“Luna, silenciosa, que todo lo ves, todo lo sabes, no dices nada, todo lo reservas, no eres embustera. Bajo tus rayos mi alma se vuelve poeta, me guías al romance y me dejas quieta, para recibir el beso de una quimera”.
Como cada verano cultural, y ya son seis, las botas de los asistentes a la ruta nocturna se las prestan a “la Dama de la Noche”, para que les acompañe en la ruta que comparten con ella.
A las nueve y diez de la noche se dio el pitido de salida de esta sexta ruta nocturna, no sin antes tener unas palabras para dar la bienvenida y agradecer a los asistentes el personarse en el Paseo del Cisne para participar en ella.
Jóvenes, niños, socios del club, personas que ya repiten todos los años, caras nuevas, todos nos disponíamos a participar de las cinco horas aproximadamente de caminata que teníamos por delante.
Un pequeño recorrido urbano, por la Carrera Francisco de Toledo, la calle Baja Iglesia, con la imponente torre de la parroquia iluminada, la Plaza de los Presos, la bajada a la Puerta de Granada por la calle zapateros para desembocar finalmente en el recinto ferial por las Barbacanas, para pisar la Vereda de Alhama a Ventas de Huelma, cuyo primer tramo es más conocido como “la ruta del colesterol”, que presentaba con su iluminación un paseo muy agradable.
El acceso al Puente Romano también remozado y arreglado para que los visitantes se acerquen hasta él, y admiren su sencillez pero también su dilatada historia desde que se construyó, según se cree en el siglo I de nuestra era así que dos mil años nos contemplan.
La vereda de Alhama, que es Vía Pecuaria debidamente señalizada y caminable hasta la mismísima Santa Fe en plena Vega ”Granaina”, también es Camino Real desde hace siglos, uniendo la costa malagueña con la capital del Reino de Granada, en su variante a partir de Ventas de Huelma , La Malahá.
Un primer tramo de asfalto a la altura del Cementerio nos dejó al comienzo de la subida por la cañada “de Palomino”, al poco de su ascenso, comenzaba el paisaje a abrirse bajo la imperturbable luz de nuestra invitada.
Las luces de la urbe se iban alejando, hasta desaparecer al doblar la enorme cuesta dejando el famoso cortijo de Vallarta allí abajo al lado de la carretera de Granada, y dominando bajo la plateada luz de la luna el horizonte las tierras cercanas a Torresolana.
Nuestro sendero tubo un segundo recorrido sobre el asfalto de la Carretera hacia Cacín, para rápidamente meterse entre olivos y almendros siguiendo la trocha de la Vía Pecuaria.
Nuestro segundo reagrupamiento nos llevó hasta el comienzo del carril de los Llanos de María Tomasa, cambiando nuestra ruta drásticamente de orientación hacia el Sur.
Muchos de los caminantes coincidíamos en que no recordábamos una luna como la que nos iluminaba esa noche, verdaderamente impresionante, las linternas frontales no nos hicieron falta en todo el recorrido excepto en dos o tres tramos puntuales, entre árboles o con la luna en sombra.
Hacia el Sur, caminado con buen paso y sin grandes distancias entre el grupo, se pudo disfrutar de las vistas de las Sierras de Tejeda, con La Maroma (2.065 msnm), la Peña del Sol (1829 msnm), las cumbres de la Sierra de Játar, donde el cerro de Malascamas (1.792 msnm), la cara norte del cerro del Pozuelo o de la Chapa (1.818 msnm), nos deleitaban con su imponente vista y más a la izquierda la inconfundible silueta del cerro del Raspón de los Moriscos o del Lucero (1774 msnm), y ya en la lejanía más inmensa la cumbre del Navachica (1831 msnm), entre otros.
El grupo hizo su descanso a la altura del paraje de “la antena”, pasada ya con creces la Planta de Transferencia de basuras, entre chaparros y los rastrojos de los campos de cebada, una fila de almendros apostados al filo del camino nos sirvió como parapeto del viento que nos llevaba acompañando ya unos cuantos kilómetros, al igual que las luces de los pueblos de la Vega de Granada al Este. Esta zona del recorrido nos pone entre los 1.100 y los 1.300 m de altura snm, y las vistas eran muy buenas.
Tras la comida seguimos con nuestra ruta, llegando a la altura del cortijo del Policía, donde girando a nuestra derecha y enfilando el sentido Oeste, comenzó un camino en descenso pronunciado al comienzo de las llamadas lomas de la Cantera, que en un principio era de tierra pasando a ser de cemento, ya que lo están arreglando para que los vehículos agrícolas lo puedan subir sin la menos dificultad y que hizo muy cómodo el regreso, en un vertiginoso descenso hasta la carretera de “la Chorrera”, siempre con las vistas nocturnas de la “Carrera de Jatar”, con las lejanas luces de los cortijos de la zona de las viñas de Alhama y los parajes cercanos a la zona de La Alcaicería y del Robledal, también se podían apreciar en la lejanía la tira blanca de las nieblas sobre la zona del Llano de Zafarraya, “las Garduñas”, como las llaman por esos parajes.
Justo en la carretera de “la Correra” nos despedimos de los voluntarios de Protección Civil, que en todo momento nos acompañaron, en los tramos de carretera dirigiendo el tráfico y ofreciendo su vehículo para el traslado de las personas que lo necesitaran, por suerte solo una persona fue evacuada casi al comienzo de la ruta, el resto llego a su destino.
El tramo final de la ruta discurrió por el Camino Medieval de la Mina, pasando el puente de madera del paraje del “ romance del Enchinar”, cuantos recuerdos de juventud afloraban al paso de dicho paraje por la mayoría de los asistentes, ya que en este paraje hace ya algunos añitos había “un romance” de aguas cristalinas donde nos bañábamos en los calurosos veranos grandes y pequeños, recordando que en nuestro rio había por lo menos diez o doce romances donde podíamos ir a nadar sin peligro de ningún tipo… eran otros tiempos.
La subida de la Mina, fue la entrada al barrio árabe, enfilando por la calle Llana y desembocando en la fuente de la Pila de la Carrera, punto de reunión y de final de esta sexta ruta nocturna “Caminando con la Luna”, donde participamos 112 personas e hicimos un recorrido de 17 km. 270 m. recorridos en cinco horas.
Esta ruta fue otro encuentro más entre vecinos y foráneos en este Verano Cultural 2015, que organiza la Concejalía de Cultura de nuestro Ayuntamiento, donde como en cada edición de la misma , nos adentramos en los parajes “Jameños”, para conocerlos y recorrerlos y sobre todo para disfrutarlos con la majestuosa y misteriosa, siempre luz plateada de nuestra Luna Llena.
El Club Senderista “La Maroma” de Alhama y Zafarraya, agradece la participación de todos y cada un@ invitándoos a la próxima en 2016, y agradece también a los voluntarios de Protección Civil de Alhama de Granada, su impagable ayuda para que todo saliera tan estupendamente y como no, a los compañeros y compañeras socios de nuestro club en las labores de guías de enlace y de ayuda, al centenar de personas que esa noche caminaron junto a nosotros, invitándolas también a que se acerquen a nuestro club, que nos conozcan y conozcan nuestras actividades abiertas a todos, nuestra temporada está a escasas semanas de comenzar y os podemos garantizar que si se prueba , se repite… avisados quedáis.
Redacción gráfica: Francisco Javier Valderrama.