Decir Mazmorras (en Alhama) es prácticamente decir poesía y este pasado viernes 14 de julio se volvió a demostrar una vez más.
Tras los minutos de espera de cortesía, poco después de las ocho dela tarde, Ángel Muñoz, concejal de cultura, abría la edición de este año del Recital de las Mazmorras, con la bienvenida a los presentes y la lectura de un poema de Manuel Benítez Carrasco, “Solea de tiempo y vino”.
La directora del Centro Ocupacional el Lucero, Pilar Espejo, se situó ante el atril para anunciar, en nombre del Lucero, y sobre todo de sus usuarios, que querían agradecer a Salvador Arias la labor que está haciendo con la preparación de una obra de teatro; comentó también que el autor había donado 200 ejemplares de su libro de poesía cuyos beneficios van a ir íntegramente a un proyecto de accesibilidad, concretamente la instalación de un ascensor, imprescindible para alguno de los usuarios, para acceder a la planta superior. Se necesita la solidaridad de todos, continuó, dado que para las distintas administraciones es imposible hacer frente a ese gasto.
La primera en comparecer ante la audiencia para compartir sus creaciones fue Teresa Millón Retamero que ofreció dos obras, “Añoranza de mi tierra” y” “Esperanza”.
Fue el turno de Juana Olmos Castillo que, también de su propia pluma, recitó dos poemas, “Alhama” y “Yo soy la Plaza Real”
Seguidamente Benedetti en la voz y la sensibilidad de Mati Muñoz, que recito “No te rindas” para continuar con un homenaje a un Alhameño, Gabriel Rojas “Niño de Alhama” que llevó el nombre de nuestro pueblo por los tablaos de Madrid, con Juan cubo y Matilde Muñoz, que recitaron varios cantes del cantaor.
Jesús Ruiz Arrabal y su nieta Sara fueron los siguientes en salir al atril, primero Jesús dio lectura a un escrito dedicado a su nieta y después fue ella la que dio lectura a una “Carta de mi abuelo”.
Salvador Arias recitó dos de sus poemas, “Razón para conocer la verdad”, de trasfondo filosófico, y “Si mis sentires sintieras”.
Teresa Pérez Martel retomaba su participación en eventos poéticos después de un tiempo de ausencia por motivos personales y nos dejó el poema “Yo vivía en Las Peñas”
Antonio López Ordóñez, ejemplo de trovador popular, nos hizo reír con varios trovos: “Para todo el personal”, “Con lo bonito no se come” y “Piropos con rima”
Después de las risas se retomó el tono más sensible e intimista con las dos creaciones propias a las que dio lectura Teresa Rodríguez.
Repitió escenario Antonio Gordo Villarraso que ofreció dos breves poemas cortos propios y uno de la poeta Emily Dickinson.
Antonio Molina López con romances a Federico García Lorca, “A una perdiz “ y “A la olla jameña” dio fin a la parte programada, pero fuera de programa Juan Valladares Jázpez recitó “Canción a la rueda hidráulica” de Bertolt Brecht y Juan Cubo y Mati Muñoz pasajes del Tenorio.
Fotos_ Prudencio Gordo.