Los niños de los setenta, ávidos de la nueva tecnología del divertimento que llegaba a nuestras casas, o sea la televisión, teníamos a la montaña de Parapanda como un lugar mágico, ya se sabe que la imaginación infantil a veces no tiene límites, porque cuando vino aquel señor que vivía en la Calle Fuerte a ponernos la tele en casa nos decía que “la antena tenía que estar mirando hacia la montaña de Parapanda porque si no, no se veía”, con lo cual la magia de ver los dibujos animados en aquella extraña caja enchufada a la pared, era únicamente gracias a esa montaña, de ahí su magia fabricada en la cabecita de un niño.
En la mañana del pasado domingo día 29 de enero, el grupo senderista quiso conocer a la responsable de esa “magia”, y a eso de las ocho menos algo y desde nuestro punto de reunión habitual, cuarenta y dos socios/as nos dirigimos hacia la localidad de Íllora, distante de Alhama unos 45 kilómetros, pasando por una zona que no es muy conocida por la mayoría de los expedicionarios, así, tras el cruce de Moraleda localidades como Loreto, Brácana y Alomartes que son los tres pueblos que se cruzan antes de llegar a nuestro punto de comienzo de ruta amenizaron con su visión de mañana tranquila de domingo nuestro pequeño viaje.
Ya en Íllora, accedimos hasta la calle de Almería, situada en las nuevas urbanizaciones construidas en la parte alta del pueblo, y a unos 780 metros de altitud sobre el nivel del mar.
En Íllora viven sobre once mil habitantes, su situación es privilegiada dentro de la geografía granadina asentada a los pies de la Sierra de Parapanda, tiene un buen conservado casco histórico del cual destacan el Castillo que es de la época árabe( siglo XI) y situado en un promontorio de roca en el centro del pueblo, el antiguo Pósito, su Iglesia Parroquial de la Encarnación obra de Don Diego de Siloé, que fue construida bajo las ordenes de los Reyes Católicos hacia el siglo XVI, de 1505 a 1568 y lo típico, esta se asentó sobre la mezquita existente en la ciudad, reseño que es de las pocas parroquias de la zona cuyo archivo parroquial, no fue destruido durante la guerra civil de 1936, conservándose este desde el año 1542 y el curioso edificio del ayuntamiento, construido dentro de la antigua Iglesia del convento de San Pedro de Alcántara.
Nuestro principio de ruta fue un corto callejeo hasta la salida al campo por los restos de la antigua “Cañada Real del Gallego”, donde a los escasos quinientos metros atravesamos la carretera NO-26, que va en dirección a Montefrío, para seguir nuestra ruta entre un frondoso olivar recién recogido, este camino nos estaba acercando al paso del arroyo del Moral, por un pequeño vado, justamente en este punto comenzó la tremenda subida que nos llevaría hasta el primer punto de descanso este era el Albergue Municipal de Los Hornillos.
Pero antes de acceder al mismo, el camino en subida a través de estos preciosos olivares nos iba llevando hasta el camino más popular de esta zona, utilizado por los vecinos de Íllora para acceder a los numerosos cultivos de olivar y a los cortijos de esta parte norte de la zona, el llamado, Camino del Zumacal.
El asfalto descarnado del mismo, nos fue llevando hasta la conocida “fuente del Zumacal”, de agua limpia y fresca que proviene de las entrañas de esta “mágica” Sierra. No muy lejos de esta fuente nuestro sendero se desvió hacia la izquierda, entre olivos y un “menchon”, de monte mediterráneo, poblado de pequeñas encinas y retamas, este tramo tenía una brutal subida, que con tranquilidad fuimos afrontando parando las veces necesarias hasta llegar, a través de un pequeño bosquecillo hasta los mismísimos cimientos del albergue municipal de “los Hornillos”, que aparece casi de “sopetón”, con un aspecto fantasmal y de un triste abandono.
