Como algunos dicen, ¡ya hemos abierto la lata!. Las predicciones meteorológicas por riesgo de lluvia eran muy negativas, el sábado dia 9, calló “la mar” y el domingo se esparaba “idem de lo mismo”.
Pero a pesar de todo nos presentamos en el punto de reunión 16 personas, un numero perfecto para pasar una mañana única en nuestra primera ruta, no podíamos fallar y si las nubes nos descargaban sus lágrimas encima pues con calarnos nuestros chubasqueros y volvernos para casita, era más que suficiente.
El barrio del Tejár fué la puerta de salida, de aquí accedimos al alto de la “coronilla”, el camino estaba embarrado y esta primera dificultad fue solventada sin problemas, allí arriba con las primeras luces de la mañana del domingo diez de octubre, disfrutamos de una de las vistas más originales del pueblo y sus alrededores a 1.052 metros de altura.
Nuestra ruta desde este punto, enfiló hacia la “Venta de los Corchos”, lugar conocido por su fuente de agua y en lento ascenso el grupo tras cruzar la carretera de Málaga, tomó la dirección hacia el “cortijo de Maldonado”, por estos caminos nos encontrábamos con algún charco que otro, pero el sol hizo su aparición dando mas luz a los paisajes que tras subir el barranquillo del “chopillo alto”, dio a las vistas de las Sierras de Tejeda y Alhama, una nitidez y unos contrastes impresionantes.
Así, seguimos caminando y contemplando estos paisajes tan cercanos a los alhameños al sol de esa mañana, con las sierras de frente y las tierras de viñas a izquierda y derecha.
En el camino del cortijo Barbero, alcanzamos la cota más alta de la ruta 1.196 metros, un mirador natural para disfrutar, incluso entre dos riscos hacia el oeste, cercanos al llano de Zafarraya en la lejanía, lográbamos ver un pueblo de la Axarquia malagueña que no acertábamos con su nombre, ¿sería Periana o tal vez Comares?, con esta duda, entre nosotros seguimos hacia adelante.
La bajada hacia el Lagar del Baltasar, nos descubría otro paisaje, el de los cortijos de este pequeño valle formado por el arroyo de “La Madre”. Las tierras de labor y los pinares de carrasco y pino real que hay en estas zonas anteriores al Robledal.
Ya abajo, y entre el pequeño caserio que forman el “Lagar de Baltasar” y los cortijos anexos, donde no hace muchos años vivían una numerosa cantidad de familias,el camino discurre por una pequeña “calle” para salir de él, cruzando “La Madre”, que sólo lleva agua cuando es época de lluvias, al camino de la Alcaicería que es GR7, siguiendo entre otras ventas y pequeños cortijos algunos de ellos en ruinas.Aquí hicimos una parada en la puerta del cortijo del “Lagar” donde su dueña ,Juana, salió a la puerta para saludarnos y ofrecernos algo de refrigerio, lo cual el grupo agradeció, y tras charlar con ella un poco y dejar una foto con ella como recuerdo de esta efímera visita, continuamos nuestro camino.
El cortijo de la “Venta Rodriguez “ nos sorprende al paso, con una pequeña hornacina en su muro exterior y una imagen de la virgen de las Angustias en su interior perfectamente conservada. No hace mucho se reunian aquí los vecinos de los alrededores para escuchar la misa de los domingos.
El arroyo cercano es la salida hacia el camino del Robledal que pisamos sólo un corto trecho, para entrar al pinar que lo flanquea y seguir a la izquierda por un tramo de la perdida Cañada Real de Vélez Málaga a Zafarraya, que pasa por aquí.
Estabamos acercándonos a la entrada del barranco de “la Agüillaguerra”, la ruta aquí atraviesa algunas plantaciones de habichuelas y pimientos que estaban esta mañana sin actividad por causa de las lluvias del pasado sábado.
La bajada al “Agüillaguerra” está formada por varias veredas de ganado que bajan a las tierras de labor que lindan con el monte, poblado de tomillo, romero, aulagas y mejoranas, dando al ambiente mil olores muy agradables.
Largo recorrido tiene el barranco. Por él discurre el arroyo seco del mismo nombre durante unos tres kilómetros hasta llegar al río Alhama.El barranco está arropado por el cerro de los Roaeros a la izquierda, y a la derecha los cerrillos y las tierras de la zona del ”Barranco del Viejo”, que al final del Agüillaguerra, ambos se unen y fue aquí, donde el grupo salió por una vereda que los abandona enfilando esta hacia la zona del río Alhama, no sin antes descansar en el medio de este trayecto, en un descampado paradisíaco, utilizado por los pastores y cabreros como descansadero.
A lo largo del recorrido, de este barranco, la vereda cruza docenas de veces el arroyo, podemos encontrarnos a nuestro paso pequeñas colonias de abetos y algún que otro ciprés, que no logramos resolver como han nacido en estos parajes, también pudimos encontrar algún ejemplar de la flor del azafrán de la sierra que es difícil de ver, y por supuesto una gran variedad de plantas aromáticas que pueblan todo su trayecto.
La bajada a la zona del río se conecta por tierras de almendros y las primeras viñas, con el camino de “Los Machaquitos”, que durante unos tres kilómetros y pegado al cauce del río Alhama, nos iba mostrando el paisaje ya otoñal de sus orillas, a la derecha y el de “Las Viñas” a la izquierda, algunas aún co sus frutos, de los cuales dimos cuenta, probando algún que otro ”gajillo” y otras ya vendimiadas, junto a los almendros plantados en sitios imposibles por su verticalidad, los menbrillos y algunas higueras que también son abundantes por esta zona.
La ruta por este sendero nos llevó hasta la alameda de la Romeria, reagrupando en este punto para terminar por la vereda de la presa, luego la alameda de “Perrute” y finalmente el Camino de los Ángeles, parando en la ermita para descansar un poco y afrontar el útimo y empinado tramo hasta llegar a La Parra, ya en los arrabales del pueblo.
Un recorrido de casi seis horas, donde pudimos disfrutar de los paisajes alhameños más cercanos y de sus caminos, en una explendida mañana en esta primera ruta inaugural de la temporada 2010-2011.
Nuestra próxima ruta: - Subida al pico del Lucero o Raspón de los Moriscos. - Domingo día 24 de octubre. • Saldremos desde la puerta del ayuntamiento, a las 8 horas de la mañana, se ruega máxima puntualidad, ya que tenemos que desplazarnos hasta el corazón del Parque Natural, para comenzar la ascensión del Lucero (1.773 metros) desde el comienzo de su vereda. • Esta ruta es de dificultad: Alta • La distancia a recorrer es de aproximadamente 5,5 kilómetros, entre subida y bajada por el mismo trayecto. • Duración estimada con desplazamientos y descansos incluidos sobre 7 horas. Recomendamos para esta ruta: • Ropa y calzado adecuados para la práctica del senderismo. • Llevar comida y agua. • Llevar chubasquero o cortavientos. • No olvidéis vuestra tarjeta federativa, siempre en vuestra mochila. • Los desplazamientos a pié de ruta se harán en vehículos particulares, tipo todo-terreno debido a que accederemos por el carril del puerto de Cómpeta desde la Resinera. |
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