Ya casi es obligada una ruta, o dos en cada temporada, por esta zona de la geografía malagueña tan ligada a nuestra Comarca, otra vez ese paisaje, sus pueblos y sus costumbres , han sido la “trampa”, para volvernos a cazar otra vez, esas formas de vida y sus antiquísimas veredas, nos han dado la oportunidad de caminar por ellas y esta vez desde la autentica puerta que da acceso a la misma, desde que los neandertales colonizaron estas tierras, nos referimos a la puerta natural del Boquete de Zafarraya.
Llegamos a la gasolinera de las Ventas en un moderno autobús llamado Rubén, que curiosamente coincidía con su joven y simpático conductor, quedamos con él en que nos recogiera al final de la ruta a eso de las dos de la tarde, porque en esta mañana íbamos a disfrutar sin prisa y sin pausa de estos preciosos parajes, que teníamos ante las punteras de nuestras botas.
Viejos caminos y veredas, algunas todavía utilizadas por los vecinos de las aldeas que íbamos a cruzar a lo largo de la bajada hasta el Camino de las Huertas, estas dos primeras aldeas malagueñas son la de Espino y la de las Monjas donde en cada una de ellas, la vida parece parada en el tiempo, bien comunicadas con la carretera de acceso a Granada, y habitadas por personas que se ganan la vida en el campo, con sus olivares, almendros y el ganado.
Tras atravesar el límite fronterizo de las provincias, la vereda hacia El Espino es corta, todo en bajada y a la izquierda del arcén de la carretera, se nos abre el paisaje hacia el Sur, repleto de olivares y almendros y sobre todo casas, centenares de casas fruto del “boom urbanístico” de esta zona en la primera década del siglo actual que se pierden a la vista allá por el Puente Don Manuel, de cara al grupo las faldas de la Sierra Tejeda, por su vertiente Oeste, pinares encrespados hacia el cielo y tremendos barrancos, por la zona de la Alcauca, cerca de Alcaucín, era nuestro paisaje de frente.
La aldea de Espino fue rápidamente alcanzada por el grupo, hicimos un descanso en la fuente de agua que hay al principio del caserío para seguir hacia abajo buscando el valle del rio Alcázar, pasamos por la siguiente aldea la de Las Monjas, para dejar los caminos y adentrarnos en una ”verea” de pastores que colgada sobre el rio, va lentamente avanzando y bajando hacia el Camino de las Huertas.
Este tramo está repleto de aulagas, y de romero que están en flor, el color azul y el amarillo son los que predominan entre el verde de sus leñosos troncos, al terminar esta vereda el camino se pierde y hay que buscar una de las docenas de veredas marcadas por el ganado que van descendiendo hacia el cauce del rio, olivos y algarrobos nos van ofreciendo sus recortadas figuras mientras avanzamos hasta una enorme roca, donde reagrupamos y dejamos unos minutos para recuperar y llevarnos algo a la boca, ya que el camino de las huertas estaba ya cerca y este nos llevaría en una tremenda subida hasta el pueblo de Alcaucín.
El camino de ascenso hacia Alcaucín, también llamado de la huertas, va descendiendo poco a poco desde el punto en que entroncamos con él, una gruta donde una imagen de San Isidro es la protagonista a pie de camino, nos indica la dirección a seguir.
El camino es de asfalto, ya que a lo largo del mismo se suceden las casas de campo que son muy numerosas en esta zona, los cultivos de naranjas y de aguacates, nos van acompañando hasta el mismísimo puente del rio Alcázar, que baja bravo por este paraje, una vez pasado su puente comienza la tremenda subida hacia el pueblo de Alcaucín, los olivos son los protagonistas en este tramo y las cumbres de la sierra de Tejeda imponentes a lo lejos, poco a poco íbamos ganando altura, el grupo disgregado hizo un primer reagrupamiento en un pequeño rellano del camino donde los agricultores se afanaban en abonar unas tierras cercanas al camino.
Sin prisa pero sin pausa fuimos coronando esta subida, entroncamos casi llegando a la carretera de acceso al pueblo con el ramal del GR-242, que es el sendero de gran recorrido Tejeda –Almijara, que parte desde el pueblo de Periana y finalizando en las cuevas de Nerja, pasando por Alcaucín, Canillas de Aceituno, Competa, Frigiliana y terminando a la orilla del mar en Nerja, con un total de 75 Kilómetros de longitud y repartido en cuatro etapas, es un sendero perfecto para conocer a fondo esta comarca malagueña. La ruta nuestra retoma este sendero en Alcaucín y ya no lo abandonamos hasta el pueblo de Canillas.
