Estética aspirante a la trascendencia



José Manuel Camacho, profesor en el IES Alhama. presenta su segundo poemario ‘Ofrenda’ en la Biblioteca de Andalucía.



 El martes, 29 de enero, a las 19,30 h., tuvo lugar la presentación del poemario de José Manuel Camacho (Huelva, 1983), ‘Ofrenda’ publicado en la editorial ‘Ars Poética’. En este acto que se celebró en la Biblioteca de Andalucía y contó con el apoyo del Centro Andaluz de las Letras, el autor que este curso está destinado como profesor de Filosofía en el IES Alhama, estuvo acompañado por su compañero de Departamento, Francisco Javier Zambrano. Este poeta explica que su interés por las letras se despierta en él en la adolescencia, pues tuvo la suerte de contar con un buen profesor de Literatura que le enseñó que la poesía va más allá de esa imagen estereotipada, ñoña o cursi. “Eso hizo que me fuera convirtiendo en un lector que es lo que realmente me considero, luego, por continuación, comenzaría escribir mis versos”, explica antes de añadir que esos poemas que guardaría en un cajón conformarían años después una gran parte del material que publicaría bajo el título ‘Invitación al lago’ (Ediciones de la Isla de Siltolá, 2011).

 También cuenta que por cuestiones de estudio y de trabajo ha cambiado bastante de ciudad pues estudió la carrera de Filosofía en Sevilla, ciudad que reconoce le influyó bastante. Más tarde estuvo un par de años en Londres como profesor de español. Ahora lleva cuatro años como profesor de Filosofía lo que le ha llevado a desempeñar su labor en Sevilla, Almería, Huelva y este curso en Alhama que “también es un marco incomparable para la poesía”. Todo lo contrario que le ocurre cuando se marcha a Londres que por el estrés de la ciudad le resulta imposible escribir poesía. “La ciudad no me deja aprovechar esa parte de mi ser, sin embargo, sí me deja realizar otro tipo de composiciones como son los aforismos, frases cortas de contenido filosófico, algunas más literarias otras más filosóficas, pero con un toque más intelectual”. Fruto de ese periodo publica en 2015, 'Excurso' donde adopta un tono sarcástico e irónico que no expresaría en lo poético. Por último, publica 'Ofrenda' en el que se puede apreciar un salto de madurez con respecto al anterior poemario y donde utiliza una métrica más sopesada.

 Para José Manuel Camacho, la poesía es una forma de búsqueda de la trascendencia. Asimismo, entiende que el origen del lenguaje poético coincide con lo que se ha dado en llamar la palabra mágica y por tanto “no se trata de describir la tristeza sino de traerla a presencia, que el lector sienta esa tristeza”. De su segundo poemario destaca su estructura sencilla y la evolución del verso libre como fruto de las lecturas, muchas de poetas extranjeros que a la hora de ser traducidos se opta por una mezcla de versos endecasílabos y heptasílabos. “Me salen este tipo de versos de forma espontánea, lo que me permite darle un orden y musicalidad sin necesidad de una rima que permite una gran flexibilidad”, señala antes de reconocer como poetas que más le han influido a Rilke y Juan Ramón Jiménez además de Hölderlin y la obra “Cementerio marino” de Paul Valery. ‘Ofrenda’ está estructurado en dos partes -‘Cantos de luz’ y ‘Cantos de sombra’ en las que encontramos una gran mayoría de poemas sin título, con la sola excepción de tres ('Misericordia', ‘Vista del Mont Blanc desde el muelle de Morgues' y ‘Lo íntimo’) , escritos en su mayoría en silva blanca. Ello lo justifica por su tendencia particular cuando empieza a escribir “de dejarse llevar por el entorno, nunca pienso en el tema de un libro o de un poema, sino que empiezo a escribir y los versos me llevan al poema”. La obra comienza con ‘Pórtico’ que es una declaración de intenciones. 

 
PRESENTACIÓN DE LA OBRA “OFRENDA
(Poeta: José Manuel Camacho Vázquez)

Por Francisco Javier Zambrano.



 José Manuel Camacho Vázquez, filósofo y poeta… ¿Cómo entender esta dualidad? ¿Cómo compaginar ambas realidades tan aparentemente distintas en un mismo hombre?

 Decía la filósofa y poetisa María Zambrano que el hombre se compone de dos mitades, el filósofo y el poeta; ambos insuficientes por sí solos. En la poesía encontramos directamente al hombre concreto, y en la filosofía al hombre universal en su querer ser. Son como dos anhelos en el hombre: la filosofía y la poesía, la belleza y la inquietud por conocer.

 Como filósofo nos desvela su actitud de búsqueda, su asombro ante lo real y lo desconocido. Y se interroga sobre el hombre, el mundo, la naturaleza y el misterio, buscando respuestas que traten de arrebatar a los dioses los secretos del conocimiento que con vehemencia perseguimos los mortales.

