Dijimos en la última crónica, que nos regalábamos una última ruta por lo bien que nos habíamos portado durante la temporada 2010/2011, ya terminada. Sólo faltó que se nos envolviera en papel de colores para que la sorpresa fuera perfecta.
En la mañana del pasado día tres de julio, 22 personas nos dimos cita en la explanada de la cantera que está ubicada en las orillas del río Chillar. Un viejo y enorme eucalipto da sombra en este sitio donde los senderistas y los paseantes van lentamente llegando con sus vehículos para perderse por este paisaje que realmente enamora.
La llegada hasta Nerja en caravana nos ocupó sobre una hora y pocos minutos de camino, luego tras la rotonda de playa Burriana, giro de 180º y buscamos la calle Picasso que nos lleva a su final hasta el cauce del río, y ya por este carril en pocos minutos llegamos al que fue el punto de partida de esta ruta, la confluencia del río Chillar con su afluente el río Higuerón, en el paraje llamado La cruz de Pinto.
Aquí comenzó la ruta, adonde terminan los cultivos y tiene su espacio la cantera. El río nos iba ofreciendo su camino de agua, ya que desde este punto comenzamos a comprobar la sensación de caminar por su cauce en algún que otro tramo ya que debido a la anchura del mismo se puede combinar con el camino que se dirige hasta la tercera fábrica, o también llamado el salto grande, aquí hay una pequeña estación hidroeléctrica.
A partir de aquí comienza el avance sobre las aguas hasta llegar a los cahorros, que son estrechamientos de las paredes de roca esculpidos por las aguas de este río a, lo largo de millones de años. Su paso impresiona, porque mientras vas caminando con el agua por las rodillas o algo más arriba, se pueden ir tocando las paredes de los cahorros con ambas manos, es sin duda el tramo más divertido de esta primera parte de la ruta.
Más arriba están los segundos cahorros igual de estrechos y con los restos de algunos árboles arrastrados por la corriente, que nos dan una idea de la fuerza del agua al pasar por ellos sobre todo en época de tormentas.
La ruta sigue lentamente río arriba, en un claro después de parar un poco en la popular poza de las muchas que hay llamada el Vado de los Patos, donde algunos expedicionarios se pegaron un buen refrescón ya que la naturaleza de estas aguas incita a hacerlo continuamente, seguimos unos metros más arriba para realizar el primer reagrupamiento.
Nos faltaban sobre tres Kilómetros largos para llegar a la conocida presa del Chillar, el camino acuático comenzó a ponerse más dificultoso, los cantos rodados de color blanco comenzaron a convertirse en autenticas murallas que no sin dificultad íbamos sorteando poco a poco combinando el lecho del río, con la “verea” que iba por su orilla y de tramos difíciles, hasta conectar con la ruta del GR-242, que pasa por aquí en dirección a Frigiliana.
Del cauce pasamos a una vereda de montaña pura y dura, entre palmitos, pinos de repoblación, aulagas y plantas aromáticas, hasta llegar a las ruinas de la antigua casa del encargado de la presa del Chillar, justo detrás de esta y a la sombra de una enorme higuera y junto a la serenidad y la frescura del agua que baja por la acequia que lleva el agua hasta la tercera fabrica, instalamos nuestro “restaurante”. Donde el paisaje delante de nosotros era un deleite para los sentidos.
El río Chillar aquí deja parte de sus aguas en el embalse que las desvía hasta la acequia que las dirige a la alberca donde son encauzadas hasta las turbinas de la tercera fabrica donde su fuerza en la descomunal bajada por un tubo metálico las convierte en energía eléctrica.
Este río nace en la Sierra de la Almijara a unos 1.200 metros de altitud en su vertiente sur, es un río costero de corto recorrido. Su origen lo tiene en un barranco cercano al pico de Piedra Silla, en el lugar conocido como la Vegeta de la Grama, tiene una longitud de 17 kilómetros hasta su desembocadura al mar en la localidad de Nerja.
Tras nuestro merecido descanso, la ruta tomó otro cariz, el sendero de regreso era completamente llano, y de no más de cincuenta centímetros de anchura en alguno de sus tramos, nos referimos a la parte derecha de la acequia que nos iba a guiar hasta la tercera fábrica y al final de la ruta.
Un camino con tramos difíciles, pero con un paisaje en todo su recorrido impresionante, al fondo el cauce del Chillar, entre pinares, de frente las paredes, algunas inexpugnables de la serranía almigereña, a nuestra izquierda la siempre perenne sombra de los pinos que pueblan esta parte del inmenso cañón que dibuja el Chillar y al sur el mar.