La Plaza mirador de la entrada a Alcaucín a 508 metros sobre el nivel del mar, fue nuestro siguiente punto de reagrupamiento, tras el mismo y un pequeño “resuello”, continuamos por el casco urbano de esta localidad serrana, conocida por los senderistas como el comienzo de una de las subidas más apasionantes a la Maroma, desde el cortijo del Alcázar.
La famosa fuente de los cinco caños en la Plaza del Mercado nos ofreció su fresca agua a nuestro paso, como también los saludos de los numerosos vecinos que a esas horas estaban en esta calle.
Nuestra salida de este pueblo y ya siguiendo el GR-242, fue el camino de la ermita del cementerio o la ermita de Jesús del Calvario, que poco a poco y en ascenso pasando por una cantera de áridos abandonada nos dejo en la Loma de Canillas, donde hicimos el descanso de la comida y repusimos fuerzas, desde este punto a Canillas nos quedaban unos siete kilómetros de ruta.
Después del descanso, el sendero nos fue llevando hasta la falda de la sierra, el límite de las tierras de labor con el pinar Carrasco y de repoblación de esta parte de la sierra, faldeando la vereda va atravesando una zona de matorral y arbustivos, además de un sinfín de plantas aromáticas, hasta llegar al recodo de un camino vecinal y en bajada proseguir hasta de nuevo entroncar con los pinares, que ya no los abandonaremos hasta el mismísimo Canillas.
El paisaje que se abre a nuestra derecha mientras avanzamos perdiéndose en el infinito de esta comarca vecina, hacia el sur y el Oeste, a lo lejos incluso se podían ver las montañas que forman parte de la Sierra de las Nieves, en los confines de esta provincia malagueña, el sendero va discurriendo por esta falda serrana atravesando barranquillos y laderas repletas entre un frondoso pinar, hasta llegar a los tajones que nos indicaban el barranco del Rio Bermuza, ya muy cercano a Canillas.
La bajada hasta su cauce fue muy penosa, a tramos la vereda se rompe y hay que buscarla en sentido ascendente, todas las precauciones eran pocas para que “el cordel humano de color rojo”, no se rompiera.
La bajada al rio al fin la encontramos tras pasar una puerta de ganado, el rio bajaba prácticamente sin caudal, y entre las adelfas, que lo pueblan todo en esta zona del cauce y algunos arbustos , la vereda se abre paso por el seco cauce hasta llegar a la otra orilla, donde la dificultad para conectar con la vereda del GR-242, se agrava debido a que dicha vereda pasa por una zona de piedra lavada por las aguas de lluvia y cantidad de piedra suelta, que unida al desnivel, fue la parte más dificultosa de esta ruta, poco a poco fuimos encontrando vereda y encauzando al grupo hasta alcanzar la buena.
Una vez llegados a la subida del barranco del rio Bermuza, el camino se hace cómodo entre un precioso pinar y lentamente y siempre en subida nos iba regalando, los colores de los pinos, las aromáticas y el paso de un par de arroyos con esa agua cantarina y limpia que te hace sentir que aún quedan cosas autenticas que ver y sentir en este contaminado mundo.
Canillas se encontraba desde este punto a escasos veinte minutos, pero un último regalo para nuestras piernas era la subida ultima, con una pendiente de asfalto de infarto, pero una vez coronado el último tramo, el regalo de haber llegado hasta este pueblo, nos hizo olvidar sobre todo estos dos últimos kilómetros.
Dejamos los bastones y las mochilas en el autobús y nos regalamos cuarenta y cinco minutos de descanso antes de partir para Alhama, nos repartimos entre los barecillos y locales de las calles del centro y la plaza del pueblo, y como en casa oiga…. cervezas con su tapa y de calidad.la misma calidad de esta ruta hecha desde la puerta grande de la Axarquía, donde 54 personas nos sentimos “cazados” por los 15 kilómetros y 300 metros que recorrimos durante cinco horas y diez minutos por esta zona de la Axarquía, tan cercana, te invito a que la conozcas son unos escasos cuarenta minutos en coche. No te defraudará, ya lo verás.
