Alhama vivió un fin de semana con los rugidos del motor y la mejor de las vibraciones. El III Encuentro motero llenó nuestra ciudad de amantes de las dos ruedas, y supuso un evento compartido por cientos de personas.
Sábado, 16 de junio
Nuestra portada de este día
El más joven, y el primero en llegar, inauguró las exhibiciones en el recinto motero
Noticia previa del sábado
El III encuentro motero empieza a rodar con el más joven
Este sábado por la tarde se iniciaba la llegada de participantes en este encuentro de los amantes de las dos ruedas, aunque el día principal será este domingo, cuando están prevista las actividades más destacadas.
A partir de la siete de la tarde, como estaba previsto, el recinto empezaba a acoger gente motorizada, algunos ya preinscritos a través de esta web y otros que se inscribían a la llegada.
Tanto la organización, como el personal voluntario, lo tenía todo preparado para empezar a acoger a los visitantes a este encuentro, que tiene prevista una ruta nocturna por Alhama este sábado a partir de las 9:30 de la noche, con llegada al paseo del Cisne, y para mañana todas las actividades que pueden consultar en los otros artículos de esta página.
La impaciencia de alguno lo hizo ya realizar su primera exhibición, como es el caso del jovencísimo jiennense Jesús Torres, que a sus tan sólo 6 años ya es todo un personaje en su minimoto, como pudimos ver en la pista del recinto ferial bajo la atenta mirada de sus padres.
Comienzan las inscripciones y la retirada de tickets
El personal en su sitio para recibir a los participantes
Ruta nocturna por Alhama
Una bengala para recordar a los que ya no están
No eran aún las ocho la mañana en Alhama, el sol pegaba ya a esa hora, como si de las doce se tratara de la mañana del domingo, cuando la organización ya estaba perfilando los detalles para el gran día. Por la mañana el susurro entre los compañeros del morralla era el mismo "esta noche no he pegado ojo", los nervios hurgaron en el sueño de más de uno. Esos nervios eran evidentes porque el domingo era el examen y evaluación a un trabajo, de más de dos meses, preparando este evento.
Rafael Bueno, como siempre, recibía a los compañeros mirando su reloj debido a su puntualidad británica al mismo tiempo que colocaba más de 80 mesas para la comida de los asistentes, acompañado por Antonio Rodríguez, José Mancilla y Pedro. Julián, experto en jamón asado, no dejaba de regar el jamón que rodaba a menos de dos revoluciones por minuto, por eso, quizás, durara tan poco el jamón una vez servido a los asistentes. Al mismo tiempo Fran ya trasladaba la pancarta al recinto que daría nombre a esta historia. Salvador Lupi padre y Amparo perfilaba los detalles en la barra donde siempre había algo que faltara o algo que hacer. Cerca de él, Nicolás Cubo y Miguel organizaban la improvisada cocina cercada con barras que tendrían doble función en la jornada que estaba a punto de empezar. Vero y Carmen María organizaba el camerino convertido en ropero para ese día rodeada de perchas y puntales que harían de esta estructura un lugar seguro donde los moteros pudieron guardar sus ropajes. Jeny dio más vueltas por el ferial que en la propia feria organizando los preparativos de la barra. María, Caridad, Raquel Ana y Lidia desfilaban cargadas de cajas con camisetas y material para la recepción de los visitantes de las dos ruedas que estaban a punto de llegar. En esos instantes Lupi con colgaba un jamón en el expositor de los regalos, se dirigía a Javi, que instalaba el sonido junto a Manuel y le susurró. “Javi mira… se me pone el bello de punta”. Javi sorprendido contestó “Lupi estamos a más de treinta grados”, evidentemente no era por el frio era la reacción a las emociones continuadas motivada por los nervios de ese día. Aun así y con el bello de punta Lupi siguió con su cometido exponiendo los regalos en el escenario al más estilo escaparatista. Cuando de pronto sonó un rugido de motor entrando en el recinto, “¿qué es?”, “una R6 aunque sonaba como un R4” y acercándose a la carpa una moto negra que nos recordaba al halcón callejero, “¿quién es?” se escuchaba entre las voces, “es Pana” efectivamente Pana apareció de ese casco con los ojos hinchados y no precisamente de dormir, “¿ayer saliste no?”, “pues no” contestó Pana, “lo de los ojos es de la alergia además que he dormido poco”. Siempre la alergia ha sido una buena escusa para disimular o excusar una buena o mala noche. Adrián y Márquez adolecían una buena noche de boda pero sin rasgos aparentes y aun sí ahí estaban planificando la ruta con el mas mínimo detalle junto a Manolo, Villa y Juan Diego, los “Power Ranger” de la ruta que acompañó a más de diez mil caballos repartidos en doscientas motos a dos ruedas. En estas Tabi apareció de pronto y de forma magistral y portando ya el peto de organización mostró a los compañeros la justificación de su tardanza expuesta en la parte trasera de su peto que lucía unas letras de colores cortadas cuidadosamente donde se podía leer “organización”. “Este momento hay que inmortalizarlo” decían, y para ello allí estaba Juanjo, Eli, Elora y Bruno además de Juan cabezas, pero en esta ocasión nos faltó Balta que no se encontraba en Alhama. Rubén en esta ocasión cambió las seis ruedas del bus por las dos de la moto aunque tuvo que echar mano a su faceta profesional para poner en andas el equipo informático del recinto, ya que, como suele pasar, suelen fallar siempre que hay algo importante y en el peor momento.