En una de las terrazas del albergue, tomamos “una frutilla” e hicimos un breve descanso, en el cual escudriñemos cada rincón visitable del mismo, que aunque abandonado y a falta de mucha obra para terminarlo, coincidimos en su estupenda ubicación para desarrollar actividades en la naturaleza, con sus habitaciones en madera, espacios para duchas, comedor y totalmente preparado para las inclemencias del tiempo y con calefacción de suelo radiante, pero eso si abandonado a su suerte hasta que de nuevo se ocupen de él, en buena medida nos recordaba a nuestro albergue Municipal de los Barracones, por su historia y sobre todo por su aspecto.
El albergue fue quedando atrás lentamente tras proseguir con nuestra ruta, que y siempre en subida, nos llevo hasta el cruce de caminos situado al lado del cortijo de La Pajuela y sobre el tramo asfaltado del camino del albergue.
Nuestra ruta tomo dirección Sur en este cruce, pasando hacia una vereda que nos fue llevando entre preciosos almendros, algunos de ellos ya en flor hasta el Camino de las Minas, tras pasar a través de un corral para el ganado, siempre hay que dejar la puerta cerrada, y es el ultimo del grupo el encargado de hacerlo.
Ya en el Camino de las Minas, comenzamos a ver las primeras explotaciones mineras de la piedra ornamental llamada “falsa ágata”. Enormes zanjas abiertas en el terreno de esta sierra, nos iban mostrando el modo de extracción de este material, pero la cantera más espectacular estaba un poco más arriba a 1400 metros de altitud, y ya a partir de este punto la visión siempre presente el Centro Repetidor de Televisión de la Sierra de Parapanda, situado en su pico más alto, el pico de Parapanda a 1552 metros de altura, un bosque de antenas rojas y blancas nos daba a entender la importancia del mismo, visible casi desde toda la zona de Granada y comarcas aledañas.
El sendero aquí arriba se adentraba en las entrañas de la tierra, la falsa ágata se explota en minas a cielo abierto, el grupo entró en la bocamina y llego hasta el final de la enorme zanja para admirar los trabajos, hoy abandonados que se hicieron en esta mina para su explotación.
Esta piedra ornamental se utilizaba principalmente para elementos de decoración tanto en exteriores como interiores (zócalos, piezas para decorar cuartos de baño, solerías, revestimientos de todo tipo, piezas decorativas de pequeña factura, pequeñas piezas de artesanía, etc.), pero fue abandonada su explotación en los años noventa.
Los senderistas pudieron tocar y ver la riqueza del veteado de esta piedra, realmente bonita y curiosa, formada a partir de la oxidación de elementos carbonatados y de origen calizo, y cuya textura exterior es un veteado en forma de bandas concéntricas y de colores dentro de la gama de los grises y marrones y muy parecida a las gemas de ágata brasileña, de ahí su nombre ( falsa ágata), subió el grupo hasta los bancos de trabajo superiores de la mina, para observar el corte del material con hilo diamantado, pudiendo observar los restos de los taladros efectuados al uso para este tipo de extracción minera.
He de señalar que existen otras explotaciones de roca ornamental en esta Sierra, están justo a un kilometro de distancia del centro repetidor por la cara norte de la Sierra de Parapanda, de estas se extrae un mármol tipo crema de color grisáceo muy apreciado en la construcción, esta cantera si esta en explotación.