 Como poeta, destaca en él la musicalidad de su expresión y los ritmos marcados, la vida que fluye en sus palabras, las imágenes que explosionan en cada uno de sus versos, desgranando escenarios, trasluciendo sentimientos e insinuando experiencias que se me antojan una bella forma de sacar de la nada a la misma nada y asignarle un rostro y un nombre, para mostrarnos -recurriendo a palabras de Octavio Paz- otro mundo dentro de este mundo, definiendo lo innombrable, como si de un delirio se tratase.



 Ya desde la Grecia clásica convivieron Poesía y Filosofía. Hay incluso quienes piensan que la Poesía era mayor de edad cuando surgió la Filosofía, como muestra el Poema de Parménides y los fragmentos recuperados de Heráclito. Y es que todo poeta, embriagado por su inspiración, se debe haber enfrentado en alguna ocasión con el misterio del ser y del no ser, de la vida y de la muerte, de lo presente y real y de lo inalcanzable y trascendente.

 Desde siempre Poesía y Filosofía han mantenido una enigmática relación, por más que el maestro Platón expulsara la Poesía de su “ciudad ideal”, pensando que no mostraba la realidad una e inmutable que él pretendió aprisionar en la conceptualización de las Ideas. Sin embargo, él mismo se convirtió en un filósofo-poeta, o en un poeta-filósofo, declarando en su Diálogo de el Fedro que poetas y filósofos comparten el nivel más elevado de la jerarquía de las almas, admitiendo finalmente que tanto los poetas inspirados como los filósofos se encuentran igualmente cerca de la verdad; por lo que ya no es únicamente el filósofo el amante de la sabiduría, sino que también el poeta, como amante de las musas, es un ser inspirado y poseído por el don divino que lo impulsa a alcanzar la misma verdad, pero por otros caminos y por medio de otras estrategias.

 “Ofrenda”, la obra que nos ocupa, es un compendio de poemas que, agrupados en dos bloques: “Cantos de luz” y “Cantos de sombra”, nos brindan la posibilidad de conocer el alma de nuestro poeta. Sus versos nos sumergen en la reflexión sobre la dualidad de la vida: luz y oscuridad, vida y muerte…



 La luz nos es mostrada como sinónimo de vida, de amanecer, de palabra reveladora, como si de un acto creador se tratara, descubriendo misterios inmaculados que obsequian la infinitud del hacedor a la finitud de lo creado…

“Lo infinito se afina…
Así habla a los hombres lo alto: negándose;
así una estocada nos llega al ser
y lo humano trasciende”.

 Asoma en su obra también una naturaleza repleta de fuerza expresiva, cual viviente que se comunica y se muestra; una naturaleza que es palabra, y que produce en el poeta anhelos y emociones, y otras veces lamentos y alabanzas, haciéndonos sentir cercano el misterio que en su seno se encierra, y que se nos representa como huella de un Dios hacedor que llama a la existencia…

“Cuando todo lo baña esta luz última…
mudas las cosas caminan en Dios”.

 Sin embargo, ese Dios Misterio que rezuma en su obra, se nos revela unas veces y se nos oculta otras, como un anhelo inalcanzable que nunca se llega a poseer y que nos deja siempre como huérfanos y en continua búsqueda.

“Bueno es que Dios desdeñe nuestras súplicas;
buena la puerta entreabierta del cielo
y santo nuestro ciego deambular.

 Y sin embargo, este Misterio, a pesar de su trascendencia y lejanía, el poeta lo siente como su remanso, como identidad de sí mismo; atreviéndose a acercarse tanto a Él que le hacen susurrar un deseo secreto que nuestro poeta calca de su inspirador Juan Ramón Jiménez: “Enseña a Dios a ser tú”.

 En la segunda parte de “Ofrenda”, entre sus Cantos de Sombra, el poeta nos permite entrever el desasosiego que nos produce la soledad y la muerte, -la otra cara de la moneda- como la incertidumbre que nos produce el dejar de ser, el desvestirnos de nuestra corporeidad para unirnos en constelación con la indefinición que es simbolizada con el aire…

“Deja tus vestiduras
y deshómbrate, asómbrate,
constélate sin fin”.

 Sin embargo, ese miedo que nos hace humanos y dignos de compasión, se torna esperanza cuando el poeta suplica:

“Apiádate, Señor, pues me derramo:
¿serás tú mi vasija?



 Nuestro poeta reflexiona sobre el ocaso de la vida, como si ante un paisaje al caer la tarde se encontrase; pero no lo contempla con la angustia y la desesperanza del que se aproxima al final de todo, sino con la mirada confiada de que la noche, como la muerte, dan paso a la luz de un nuevo día; como si el agua del mar y el cielo, siendo tan opuestos y distantes, se nos mostraran en el infinito, unidos y enhebrados, porque son inseparables.

