Caminando con la luna



Nuestra compañera de camino hizo su aparición sobre la diez y media de la noche, cuando el grupo accedía al camino de los "Llanos de Maria Tomasa”,  tras el encomiable esfuerzo de la subida a los mismos por el cortijo de las "Ánimas".




 Apareció con alguna zona de sombra, ya que su decline a la fase de luna menguante comienza a finales de este mes, pero su visión y la luz blanquecina con que iluminaba el paisaje  nos acompañaron  en todo nuestro recorrido, sobre el cielo limpio de este mes de agosto.

Dos horas antes de este momento mágico, un nutrido grupo compuesto por 31 personas, entre socios y algunos paisanos que sintieron la sana necesidad de experimentar el caminar de noche con nosotros, nos pusimos en marcha bajando por la Parra hasta el comienzo del camino de los Ángeles con la caída de la tarde, entre dos luces, la sensación de tranquilidad que se respira por este sendero a esas horas es para disfrutarla, con el murmullo del río y el frescor que este aporta.

Hizo el grupo una pequeña parada en el Ventorro y acto seguido por el arcén de la carretera enfiló hasta el camino del cortijo del Pontón, subiendo en dirección al de  Caramer por el barranquillo de los Bermejales. A esta altura la luz de la tarde ya se transformó en oscuridad llegando con precaución por el segundo tramo de unos 400 metros por carretera, hasta la mismísima Cruz de las Ánimas, donde reagrupamos para atacar la tremenda subida a los Llanos desde este punto.

Un improvisado puesto de avituallamiento compuesto por los vecinos de uno de los cortijos cercanos a este camino, nos ofreció unos frutos secos y unas golosinas. Gracias Salvador y Teresita por vuestro detalle que dimos cuenta del mismo una vez llegamos a lo alto de esta subida.

El camino de los Llanos era una delicia de andar, se veía su piso correctamente con la luz de la luna, el paisaje se adivinaba a kilómetros de distancia, y las luces de los pueblos de la Vega de Granada a lo lejos daban un tono naranja al horizonte.

A la altura del cortijo del Policía paró el grupo para reponer fuerzas ya sobre las 12 de la noche.

La planta de transferencia de basuras era nuestro próximo objetivo, ya que desde allí parte el camino para bajar a Alhama, es el llamado camino de las Amolaeras, discurriendo primero entre una pequeña mancha de monte de encinas y después ya casi todo entre olivos y tierras de secano al final del mismo.

La visión de Alhama desde esta bajada en todo su recorrido es espectacular, con el barrio árabe en primera instancia, la iglesia parroquial iluminada imponiéndose sobre las luces de las calles y las casas, y el resto del pueblo de fondo.

Este camino desemboca en la carretera de la Chorrera, que atravesamos para bajar al barranquillo de la cueva del Alcudete, ya encima del río, el fresco de este lo comenzamos a sentir, dándonos una sensación de respiro porque el calor de este noche de agosto se hizo notar durante el recorrido.

Visiones fantásticas nos asaltaron de repente desde el fondo del camino de los molinos junto al río, dirigiendo la vista hacia la Arbe, y las casas colgadas de la calle Llana. El formidable piso de la cuesta de los molinos acertadamente iluminada, óptima para paseos nocturnos,  y por último la llegada a la pila de la Carrera tras esta impresionante cuesta dieron a esta ruta el final que se merecían todos los participantes en la misma.

Satisfacción por la experiencia, un buen "buchito” de agua fresca  y las proposiciones de volver a repetir el caminar de noche con luna llena  cuando se tercie, y seguro que lo haremos, seguro.

     
  El club tiene previsto realizar otra actividad antes del comienzo de nuestra temporada. Sería una ruta por el cauce del río Chillar en Nerja (Málaga), tendría lugar o el 19 de septiembre o el 26 de este mismo mes, el objetivo es una jornada de senderismo donde disfrutar en familia de esta ruta, tan particular.

¡Ya os informaremos!
 
     

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