Con este cuadro natural era imposible apartar la vista del horizonte, pero la destreza de los senderistas hacia que no perdiéramos el equilibrio andando por estas estrechuras y de vez en cuando parar para contemplar tan espectacular paisaje.
Y así durante la friolera de siete kilómetros que es la distancia que tiene esta acequia desde la presa a su comienzo hasta la alberca de conexión con el tubo que dirige el agua a las turbinas de la estación hidroeléctrica. Toda una aventura.
Tras llegar a este punto hicimos un breve descanso para contemplar a lo lejos el pueblo de Frigiliana y el mar, y pasar al último y peligrosísimo tramo en bajada por una estrecha vereda con innumerable piedra suelta y tramos casi en caída libre, que obligaron al grupo a bajar lo más despacio posible , y donde los resbalones eran frecuentes, sobre todo en los últimos doscientos metros , que fueron una de las bajadas mas trabajosas y con mas desnivel acumulado que hemos hecho en nuestra corta historia como club, de seguro que la recordaremos.
De nuevo en el cauce del río, y tras reagruparnos pusimos dirección a los coches donde llegamos tras casi seis horas de caminata y con 17 kilómetros de camino en el cuerpo, las despedidas y los comentarios de la ruta nos ocuparon un buen rato de conversación mientras nos quitábamos los calcetines empapados y las botas, que algunas quedaron para su jubilación, ya que el caminar por este sendero es una prueba para ellas, y algunas no la superan.
De esta manera quedamos para la próxima, y nos despedimos deseándonos un buen descanso y buen verano para todos.
La llegada hasta Nerja en caravana nos ocupó sobre una hora y pocos minutos de camino, luego tras la rotonda de playa Burriana, giro de 180º y buscamos la calle Picasso que nos lleva a su final hasta el cauce del río, y ya por este carril en pocos minutos llegamos al que fue el punto de partida de esta ruta, la confluencia del río Chillar con su afluente el río Higuerón, en el paraje llamado La cruz de Pinto.
Aquí comenzó la ruta, adonde terminan los cultivos y tiene su espacio la cantera. El río nos iba ofreciendo su camino de agua, ya que desde este punto comenzamos a comprobar la sensación de caminar por su cauce en algún que otro tramo ya que debido a la anchura del mismo se puede combinar con el camino que se dirige hasta la tercera fábrica, o también llamado el salto grande, aquí hay una pequeña estación hidroeléctrica.
A partir de aquí comienza el avance sobre las aguas hasta llegar a los cahorros, que son estrechamientos de las paredes de roca esculpidos por las aguas de este río a, lo largo de millones de años. Su paso impresiona, porque mientras vas caminando con el agua por las rodillas o algo más arriba, se pueden ir tocando las paredes de los cahorros con ambas manos, es sin duda el tramo más divertido de esta primera parte de la ruta.
Más arriba están los segundos cahorros igual de estrechos y con los restos de algunos árboles arrastrados por la corriente, que nos dan una idea de la fuerza del agua al pasar por ellos sobre todo en época de tormentas.
La ruta sigue lentamente río arriba, en un claro después de parar un poco en la popular poza de las muchas que hay llamada el Vado de los Patos, donde algunos expedicionarios se pegaron un buen refrescón ya que la naturaleza de estas aguas incita a hacerlo continuamente, seguimos unos metros más arriba para realizar el primer reagrupamiento.
Nos faltaban sobre tres Kilómetros largos para llegar a la conocida presa del Chillar, el camino acuático comenzó a ponerse más dificultoso, los cantos rodados de color blanco comenzaron a convertirse en autenticas murallas que no sin dificultad íbamos sorteando poco a poco combinando el lecho del río, con la “verea” que iba por su orilla y de tramos difíciles, hasta conectar con la ruta del GR-242, que pasa por aquí en dirección a Frigiliana.
Del cauce pasamos a una vereda de montaña pura y dura, entre palmitos, pinos de repoblación, aulagas y plantas aromáticas, hasta llegar a las ruinas de la antigua casa del encargado de la presa del Chillar, justo detrás de esta y a la sombra de una enorme higuera y junto a la serenidad y la frescura del agua que baja por la acequia que lleva el agua hasta la tercera fabrica, instalamos nuestro “restaurante”. Donde el paisaje delante de nosotros era un deleite para los sentidos.