Tras la visita minera, seguimos nuestro camino ya en descenso y con las antenas a nuestras espaldas, buscando quizá uno de los sitios más impresionantes donde hemos montado nuestro “picnic” de descanso. Un paraje que nos resguardo del fino vientecito del norte que he de reconocer que “ nos dio la mañanita” y con unas excelentes vistas hacia todo lo visible, además con una ausencia total de nubes y brumas, espectacular, mientras devorábamos nuestras viandas se nos perdía la vista hacia la Vega de Granada,, el Pantano de Cubillas, el imponente blanco del Macizo de Sierra Nevada, Sierra Elvira, la Sierra de Huétor, el Majalijar, Sierra Arana, la multitud de montañas y de parajes en dirección hacia la provincia de Jaén, nuestro Parque Natural, con todas sus cumbres preciosas cubiertas de nieve, sierras lejanísimas hacia el sur malagueño, de verdad el sitio y el día únicos para esta idílica visión paisajística desde el balcón privilegiado elegido en la cara sureste del macizo de Parapanda, justo por encima de la pequeña depresión serrana de la llamada, “Hoya de los Endrinos”.
El descenso hacia Íllora, ya fue fácil, un paseo, por el camino del Zumacal hasta el curioso Pilarillo del Terrero, donde una inscripción tallada en piedra y fechada en el año 1709, prohibía a las mujeres que allí lavaran la ropa, por ser el mismo, un abrevadero de ganado.
La bajada hasta el paso del arroyo del Moral y una posterior subida hasta las espaldas del popular cerro de la Cruz del Padre Joaquín, visible desde toda la localidad ilurquense, nos llevo de nuevo a la Cañada Real del Gallego, para llegar a nuestros vehículos sobre las dos de la tarde y tras haber caminado durante cinco horas y diez minutos, incluyendo descansos y haber recorrido quince kilómetros y setecientos metros, por esto preciosos y también porque no “mágicos” parajes, que en esta jornada estaban llenos de luz y de vida, invitándonos de esta manera a volver, y la verdad lo haremos, porque el cercano Tajo del Sol, con su meseta a 1300 m de altura y sus frondosos pinares, nos hizo un “guiño”, para que lo coronemos y seguro que aceptaremos “su invitación”, pero eso ya será cuando toque.
Ya en Íllora, accedimos hasta la calle de Almería, situada en las nuevas urbanizaciones construidas en la parte alta del pueblo, y a unos 780 metros de altitud sobre el nivel del mar.
En Íllora viven sobre once mil habitantes, su situación es privilegiada dentro de la geografía granadina asentada a los pies de la Sierra de Parapanda, tiene un buen conservado casco histórico del cual destacan el Castillo que es de la época árabe( siglo XI) y situado en un promontorio de roca en el centro del pueblo, el antiguo Pósito, su Iglesia Parroquial de la Encarnación obra de Don Diego de Siloé, que fue construida bajo las ordenes de los Reyes Católicos hacia el siglo XVI, de 1505 a 1568 y lo típico, esta se asentó sobre la mezquita existente en la ciudad, reseño que es de las pocas parroquias de la zona cuyo archivo parroquial, no fue destruido durante la guerra civil de 1936, conservándose este desde el año 1542 y el curioso edificio del ayuntamiento, construido dentro de la antigua Iglesia del convento de San Pedro de Alcántara.
Nuestro principio de ruta fue un corto callejeo hasta la salida al campo por los restos de la antigua “Cañada Real del Gallego”, donde a los escasos quinientos metros atravesamos la carretera NO-26, que va en dirección a Montefrío, para seguir nuestra ruta entre un frondoso olivar recién recogido, este camino nos estaba acercando al paso del arroyo del Moral, por un pequeño vado, justamente en este punto comenzó la tremenda subida que nos llevaría hasta el primer punto de descanso este era el Albergue Municipal de Los Hornillos.
Pero antes de acceder al mismo, el camino en subida a través de estos preciosos olivares nos iba llevando hasta el camino más popular de esta zona, utilizado por los vecinos de Íllora para acceder a los numerosos cultivos de olivar y a los cortijos de esta parte norte de la zona, el llamado, Camino del Zumacal.
