Los caminos, siempre son reservas de recuerdos, para atravesar la Sierra de Enmedio, la de Játar hasta Competa (www.competa.es), solo tienes que dejarte llevar, el sendero te va dejando el sabor de los auténticos caminos de antaño, aquellos que siempre estaban, fuere la época que fuere, llenos de personas que se buscaban la vida a través de estas sierras con su ganado y sus cabalgaduras, siempre repletas de productos que se comercializaban o se cambiaban de una zona a otra.
Los arrieros eran los protagonistas de estos caminos, los de esta parte llevaban a la costa el trigo, la cebada, los garbanzos, la harina y los de la costa traían en sus costales, las algarrobas, el vino dulce, los limones, las naranjas, las pasas y hasta el pescado, era un sinfín de vidas a lo largo del camino.
Por eso, esos recuerdos perduran, eran muy fuertes y a lo largo del sendero que recorrimos el pasado domingo 19 de mayo, los espíritus de aquellas abnegadas personas, nos observaban desde cualquier recoveco del mismo, sus recuerdos incluso se podían palpar en la vereda que pisamos, el paso de los animales, su día a día estaba impreso en las piedras del sendero, solo había que fijarse un poco.
Nuestro autobús, comandado por Rubén, nuestro joven conductor, nos llevó desde Alhama hasta el polígono agro ganadero de Játar, la mañana era fría, quien lo podría decir a últimos de mayo, pero ya sabéis el refrán, “hasta el cuarenta de mayo…”.
Una niebla espesa cubría los montes más altos de esta sierra jatareña, la de Enmedio, con el cerro de la Chapa como guardián desde sus 1.832 metros sobre el nivel del mar, que siempre lo llevaremos a nuestra derecha.
Desde el polígono agro ganadero el sendero a seguir ya te da una idea del camino, es la Colada de Competa, solo hay que seguirla, el camino va en ascenso en los primeros dos kilómetros más o menos, es una vereda bien señalada que atraviesa el paraje llamado de los Enebrales y que forma parte de la ruta micológica de Játar que también parte desde aquí.
Paisajes con marcadas veredas de color blanco, debido a la naturaleza dolomítica de estos terrenos, con frondosos barrancos y bosques de pinos resineros; los enebros, el matorral y las aromáticas están presentes por doquier.
Poco a poco se va subiendo hasta el “Portichuelo”, donde hay una pequeña vereda que te lleva a un mirador hacia toda esta zona, esa mañana era imposible ver algo ya que la niebla lo impedía.
Desde “el Portichuelo”, se baja hasta la primera venta que nos vamos a encontrar a lo largo de esta arriera ruta, La venta de López, primera hacia Competa y ultima a la vuelta desde la costa, aquí hicimos una primera parada en la misma al modo de los usuarios de otros tiempos, el sendero de bajada hacia ella, es de piedra suelta, en su parte final hay una fuentecilla de agua que mana al lado de una enorme piedra.
Seguimos hacia el barranquillo, por donde dibuja el sendero su recorrido, este barranquillo dejaba su agua en el Rio Añales, el rio de Játar cuyo caudal va recogiendo las aguas de estos arroyos.
Atravesando el arroyo , el sendero se vuelve al poco camino forestal, que en subida , conecta con el camino de Cuesta Parda, que nos dirige hacia el pie de ruta desde donde se sube al cerro del Lucero, unos cuantos caballos sueltos en este punto , con sus crías le dieron a este tramo una bonita estampa en aquella fría mañana, y a un escaso kilometro más arriba, este camino, nos dejó en el mismísimo puerto de Cómpeta, dejando la impresionante mancha blanca de la abandonada cantera de mármol a nuestra izquierda, justo en este sitio reagrupamos a 1.400 metros de altitud.
Las imágenes de la parte sur de esta preciosa sierra de la Almijara, nos impactaron desde esta altura, las casitas blancas diseminadas por doquier, el paisaje tan lejano y de fondo el agua azul del mar Mediterráneo, eran impresionantes. El sendero en bajada nos fue acercando hacia el Puerto Blanquillo, donde llegamos y seguimos la vereda de la izquierda siempre en bajada, siguiendo el sentido del arroyo de los Pradillos, que bajaba completamente seco.