Viejos caminos y veredas, algunas todavía utilizadas por los vecinos de las aldeas que íbamos a cruzar a lo largo de la bajada hasta el Camino de las Huertas, estas dos primeras aldeas malagueñas son la de Espino y la de las Monjas donde en cada una de ellas, la vida parece parada en el tiempo, bien comunicadas con la carretera de acceso a Granada, y habitadas por personas que se ganan la vida en el campo, con sus olivares, almendros y el ganado.
Tras atravesar el límite fronterizo de las provincias, la vereda hacia El Espino es corta, todo en bajada y a la izquierda del arcén de la carretera, se nos abre el paisaje hacia el Sur, repleto de olivares y almendros y sobre todo casas, centenares de casas fruto del “boom urbanístico” de esta zona en la primera década del siglo actual que se pierden a la vista allá por el Puente Don Manuel, de cara al grupo las faldas de la Sierra Tejeda, por su vertiente Oeste, pinares encrespados hacia el cielo y tremendos barrancos, por la zona de la Alcauca, cerca de Alcaucín, era nuestro paisaje de frente.
La aldea de Espino fue rápidamente alcanzada por el grupo, hicimos un descanso en la fuente de agua que hay al principio del caserío para seguir hacia abajo buscando el valle del rio Alcázar, pasamos por la siguiente aldea la de Las Monjas, para dejar los caminos y adentrarnos en una ”verea” de pastores que colgada sobre el rio, va lentamente avanzando y bajando hacia el Camino de las Huertas.
Este tramo está repleto de aulagas, y de romero que están en flor, el color azul y el amarillo son los que predominan entre el verde de sus leñosos troncos, al terminar esta vereda el camino se pierde y hay que buscar una de las docenas de veredas marcadas por el ganado que van descendiendo hacia el cauce del rio, olivos y algarrobos nos van ofreciendo sus recortadas figuras mientras avanzamos hasta una enorme roca, donde reagrupamos y dejamos unos minutos para recuperar y llevarnos algo a la boca, ya que el camino de las huertas estaba ya cerca y este nos llevaría en una tremenda subida hasta el pueblo de Alcaucín.
El camino de ascenso hacia Alcaucín, también llamado de la huertas, va descendiendo poco a poco desde el punto en que entroncamos con él, una gruta donde una imagen de San Isidro es la protagonista a pie de camino, nos indica la dirección a seguir.
El camino es de asfalto, ya que a lo largo del mismo se suceden las casas de campo que son muy numerosas en esta zona, los cultivos de naranjas y de aguacates, nos van acompañando hasta el mismísimo puente del rio Alcázar, que baja bravo por este paraje, una vez pasado su puente comienza la tremenda subida hacia el pueblo de Alcaucín, los olivos son los protagonistas en este tramo y las cumbres de la sierra de Tejeda imponentes a lo lejos, poco a poco íbamos ganando altura, el grupo disgregado hizo un primer reagrupamiento en un pequeño rellano del camino donde los agricultores se afanaban en abonar unas tierras cercanas al camino.
Sin prisa pero sin pausa fuimos coronando esta subida, entroncamos casi llegando a la carretera de acceso al pueblo con el ramal del GR-242, que es el sendero de gran recorrido Tejeda –Almijara, que parte desde el pueblo de Periana y finalizando en las cuevas de Nerja, pasando por Alcaucín, Canillas de Aceituno, Competa, Frigiliana y terminando a la orilla del mar en Nerja, con un total de 75 Kilómetros de longitud y repartido en cuatro etapas, es un sendero perfecto para conocer a fondo esta comarca malagueña. La ruta nuestra retoma este sendero en Alcaucín y ya no lo abandonamos hasta el pueblo de Canillas.
La Plaza mirador de la entrada a Alcaucín a 508 metros sobre el nivel del mar, fue nuestro siguiente punto de reagrupamiento, tras el mismo y un pequeño “resuello”, continuamos por el casco urbano de esta localidad serrana, conocida por los senderistas como el comienzo de una de las subidas más apasionantes a la Maroma, desde el cortijo del Alcázar.
La famosa fuente de los cinco caños en la Plaza del Mercado nos ofreció su fresca agua a nuestro paso, como también los saludos de los numerosos vecinos que a esas horas estaban en esta calle.
