Su colección 'Alhama en mi recuerdo' supone «un éxito sin precedentes» en lo que a público y ventas se refiere»
El paso de Juan Miguel Torres por la Galería del Carmen de Alhama ha sido «un éxito sin precedentes». Los amantes del arte y asiduos de este espacio se han quedado sorprendidos por la afluencia diaria de público y el interés mostrado por las acuarelas que en su mayoría, como era el deseo del artista, se han quedado en domicilios alhameños o de personas enamoradas de este pueblo. De hecho dos cuadros tuvo que sustituirlos porque viajaron a casa de un pintor irlandés y al domicilio de una alhameña que reside en Suiza, otros tantos tuvieron muchos “novios” pero obviamente sólo se lo quedó uno, en otros casos hubo quien se los llevó de tres en tres o por pares. A ellos hay que añadir las donaciones realizadas a Salvador Raya, en concreto las recreaciones de la Puerta de Granada y de Málaga, pintadas a indicación suya y que tuvieron un montón de personas interesadas en su adquisición y otro, en el que aparece José Andrés Ciruela recuperando una puerta de piedra de la calle Enciso, que quiso donarlo al cantero pese a estar también interesado en él el propietario de la casa.
«La mayoría de tardes hubo más de 30 visitas a pesar de abrir sólo dos horas», nos cuenta satisfecho antes de añadir que también le han surgido tres encargos para pintar unos cortijos de Alhama y Santa Cruz que espera visitar en fechas próximas. Exposición que también le ha permitido a él y sus hermanos para reencontrarse con familiares y amigos de la infancia que hacía más de tres décadas que no se veían. Igualmente le ha servido para iniciar contactos con grupo de finlandeses de la Costa del Sol, que le han invitado para participar con sus acuarelas en una exposición-concurso que celebran en Torremolinos. Pero, quizás lo más emotivo, es que Juan Miguel tiene la sensación del deber cumplido con su padre, que continuamente le insistía en que pintase. «Habiendo hecho una exposición individual de rincones de su pueblo natal estoy seguro que el éxito obtenido lo debo en parte a su influencia, pues seguro ha visto la exposición y el trabajo de todo un año que iba dedicado a él. La única pena es no habernos podido pasear viendo mis cuadros en su compañía física», explica.