Poco a poco nos íbamos adentrando en terrenos “costeños”, el sol levanto algo más y desapareció el frio de la mañana, el sendero era muy cómodo de seguir, en este tramo, pasados un par de kilómetros , aparecieron los hitos de madera del GR-242, que también discurre por este sendero, más adelante lo abandona y sigue su periplo hasta el cercano pueblo de Frigiliana, el GR-242 atraviesa la cara sur de la sierra de la Almijara en cinco etapas, partiendo desde Periana, y terminando en las Playas de Maro, población cercana a Nerja (www.andalucia.org/es/rutas/sendero-sierras-de-tejeda-almijara-gr-242).
Nuestro sendero a partir de esta encrucijada, comienza un corto ascenso e iba tomando la dirección Oeste, para ir hacia nuestro destino, Competa.
Las vistas eran preciosas; valles, caminos que se pierden en la lejanía y un pueblo blanco junto al mar que después de más de una conversación quedamos en que era Torrox pueblo , primero y Torrox costa después, y estábamos en lo cierto.
Nos encontramos unas ruinas junto al sendero , eran las de la Venta arriera de Cándido, a pocos metros hay una calera , que se conserva en buen estado, sigue el sendero, siempre con la vista abierta hacia el suroeste, la siguiente venta , también en ruinas era la de Pradillos, un sitio paradisiaco por su posición , justo delante del valle hacia Torrox, en esta venta hay una era, muy bien conservada, aquí paramos para comer, llevábamos unos 11 kilómetros de ruta, y apetecía descansar en este precioso lugar, media hora de descanso a unos ocho kilómetros de final de ruta.
Cumplido el tiempo establecido, continuamos la marcha, siempre sobre la vía de la Colada, al poco, otra venta más , por supuesto en ruinas era la venta de María Guerrero, ya cerca del final de esta vereda , y conectando nuestra ruta con un camino forestal, que nos llevó hasta el Collado de Moyano.
Los caminos se reparten en este punto, el nuestro continúa a nuestra izquierda ya siempre en bajada, poco a poco este se va convirtiendo en una pequeña tortura de piso, los cantos rodados y la piedra suelta, le dieron a este último tramo una inusitada dureza, que no nos esperábamos. Así llegamos hasta las mismísimas puertas de Cómpeta, haciendo un alto en el depósito de agua potable del pueblo, y continuando en bajada ya por el camino asfaltado del campo de futbol de la localidad, hasta las primeras casas, donde nos sorprende la escultura de un ciervo en un jardincillo y también el nombre de esa calle “superenpinada”, la calle, Camino de Játar, como no podía ser de otra manera, estos dos pueblos los ha unido la arriería y eso se nota.
Bajamos hasta la Plaza de la Iglesia, Competa a esas horas, las tres y pico de la tarde era un hervidero de gente, turistas y nativos llenaban las terrazas de los bares de esta Plaza, grupos de senderistas descansando en sus asientos de hierro.
Nosotros entramos en el patio de la Iglesia donde hay una colección de mosaicos hechos con azulejos, sobre las tareas del campo de este pueblo, y en este sitio nos hicimos una foto de grupo antes de dispersarnos para descansar y tomarnos unas cañas merecidas.
Siete horas y quince minutos tardamos en recorrer los diecinueve kilómetros ochocientos ochenta metros de esta inolvidable travesía, todos nos dimos la enhorabuena y nos repartimos para brindar en los bares cercanos por la penúltima ruta de esta temporada 2012-2013, que se nos va entre las manos, una temporada muy completa, en todos los aspectos y con muchos y buenos recuerdos.
El conductor del autobús nos dejó unos cincuenta minutillos de descanso para luego recogernos en la parte baja del pueblo y dejarnos en Alhama a una hora “prudente”.
Gracias, Rubén eres un excelente conductor a pesar de tu juventud, eso es que has tenido una buena escuela. Hasta la próxima temporada.
