresco y la inmensa torre iluminada de la Iglesia Parroquial recortada con el fondo del cielo azul profundo nos despidieron entre asombros y algún que otro aplauso a nuestro paso, para entrar al campo por el camino de Torresolana, las tierras de la zona Noroeste de nuestra geografía local nos esperaban, para dar a los participantes su bienvenida con sus llanos paisajes y sus arraigadas historias.
El camino de Torresolana ya un poco pasado el llamado “peñón de Torresolana”, se bifurca a la izquierda, aquí tomamos este nuevo camino llamado “de los cortijos”, el cual nos llevó hasta la Cooperativa “los Tajos”, donde hicimos la primera reagrupación para tomar un traguito de agua, así el nuevo camino es el que a la derecha baja a Torresolana , el cual abandonamos escorándonos en el siguiente a izquierdas, a los pocos metros de su comienzo donde nos aparecen las tapias en dicho camino de un viejo cortijo, siguiendo estas, llegamos al final del mismo adentrándonos en un frondoso olivar que tras atravesarlo en dirección norte, nos dejó justo en el viejo “camino de Santa María”, dirección ya hacia el inmenso Llano de Dona al que se va accediendo poco a poco en tremenda cuesta y pasando la carretera C- 335 con dirección a Loja.
Una segunda parada para tomar fuerzas después de esta potente subida nos dejaba ver ya a nuestro alrededor y a 1.000 m. snm los paisajes inundados por la potente y plateada luz de la luna, Las sierras de Almijara, de En medio y Tejeda, al igual que las sierras de Alhama y Sierra Gorda y como no, los primeros kilómetros de extensión del Llano de Dona, el siguiente punto a recorrer en esta ruta nocturna.
El Llano de Dona se extiende entre las tierras del Cortijo de Júrtiga, las primeras estivaciones de Sierra Gorda y el límite de las tierras de la zona de Torresolana, un espacio donde la agricultura tradicional cerealista se está transformando en tierras de regadío y producciones hortofrutícolas que les están ganando terreno a las primeras desde hace ya algunos años, su valor histórico para Alhama es importantísimo ya que por estos parajes entraron y estuvieron apostadas las tropas castellanas que conquistaron la ciudad de Alhama en la noche del 23 de febrero de 1482, comandadas por Don Diego Ponce de León y el Duque de Medina Sidonia que olvidando sus diferencias políticas unieron sus ejércitos a los de los Reyes Católicos para esta gesta, nos queda como testigo de aquel hecho la llamada cruz “del Hachuelo”, que se aposta en un lugar privilegiado y de donde partieron las señales para que las tropas entraran en Alhama, tras el tremolado de un “hacho” o antorcha encendida, de ahí su nombre.
El Llano de Dona toma su nombre de una leyenda que nos habla del hallazgo por un soldado de dicha tropa llamado Enriquez de una imagen de la virgen en una hondísima cueva, desde entonces a esa cueva se le conoce como “la sima de Enriquez o sima Rica”, cueva bien conocida por los lugareños y los espeleólogos a nivel nacional, la imagen de la señora o Domina como se le llamo en aquellos días, dio el nombre a este inmenso Llano, así se le llamo el Llano de la Dona o de la señora, transformándose por el habla con el tiempo en el Llano de Dona.
El camino que los senderistas nocturnos recorríamos llamado “del cortijo Pozo”, nos llevaba a través de estas suaves tierras hasta un cruce frente al cortijo “de Cañahonda”, que cambiando completamente de dirección hacia el sur nos dejó junto a las ruinas del viejo cortijo “del marqués”, y siguiendo el camino del mismo pasando junto a una solitaria encina , nos encaminamos hacia el nuevo cortijo del marqués , ubicado frente al mismo y junto al camino asfaltado de la fuente del Ama.
Aquí hicimos un descanso para recuperar fuerzas, justo en la explanada donde cada verano se celebra el festival musical Dona Summer, muy conocido y concurrido por nuestros jóvenes, donde la música y la fiesta duran toda la noche.
Y, por supuesto allí arriba nuestra protagonista:
“Cansado estoy de ladrarte luna
cansado estoy de mirarme en ti
si voy si vengo siempre me juzgas
decide siempre por ti y por mi
suelta las riendas por favor
que apenas puedo ser quien soy”
cansado estoy de mirarme en ti
si voy si vengo siempre me juzgas
decide siempre por ti y por mi
suelta las riendas por favor
que apenas puedo ser quien soy”
Víctor Manuel San José.
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Tras el descanso, con una temperatura excelente y dispuestos a continuar nos pusimos en marcha, accediendo por detrás de este último cortijo a una zona de cultivos hortofrutícolas, así el sendero a seguir pasa junto al llamado “Pozo de la Ñora” jalonado a su paso por plantaciones de alcachofas, coles, habichuelas y tomates.
Tras su paso nos encaminamos hacia el camino de “rio seco” o “de la madre”, últimos metros del Llano y comienzo del bosque de encinas que bordea al mismo por su parte sur, la zona que se la conoce como Torre Dona, lugar donde existieron canteras a cielo abierto donde los canteros alhameños extraían antaño material pétreo para sus trabajos en la zona.
El camino va avanzando y abandonando esta rambla seca adentrándose en el monte y ya en dirección Este, completamos el círculo mágico del trazado de esta ruta, en dirección a Alhama y alcanzando la cota más alta del recorrido los 1060 m.s.n.m.
El cortijo de Muñiz lo teníamos a un tiro de piedra a nuestra derecha, señal inequívoca de la cercanía ya de Alhama, que tras pasar la planta fotovoltaica que hay en esta zona, comenzamos a bajar con unas envidiables vistas nocturnas hacia Alhama como regalo visual al esfuerzo derrochado.
Tras dieciséis kilómetros y novecientos treinta metros recorridos en cuatro horas y veinticinco minutos con sus descansos incluidos, llegamos justo por encima del parque de bomberos al camino hacia Ventas de Zafarraya, no sin antes homenajear justo delante del viejo cuartel de la guardia civil con un fortísimo aplauso a una persona que nos acompañó durante todo el recorrido , demostrando que la edad y el camino no son en absoluto incompatibles, Antonio “el de Santa Cruz”, que con 83 años y acompañado durante ya los últimos kilómetros del recorrido por los compañeros voluntarios de nuestro Club, y luego por los voluntarios de Protección Civil hasta su propia casa, dándonos a todos una enorme lección de fuerza y alegría, desde esta crónica lo homenajeamos y le damos las gracias por la lección dada esa plateada noche.
Solo nos quedaba completar la ruta hasta el mismísimo Paseo de la Carrera para hacernos una foto de grupo para el recuerdo, invitando tras la misma a todos los asistentes para la del próximo año y aprovechando que me queda aún un poco más de papel os invito queridos lectores de esta crónica para desde aquí animar a las personas que quieran acercarse a nuestro club senderista que lo hagan, que salgan con nosotros en alguna ruta todo es probar, las puertas del club senderista “La Maroma “ de Alhama y Zafarraya están abiertas, solo tenéis que poneros en contacto con nuestro equipo directivo, para daros toda la información que os haga falta, descubriréis que los caminos y las personas estamos hechos de los mismo…. Estamos hechos de vida, con mayúsculas.
Hasta la próxima.
José Andrés Ciruela Raya.
Las imágenes de la ruta nocturna 2016
Foto de grupo | pulsa para ampliar.
Fotos: Pablo Ruiz.