El asfalto descarnado del mismo, nos fue llevando hasta la conocida “fuente del Zumacal”, de agua limpia y fresca que proviene de las entrañas de esta “mágica” Sierra. No muy lejos de esta fuente nuestro sendero se desvió hacia la izquierda, entre olivos y un “menchon”, de monte mediterráneo, poblado de pequeñas encinas y retamas, este tramo tenía una brutal subida, que con tranquilidad fuimos afrontando parando las veces necesarias hasta llegar, a través de un pequeño bosquecillo hasta los mismísimos cimientos del albergue municipal de “los Hornillos”, que aparece casi de “sopetón”, con un aspecto fantasmal y de un triste abandono.
En una de las terrazas del albergue, tomamos “una frutilla” e hicimos un breve descanso, en el cual escudriñemos cada rincón visitable del mismo, que aunque abandonado y a falta de mucha obra para terminarlo, coincidimos en su estupenda ubicación para desarrollar actividades en la naturaleza, con sus habitaciones en madera, espacios para duchas, comedor y totalmente preparado para las inclemencias del tiempo y con calefacción de suelo radiante, pero eso si abandonado a su suerte hasta que de nuevo se ocupen de él, en buena medida nos recordaba a nuestro albergue Municipal de los Barracones, por su historia y sobre todo por su aspecto.
El albergue fue quedando atrás lentamente tras proseguir con nuestra ruta, que y siempre en subida, nos llevo hasta el cruce de caminos situado al lado del cortijo de La Pajuela y sobre el tramo asfaltado del camino del albergue.
Nuestra ruta tomo dirección Sur en este cruce, pasando hacia una vereda que nos fue llevando entre preciosos almendros, algunos de ellos ya en flor hasta el Camino de las Minas, tras pasar a través de un corral para el ganado, siempre hay que dejar la puerta cerrada, y es el ultimo del grupo el encargado de hacerlo.
Ya en el Camino de las Minas, comenzamos a ver las primeras explotaciones mineras de la piedra ornamental llamada “falsa ágata”. Enormes zanjas abiertas en el terreno de esta sierra, nos iban mostrando el modo de extracción de este material, pero la cantera más espectacular estaba un poco más arriba a 1400 metros de altitud, y ya a partir de este punto la visión siempre presente el Centro Repetidor de Televisión de la Sierra de Parapanda, situado en su pico más alto, el pico de Parapanda a 1552 metros de altura, un bosque de antenas rojas y blancas nos daba a entender la importancia del mismo, visible casi desde toda la zona de Granada y comarcas aledañas.
El sendero aquí arriba se adentraba en las entrañas de la tierra, la falsa ágata se explota en minas a cielo abierto, el grupo entró en la bocamina y llego hasta el final de la enorme zanja para admirar los trabajos, hoy abandonados que se hicieron en esta mina para su explotación.
Esta piedra ornamental se utilizaba principalmente para elementos de decoración tanto en exteriores como interiores (zócalos, piezas para decorar cuartos de baño, solerías, revestimientos de todo tipo, piezas decorativas de pequeña factura, pequeñas piezas de artesanía, etc.), pero fue abandonada su explotación en los años noventa.
Los senderistas pudieron tocar y ver la riqueza del veteado de esta piedra, realmente bonita y curiosa, formada a partir de la oxidación de elementos carbonatados y de origen calizo, y cuya textura exterior es un veteado en forma de bandas concéntricas y de colores dentro de la gama de los grises y marrones y muy parecida a las gemas de ágata brasileña, de ahí su nombre ( falsa ágata), subió el grupo hasta los bancos de trabajo superiores de la mina, para observar el corte del material con hilo diamantado, pudiendo observar los restos de los taladros efectuados al uso para este tipo de extracción minera.
He de señalar que existen otras explotaciones de roca ornamental en esta Sierra, están justo a un kilometro de distancia del centro repetidor por la cara norte de la Sierra de Parapanda, de estas se extrae un mármol tipo crema de color grisáceo muy apreciado en la construcción, esta cantera si esta en explotación.