Por eso, esos recuerdos perduran, eran muy fuertes y a lo largo del sendero que recorrimos el pasado domingo 19 de mayo, los espíritus de aquellas abnegadas personas, nos observaban desde cualquier recoveco del mismo, sus recuerdos incluso se podían palpar en la vereda que pisamos, el paso de los animales, su día a día estaba impreso en las piedras del sendero, solo había que fijarse un poco.
Nuestro autobús, comandado por Rubén, nuestro joven conductor, nos llevó desde Alhama hasta el polígono agro ganadero de Játar, la mañana era fría, quien lo podría decir a últimos de mayo, pero ya sabéis el refrán, “hasta el cuarenta de mayo…”.
Una niebla espesa cubría los montes más altos de esta sierra jatareña, la de Enmedio, con el cerro de la Chapa como guardián desde sus 1.832 metros sobre el nivel del mar, que siempre lo llevaremos a nuestra derecha.
Desde el polígono agro ganadero el sendero a seguir ya te da una idea del camino, es la Colada de Competa, solo hay que seguirla, el camino va en ascenso en los primeros dos kilómetros más o menos, es una vereda bien señalada que atraviesa el paraje llamado de los Enebrales y que forma parte de la ruta micológica de Játar que también parte desde aquí.
Paisajes con marcadas veredas de color blanco, debido a la naturaleza dolomítica de estos terrenos, con frondosos barrancos y bosques de pinos resineros; los enebros, el matorral y las aromáticas están presentes por doquier.
Poco a poco se va subiendo hasta el “Portichuelo”, donde hay una pequeña vereda que te lleva a un mirador hacia toda esta zona, esa mañana era imposible ver algo ya que la niebla lo impedía.
Desde “el Portichuelo”, se baja hasta la primera venta que nos vamos a encontrar a lo largo de esta arriera ruta, La venta de López, primera hacia Competa y ultima a la vuelta desde la costa, aquí hicimos una primera parada en la misma al modo de los usuarios de otros tiempos, el sendero de bajada hacia ella, es de piedra suelta, en su parte final hay una fuentecilla de agua que mana al lado de una enorme piedra.
Seguimos hacia el barranquillo, por donde dibuja el sendero su recorrido, este barranquillo dejaba su agua en el Rio Añales, el rio de Játar cuyo caudal va recogiendo las aguas de estos arroyos.
Atravesando el arroyo , el sendero se vuelve al poco camino forestal, que en subida , conecta con el camino de Cuesta Parda, que nos dirige hacia el pie de ruta desde donde se sube al cerro del Lucero, unos cuantos caballos sueltos en este punto , con sus crías le dieron a este tramo una bonita estampa en aquella fría mañana, y a un escaso kilometro más arriba, este camino, nos dejó en el mismísimo puerto de Cómpeta, dejando la impresionante mancha blanca de la abandonada cantera de mármol a nuestra izquierda, justo en este sitio reagrupamos a 1.400 metros de altitud.
Las imágenes de la parte sur de esta preciosa sierra de la Almijara, nos impactaron desde esta altura, las casitas blancas diseminadas por doquier, el paisaje tan lejano y de fondo el agua azul del mar Mediterráneo, eran impresionantes. El sendero en bajada nos fue acercando hacia el Puerto Blanquillo, donde llegamos y seguimos la vereda de la izquierda siempre en bajada, siguiendo el sentido del arroyo de los Pradillos, que bajaba completamente seco.
Poco a poco nos íbamos adentrando en terrenos “costeños”, el sol levanto algo más y desapareció el frio de la mañana, el sendero era muy cómodo de seguir, en este tramo, pasados un par de kilómetros , aparecieron los hitos de madera del GR-242, que también discurre por este sendero, más adelante lo abandona y sigue su periplo hasta el cercano pueblo de Frigiliana, el GR-242 atraviesa la cara sur de la sierra de la Almijara en cinco etapas, partiendo desde Periana, y terminando en las Playas de Maro, población cercana a Nerja (www.andalucia.org/es/rutas/sendero-sierras-de-tejeda-almijara-gr-242).