Nuestra salida de este pueblo y ya siguiendo el GR-242, fue el camino de la ermita del cementerio o la ermita de Jesús del Calvario, que poco a poco y en ascenso pasando por una cantera de áridos abandonada nos dejo en la Loma de Canillas, donde hicimos el descanso de la comida y repusimos fuerzas, desde este punto a Canillas nos quedaban unos siete kilómetros de ruta.
Después del descanso, el sendero nos fue llevando hasta la falda de la sierra, el límite de las tierras de labor con el pinar Carrasco y de repoblación de esta parte de la sierra, faldeando la vereda va atravesando una zona de matorral y arbustivos, además de un sinfín de plantas aromáticas, hasta llegar al recodo de un camino vecinal y en bajada proseguir hasta de nuevo entroncar con los pinares, que ya no los abandonaremos hasta el mismísimo Canillas.
El paisaje que se abre a nuestra derecha mientras avanzamos perdiéndose en el infinito de esta comarca vecina, hacia el sur y el Oeste, a lo lejos incluso se podían ver las montañas que forman parte de la Sierra de las Nieves, en los confines de esta provincia malagueña, el sendero va discurriendo por esta falda serrana atravesando barranquillos y laderas repletas entre un frondoso pinar, hasta llegar a los tajones que nos indicaban el barranco del Rio Bermuza, ya muy cercano a Canillas.
La bajada hasta su cauce fue muy penosa, a tramos la vereda se rompe y hay que buscarla en sentido ascendente, todas las precauciones eran pocas para que “el cordel humano de color rojo”, no se rompiera.
La bajada al rio al fin la encontramos tras pasar una puerta de ganado, el rio bajaba prácticamente sin caudal, y entre las adelfas, que lo pueblan todo en esta zona del cauce y algunos arbustos , la vereda se abre paso por el seco cauce hasta llegar a la otra orilla, donde la dificultad para conectar con la vereda del GR-242, se agrava debido a que dicha vereda pasa por una zona de piedra lavada por las aguas de lluvia y cantidad de piedra suelta, que unida al desnivel, fue la parte más dificultosa de esta ruta, poco a poco fuimos encontrando vereda y encauzando al grupo hasta alcanzar la buena.
Una vez llegados a la subida del barranco del rio Bermuza, el camino se hace cómodo entre un precioso pinar y lentamente y siempre en subida nos iba regalando, los colores de los pinos, las aromáticas y el paso de un par de arroyos con esa agua cantarina y limpia que te hace sentir que aún quedan cosas autenticas que ver y sentir en este contaminado mundo.
Canillas se encontraba desde este punto a escasos veinte minutos, pero un último regalo para nuestras piernas era la subida ultima, con una pendiente de asfalto de infarto, pero una vez coronado el último tramo, el regalo de haber llegado hasta este pueblo, nos hizo olvidar sobre todo estos dos últimos kilómetros.
Dejamos los bastones y las mochilas en el autobús y nos regalamos cuarenta y cinco minutos de descanso antes de partir para Alhama, nos repartimos entre los barecillos y locales de las calles del centro y la plaza del pueblo, y como en casa oiga…. cervezas con su tapa y de calidad.la misma calidad de esta ruta hecha desde la puerta grande de la Axarquía, donde 54 personas nos sentimos “cazados” por los 15 kilómetros y 300 metros que recorrimos durante cinco horas y diez minutos por esta zona de la Axarquía, tan cercana, te invito a que la conozcas son unos escasos cuarenta minutos en coche. No te defraudará, ya lo verás.
Nuestra próxima salida |
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Recomendaciones para nuestros socios para esta ruta 6 del 16/12/2012 - Llevar ropa y calzado adecuados para la práctica del senderismo. - Llevar comida y agua. - Llevar siempre encima vuestra tarjeta federativa, es muy importante. - Se recomienda llevar también siempre en vuestra mochila: toalla y un chubasquero o cortavientos. - Se recomienda llevar unas gafas de sol y crema protectora. - Se ruega estricta puntualidad a la hora de la salida de esta ruta, es muy importante. NOTA: Los desplazamientos a Jayena se harán en vehículos particulares, hasta el domingo 16. - Difundir este comunicado entre nuestros socios. Gracias. |
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