Tras la visita minera, seguimos nuestro camino ya en descenso y con las antenas a nuestras espaldas, buscando quizá uno de los sitios más impresionantes donde hemos montado nuestro “picnic” de descanso. Un paraje que nos resguardo del fino vientecito del norte que he de reconocer que “ nos dio la mañanita” y con unas excelentes vistas hacia todo lo visible, además con una ausencia total de nubes y brumas, espectacular, mientras devorábamos nuestras viandas se nos perdía la vista hacia la Vega de Granada,, el Pantano de Cubillas, el imponente blanco del Macizo de Sierra Nevada, Sierra Elvira, la Sierra de Huétor, el Majalijar, Sierra Arana, la multitud de montañas y de parajes en dirección hacia la provincia de Jaén, nuestro Parque Natural, con todas sus cumbres preciosas cubiertas de nieve, sierras lejanísimas hacia el sur malagueño, de verdad el sitio y el día únicos para esta idílica visión paisajística desde el balcón privilegiado elegido en la cara sureste del macizo de Parapanda, justo por encima de la pequeña depresión serrana de la llamada, “Hoya de los Endrinos”.
El descenso hacia Íllora, ya fue fácil, un paseo, por el camino del Zumacal hasta el curioso Pilarillo del Terrero, donde una inscripción tallada en piedra y fechada en el año 1709, prohibía a las mujeres que allí lavaran la ropa, por ser el mismo, un abrevadero de ganado.
La bajada hasta el paso del arroyo del Moral y una posterior subida hasta las espaldas del popular cerro de la Cruz del Padre Joaquín, visible desde toda la localidad ilurquense, nos llevo de nuevo a la Cañada Real del Gallego, para llegar a nuestros vehículos sobre las dos de la tarde y tras haber caminado durante cinco horas y diez minutos, incluyendo descansos y haber recorrido quince kilómetros y setecientos metros, por esto preciosos y también porque no “mágicos” parajes, que en esta jornada estaban llenos de luz y de vida, invitándonos de esta manera a volver, y la verdad lo haremos, porque el cercano Tajo del Sol, con su meseta a 1300 m de altura y sus frondosos pinares, nos hizo un “guiño”, para que lo coronemos y seguro que aceptaremos “su invitación”, pero eso ya será cuando toque.
El recuerdo gráfico de esta ruta
Nuestra próxima salida RUTA Nº 8. Circular: Canillas de Aceituno / Collado de los charcones / Fuente la Rábita / Canillas. Fecha: Domingo 12 de febrero de 2012. Hora de salida: 7 horas 45 minutos de la mañana. Lugar de salida: Las banderas, Plaza del Duque de Mandas. Dificultad estimativa de la ruta: Media. Distancia a recorrer: Sobre 14 kilómetros. Duración de la misma (con desplazamientos y descansos incluidos): sobre 7 horas. NOTA: Los desplazamientos hasta la localidad de Canillas de Aceituno se harán en autobús. Los precios del autobús son los siguientes. Socios: 3 euros. No socios: 6 euros. - Si no eres socio y quieres acompañarnos, existe la posibilidad de que algunos socios no vayan a esta ruta, por lo que abrimos una lista de espera, a la que te puedes apuntar llamando al 958 360 719, al 619 138 561, o escribiendo al correo electrónico
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Recomendaciones para la ruta nº 8 (12/02/2012) - Llevar ropa de abrigo y calzado adecuados para la práctica del senderismo. - Llevar comida y agua. - Llevar siempre encima vuestra tarjeta federativa, es muy importante. - Se recomienda llevar también siempre en vuestra mochila: toalla y un chubasquero o cortavientos. - Se recomienda llevar unas gafas de sol y alguna crema protectora. - Se ruega estricta puntualidad a la hora de la salida de esta ruta. |
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Si no eres socio de nuestro club y decides caminar con nosotros en esta ruta nº 8, te recordamos que: |
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