El río Chillar aquí deja parte de sus aguas en el embalse que las desvía hasta la acequia que las dirige a la alberca donde son encauzadas hasta las turbinas de la tercera fabrica donde su fuerza en la descomunal bajada por un tubo metálico las convierte en energía eléctrica.
Este río nace en la Sierra de la Almijara a unos 1.200 metros de altitud en su vertiente sur, es un río costero de corto recorrido. Su origen lo tiene en un barranco cercano al pico de Piedra Silla, en el lugar conocido como la Vegeta de la Grama, tiene una longitud de 17 kilómetros hasta su desembocadura al mar en la localidad de Nerja.
Tras nuestro merecido descanso, la ruta tomó otro cariz, el sendero de regreso era completamente llano, y de no más de cincuenta centímetros de anchura en alguno de sus tramos, nos referimos a la parte derecha de la acequia que nos iba a guiar hasta la tercera fábrica y al final de la ruta.
Un camino con tramos difíciles, pero con un paisaje en todo su recorrido impresionante, al fondo el cauce del Chillar, entre pinares, de frente las paredes, algunas inexpugnables de la serranía almigereña, a nuestra izquierda la siempre perenne sombra de los pinos que pueblan esta parte del inmenso cañón que dibuja el Chillar y al sur el mar.
Con este cuadro natural era imposible apartar la vista del horizonte, pero la destreza de los senderistas hacia que no perdiéramos el equilibrio andando por estas estrechuras y de vez en cuando parar para contemplar tan espectacular paisaje.
Y así durante la friolera de siete kilómetros que es la distancia que tiene esta acequia desde la presa a su comienzo hasta la alberca de conexión con el tubo que dirige el agua a las turbinas de la estación hidroeléctrica. Toda una aventura.
Tras llegar a este punto hicimos un breve descanso para contemplar a lo lejos el pueblo de Frigiliana y el mar, y pasar al último y peligrosísimo tramo en bajada por una estrecha vereda con innumerable piedra suelta y tramos casi en caída libre, que obligaron al grupo a bajar lo más despacio posible , y donde los resbalones eran frecuentes, sobre todo en los últimos doscientos metros , que fueron una de las bajadas mas trabajosas y con mas desnivel acumulado que hemos hecho en nuestra corta historia como club, de seguro que la recordaremos.
De nuevo en el cauce del río, y tras reagruparnos pusimos dirección a los coches donde llegamos tras casi seis horas de caminata y con 17 kilómetros de camino en el cuerpo, las despedidas y los comentarios de la ruta nos ocuparon un buen rato de conversación mientras nos quitábamos los calcetines empapados y las botas, que algunas quedaron para su jubilación, ya que el caminar por este sendero es una prueba para ellas, y algunas no la superan.
De esta manera quedamos para la próxima, y nos despedimos deseándonos un buen descanso y buen verano para todos.
Nuestra próxima ruta Segunda ruta nocturna: “Caminando con la luna llena”. Fecha: Domingo 14 de agosto de 2011. Hora de salida: 9:30 de la noche. Lugar de salida: Jardines de la Plaza Duque de Mandas. Dificultad de la ruta: Baja. Distancia a recorrer: Sobre 16 kilómetros. Duración estimada (con desplazamientos y descansos incluidos): Sobre 4 horas. |
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El club ruega encarecidamente se tengan en cuenta las siguientes normas y recomendaciones
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Recomendaciones para la segunda ruta nocturna del domingo14/08/2011: Llevar ropa y calzado adecuados para la práctica del senderismo. Llevar comida y agua. Llevar siempre encima vuestra tarjeta federativa. Llevar siempre en la mochila: toalla, ropa de abrigo y un chubasquero o cortavientos. Se ruega estricta puntualidad a la hora de la salida de esta ruta. Indispensable llevar linterna, o de mano o frontal con pilas de repuesto. Indispensable llevar un chaleco reflectante. |
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En esta ruta te recordamos que: LOS ORGANIZADORES, NO SE RESPONSABILIZAN DE LOS ACCIDENTES O INCIDENTES QUE PUEDAN OCURRIR DURANTE LOS DESPLAZAMIENTOS Y EN EL TRANSCURSO DE LAS RUTAS.
SI NOS ACOMPAÑAS, Y NO ERES SOCIO(A) DE NUESTRO CLUB, O NO TIENES NINGUN TIPO DE SEGURO DE ACCIDENTE PARA ESTE TIPO DE ACTIVIDAD DEPORTIVA, TE RECORDAMOS QUE LO HACES BAJO TU RESPONSABILIDAD, PORQUE NUESTRO SEGURO NO OS CUBRE. |
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Imágenes de esta ruta