No es usual que a las ocho de la mañana se escuchen aullidos en esa zona, cualquier día, excepto los viernes, a esas horas se escucharía el sonido de las gallinas al amanecer o el silencio mañanero de los que empiezan a trabajar e incluso a María la lotera, que por supuesto, tampoco falto ese día, pero en ese día no era un día cualquiera pasó de todo, un fuerte aullido irrumpió en el ferial, era el presi, Juan Luis Lobillo, que hizo más kilómetros andando que en moto ese día que nos resumía la noche anterior diciendo; “no he pegado ojo”.
Conforme pasaba la mañana se el ambiente e la zona cambiaba con el trabajo de todos y de pronto y casi sin darnos cuenta miramos el parking para las motos y nos lo encontramos repleto de motos de todo tipo, coches 4x4 y una avalancha de gente que animó a Amparo y Manolillo a meterse en faena al que le acompañaron Morenito, Laura y su madre Ana, que ya se pretendían extender una mano en la barra, el bello de Lupi seguía erguido. Los fogones prendían el jugoso caldo del arroz en dos paelleras gigantes conducidas por el Tanero, Salva y Alcántara que perfumaron el ambiente, y como no, hacían rugir más de un estómago. Al calor de los fogones y de los más de cuarenta grados del ambiente se disipó con el calor del buen ambiente y el de las azafatas que a más de uno hizo subir la temperatura y fueron muy bien atendidas por Miguel que hizo numerosas faenas en el encuentro.
Y desde lo más alto, el capi orgulloso de su equipo no quitaba ojo a los “Morrallas”, la fuerza tenía que venir de algún lado.
Ya pasadas las siete de la tarde, y tras una jornada que abatía, al equipo Lupi padre, exclamó… “ca uno pa su casa…”.
Dos meses de trabajo intensivo, un fin de semana sin parar y dormir poco, muchas horas sin parar para sentirse orgullosos de un gran proyecto con buen resultado, las casi 500 motos, coches 4x4 y más de mil asientes y sus felicitaciones fueron el resultado de esas noches sin pegar ojo.
Quizás este artículo se podría haber redactado de otra manera, pero en esta ocasión he decidió contarlo así.
Enhorabuena a todos.
Rafael Bueno, como siempre, recibía a los compañeros mirando su reloj debido a su puntualidad británica al mismo tiempo que colocaba más de 80 mesas para la comida de los asistentes, acompañado por Antonio Rodríguez, José Mancilla y Pedro. Julián, experto en jamón asado, no dejaba de regar el jamón que rodaba a menos de dos revoluciones por minuto, por eso, quizás, durara tan poco el jamón una vez servido a los asistentes. Al mismo tiempo Fran ya trasladaba la pancarta al recinto que daría nombre a esta historia. Salvador Lupi padre y Amparo perfilaba los detalles en la barra donde siempre había algo que faltara o algo que hacer. Cerca de él, Nicolás Cubo y Miguel organizaban la improvisada cocina cercada con barras que tendrían doble función en la jornada que estaba a punto de empezar. Vero y Carmen María organizaba el camerino convertido en ropero para ese día rodeada de perchas y puntales que harían de esta estructura un lugar seguro donde los moteros pudieron guardar sus ropajes. Jeny dio más vueltas por el ferial que en la propia feria organizando los preparativos de la barra. María, Caridad, Raquel Ana y Lidia desfilaban cargadas de cajas con camisetas y material para la recepción de los visitantes de las dos ruedas que estaban a punto de llegar. En esos instantes Lupi con colgaba un jamón en el expositor de los regalos, se dirigía a Javi, que instalaba el sonido junto a Manuel y le susurró. “Javi mira… se me pone el bello de punta”. Javi sorprendido contestó “Lupi estamos a más de treinta grados”, evidentemente no era por el frio era la reacción a las emociones continuadas motivada por los nervios de ese día. Aun así y con el bello de punta Lupi siguió con su cometido exponiendo los regalos en el escenario al más estilo escaparatista. Cuando de pronto sonó un rugido de motor entrando en el recinto, “¿qué es?”, “una R6 aunque sonaba como un R4” y acercándose a la carpa una moto negra que nos recordaba al halcón callejero, “¿quién es?” se escuchaba entre las voces, “es Pana” efectivamente Pana apareció de ese casco con los ojos