Arturo Abad, la magia de las palabras y los libros



 Organizado por la Diputación de Granada y la Biblioteca Inocente García Carrillo de Alhama, el pasado viernes 9 de julio tuvo lugar la presentación de la exposición «Libros en ruta».



 Se trata de una exposición itinerante de álbumes ilustrados antiguos y modernos y en los que los visitantes de todas las edades, aunque en principio esté pensada para aun público infantil, podrán informarse sobre temas relacionados con la impresión y la ilustración de libros y disfrutar de la exposición de Arturo Abad.

 Narrador oral, cuenta cuentos, mago de la palabra, en cualquier caso, Arturo Abad, expuso a la chiquillería allí presente y a los adultos sin reparos, sin reparos en disfrutar como niños, que también los había, una serie de datos curiosos a la vez que iba mostrando libros, hermosos libros bellamente ilustrados y encuadernados para gente con dinero y sencillos libros, pequeños y humildes, como los cuentos de Calleja, señor que vivía de los cuentos que editaba, que no del cuento. Libros de los pobres, los llamó él, y contó la anécdota de que en cierta ocasión alguien del público comentó, “Muchacho, cuando yo era niño, aquí no llegaban ni los libros de los pobres”.

 Y hablando de cuentos, cuentos contó también Arturo, el de las cien ranitas, ¿o eran mil?, y la serpiente, el de los monstruos que se quieren comer al niño protagonista o el del cuadrado que quiso ser circulo, todo ellos con el libro en la mano.

 Para lo último dejó el cuento del niño que encerró a su pajarito en tres jaulas y sus aventuras y desventuras con el barco del rey. Cuento que fue contando sin más apoyo que el de un folio que iba convirtiendo en pájaro, jaulas, barco...

 Cuando los niños se fueron, con la sonrisa aún puesta en la boca y el brillo de la alegría en la mirada, tocó el turno de los adultos a los que ilustró sobre álbumes, técnicas de ilustración e ilustres ilustradores (no he podido resistirme al juego de palabras), como Beatrix Potter, Maurice Sendak o el español Pablo Ramírez, al que seguro que todos los que hemos leído libros de las editoriales “EL Molino” o “Juventud” conocemos de “vistas” valga la palabra.

 En estos tiempos de predominio de lo audiovisual, de videojuegos y otros entretenimientos digitales es bueno que alguien le recuerde a los niños que con la simple magia de las palabras se pueden recrear mundos y que los libros de papel pueden ser además de divertidos, hermosos. A los adultos nos aconsejó comprar libros a los que los niños sólo puedan acceder acompañados, para ir creando la magia del libro y el deseo de compartirlo con los padres. Que no es, ni mucho menos, un mal consejo.
















Redacción gráfica: Prudencio Gordo