Nuestro sendero a partir de esta encrucijada, comienza un corto ascenso e iba tomando la dirección Oeste, para ir hacia nuestro destino, Competa.
Las vistas eran preciosas; valles, caminos que se pierden en la lejanía y un pueblo blanco junto al mar que después de más de una conversación quedamos en que era Torrox pueblo , primero y Torrox costa después, y estábamos en lo cierto.
Nos encontramos unas ruinas junto al sendero , eran las de la Venta arriera de Cándido, a pocos metros hay una calera , que se conserva en buen estado, sigue el sendero, siempre con la vista abierta hacia el suroeste, la siguiente venta , también en ruinas era la de Pradillos, un sitio paradisiaco por su posición , justo delante del valle hacia Torrox, en esta venta hay una era, muy bien conservada, aquí paramos para comer, llevábamos unos 11 kilómetros de ruta, y apetecía descansar en este precioso lugar, media hora de descanso a unos ocho kilómetros de final de ruta.
Cumplido el tiempo establecido, continuamos la marcha, siempre sobre la vía de la Colada, al poco, otra venta más , por supuesto en ruinas era la venta de María Guerrero, ya cerca del final de esta vereda , y conectando nuestra ruta con un camino forestal, que nos llevó hasta el Collado de Moyano.
Los caminos se reparten en este punto, el nuestro continúa a nuestra izquierda ya siempre en bajada, poco a poco este se va convirtiendo en una pequeña tortura de piso, los cantos rodados y la piedra suelta, le dieron a este último tramo una inusitada dureza, que no nos esperábamos. Así llegamos hasta las mismísimas puertas de Cómpeta, haciendo un alto en el depósito de agua potable del pueblo, y continuando en bajada ya por el camino asfaltado del campo de futbol de la localidad, hasta las primeras casas, donde nos sorprende la escultura de un ciervo en un jardincillo y también el nombre de esa calle “superenpinada”, la calle, Camino de Játar, como no podía ser de otra manera, estos dos pueblos los ha unido la arriería y eso se nota.
Bajamos hasta la Plaza de la Iglesia, Competa a esas horas, las tres y pico de la tarde era un hervidero de gente, turistas y nativos llenaban las terrazas de los bares de esta Plaza, grupos de senderistas descansando en sus asientos de hierro.
Nosotros entramos en el patio de la Iglesia donde hay una colección de mosaicos hechos con azulejos, sobre las tareas del campo de este pueblo, y en este sitio nos hicimos una foto de grupo antes de dispersarnos para descansar y tomarnos unas cañas merecidas.
Siete horas y quince minutos tardamos en recorrer los diecinueve kilómetros ochocientos ochenta metros de esta inolvidable travesía, todos nos dimos la enhorabuena y nos repartimos para brindar en los bares cercanos por la penúltima ruta de esta temporada 2012-2013, que se nos va entre las manos, una temporada muy completa, en todos los aspectos y con muchos y buenos recuerdos.
El conductor del autobús nos dejó unos cincuenta minutillos de descanso para luego recogernos en la parte baja del pueblo y dejarnos en Alhama a una hora “prudente”.
Gracias, Rubén eres un excelente conductor a pesar de tu juventud, eso es que has tenido una buena escuela. Hasta la próxima temporada.
Nuestra próxima salida, ruta número 15 |
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Recomendaciones para nuestros socios para esta ruta número 15 del 2/6/2013 - Llevar ropa y calzado adecuados para la práctica del senderismo. - Llevar comida y agua. - Llevar siempre encima vuestra tarjeta federativa, es muy importante. - Se recomienda llevar también siempre en vuestra mochila: toalla y un chubasquero o cortavientos. - Se recomienda llevar unas gafas de sol y crema protectora. - Se ruega estricta puntualidad a la hora de la salida de esta ruta, es muy importante. NOTA: Saldremos desde la puerta del ayuntamiento, en vehículos particulares, sed puntuales. |
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