hinchados y no precisamente de dormir, “¿ayer saliste no?”, “pues no” contestó Pana, “lo de los ojos es de la alergia además que he dormido poco”. Siempre la alergia ha sido una buena escusa para disimular o excusar una buena o mala noche. Adrián y Márquez adolecían una buena noche de boda pero sin rasgos aparentes y aun sí ahí estaban planificando la ruta con el mas mínimo detalle junto a Manolo, Villa y Juan Diego, los “Power Ranger” de la ruta que acompañó a más de diez mil caballos repartidos en doscientas motos a dos ruedas. En estas Tabi apareció de pronto y de forma magistral y portando ya el peto de organización mostró a los compañeros la justificación de su tardanza expuesta en la parte trasera de su peto que lucía unas letras de colores cortadas cuidadosamente donde se podía leer “organización”. “Este momento hay que inmortalizarlo” decían, y para ello allí estaba Juanjo, Eli, Elora y Bruno además de Juan cabezas, pero en esta ocasión nos faltó Balta que no se encontraba en Alhama. Rubén en esta ocasión cambió las seis ruedas del bus por las dos de la moto aunque tuvo que echar mano a su faceta profesional para poner en andas el equipo informático del recinto, ya que, como suele pasar, suelen fallar siempre que hay algo importante y en el peor momento.
No es usual que a las ocho de la mañana se escuchen aullidos en esa zona, cualquier día, excepto los viernes, a esas horas se escucharía el sonido de las gallinas al amanecer o el silencio mañanero de los que empiezan a trabajar e incluso a María la lotera, que por supuesto, tampoco falto ese día, pero en ese día no era un día cualquiera pasó de todo, un fuerte aullido irrumpió en el ferial, era el presi, Juan Luis Lobillo, que hizo más kilómetros andando que en moto ese día que nos resumía la noche anterior diciendo; “no he pegado ojo”.
Conforme pasaba la mañana se el ambiente e la zona cambiaba con el trabajo de todos y de pronto y casi sin darnos cuenta miramos el parking para las motos y nos lo encontramos repleto de motos de todo tipo, coches 4x4 y una avalancha de gente que animó a Amparo y Manolillo a meterse en faena al que le acompañaron Morenito, Laura y su madre Ana, que ya se pretendían extender una mano en la barra, el bello de Lupi seguía erguido. Los fogones prendían el jugoso caldo del arroz en dos paelleras gigantes conducidas por el Tanero, Salva y Alcántara que perfumaron el ambiente, y como no, hacían rugir más de un estómago. Al calor de los fogones y de los más de cuarenta grados del ambiente se disipó con el calor del buen ambiente y el de las azafatas que a más de uno hizo subir la temperatura y fueron muy bien atendidas por Miguel que hizo numerosas faenas en el encuentro.
Y desde lo más alto, el capi orgulloso de su equipo no quitaba ojo a los “Morrallas”, la fuerza tenía que venir de algún lado.
Ya pasadas las siete de la tarde, y tras una jornada que abatía, al equipo Lupi padre, exclamó… “ca uno pa su casa…”.
Dos meses de trabajo intensivo, un fin de semana sin parar y dormir poco, muchas horas sin parar para sentirse orgullosos de un gran proyecto con buen resultado, las casi 500 motos, coches 4x4 y más de mil asientes y sus felicitaciones fueron el resultado de esas noches sin pegar ojo.
Quizás este artículo se podría haber redactado de otra manera, pero en esta ocasión he decidió contarlo así.
Enhorabuena a todos.
Domingo, 16 de junio
Llegada de la ruta por la Comarca
El recinto comienza a acoger a los moteros tras la ruta
Minimotos
Los más peques hicieron la delicia de los asistentes, y recibieron sus regalos
Productos alhamaños para degustar y comprar
El guardarropa para tranquilidad de los moteros
El recinto, donde compartir, conocerse, refrescarse y comer
Voluntarios para antender a los visitantes en un ambiente festivo
Preparando el arroz para 500 raciones
Justo para todos
...y los postres y los premios
¿Quién dijo que la 'Derbi' había pasado de moda?
Sorteo de regalos
El presidente motero alhameño pasó por el túnel de lavado
Ya pasadas las siete de la tarde, y tras una jornada que abatía al equipo, Lupi padre, exclamó… “ca uno pa su casa…”.
Un trabajo bien hecho, aunque faltan algunos...