 “Ofrenda”, esta obra que José Manuel dedica a sus padres, se nos da hoy también a nosotros como un obsequio que se nos brinda a continuación, a través de su voz, sus versos y su palabra, y gracias a la colaboración del Centro Andaluz de las Letras.

 



 
Presentación del poeta José Manuel Camacho Vázquez
(29 de enero de 2019)



NOTA BIOGRÁFICA

José Manuel Camacho Vázquez nació en Huelva, en1983. Se trasladó a Sevilla para realizar sus estudios de Licenciatura en Filosofía, ciudad en la que ha residido la mayor parte del tiempo y en la que ha desarrollado parte de su obra, además de diversas actividades vinculadas con la literatura. Actualmente es profesor de Filosofía, y ha impartido docencia en Sevilla, Almería y Huelva. Actualmente ejerce en el Instituto “Alhama”, de Alhama de Granada.

Su inicio en el mundo de la poesía arranca en su adolescencia, y de la mano de uno de sus profesores de Literatura, gracias al cual pronto se inclinó por este delicado arte, dejándonos un botón de muestra de su quehacer en aquellos turbulentos años adolescentes, en su primera obra poética, titulada Invitación al lago (publicado en la editorial Isla de Siltolá, de Sevilla, en 2011), donde entre otros poemas incorpora los que escribió en los años de su adolescencia y juventud.

De su estancia en Londres, después de finalizado sus estudios universitarios, donde ejerció como traductor literario y profesor de español, surgió su segunda obra, que no es poética precisamente, sino más bien filosófica. Nos cuenta que el estilo de vida y la idiosincrasia de aquella ciudad alejaron de él a las musas, encauzando su inspiración hacia otro género literario. Fue así como vio la luz su primera colección de aforismos, en su libro titulado Excursos, también publicado en la sevillana editorial Isla de Siltolá, en 2015.

En su segunda obra poética, Ofrenda, publicada en 2018, esta vez por la editorial asturiana Ars Poética, (que es la que nos convoca aquí esta tarde), nos ofrece una muestra de la más pura poesía lírica, y en ella nos encontramos con un poeta más maduro y depurado, que utilizando la silva blanca o el verso blanco nos deja traslucir el influjo de poetas alemanes como Rilke y Hölderlin, o el poeta y filósofo francés Paul Valery, además de su paisano Juan Ramón Jiménez. También encontramos en él huellas del influjo en su pensamiento de filósofos como Unamuno, Nietzsche o Heidegger.

José Manuel Camacho ha trabajado también como corrector de estilo en diversas editoriales. E igualmente ha ejercido como traductor literario del inglés de la obra de su inestimable amigo Brian Lee, titulada Pueblo de piedras/Village of stones, publicada en 2013, en Ultramarina Editorial.



Algunos fragmentos de su obra han sido publicados también en diversas Antologías, entre las que podemos citar:

- Voces del extremo, poesía y capitalismo, Fundación Juan Ramón Jiménez, 2008. ISBN: 978-84-8163-450-1
- Voces del extremo, poesía y magia, Fundación Juan Ramón Jiménez, 2009. ISBN: 978-84-8163-483-9
- Puta poesía, Editorial Luces de Gálibo, 2010. ISBN: 978-84-937302-8-4
- Alienígenas, Cangrejo Pistolero Ediciones, 2016. ISBN: 978-84-94283543
- Verdad y media, Ediciones de la Isla de Siltolá, 2017, ISBN: 978-84-16682-63-8
- Las cosas que no son. Los aforistas y Dios, Libros al Albur, 2018, ISBN: 978-84-09-02861-0

Igualmente ha participado en publicaciones en diversas revistas vinculadas al ámbito de las artes y la literatura, entre las que destacamos:

- Youkali, revista crítica de las artes y el pensamiento (número 6), Tierradenadie Ediciones, 2008. ISSN: 1885-477X
- Alhucema, revista internacional de teatro y literatura (número 24), Dauro Ediciones, 2010. ISSN: 1139-9139
- Mordisco, revista de crítica, literatura y artes (número 4), 2011. ISSN: 1888-8852

Por último, mencionar también su incursión en otro género literario como son la publicación de Artículos, entre los que señalamos:

- “Desgarrar la humareda, un estudio sobre la niebla unamuniana”; El búho, Revista electrónica de la Asociación Andaluza de Filosofía, número 7, 2010. ISSN: 1138-3569
- "Fernando Pessoa o Ferdinand Personne: Máscara para nadie"; Alfa, Revista de la Asociación Andaluza de Filosofía, número 28-29, 2011. ISSN: 1137-8360



Breve selección de reseñas:

http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/30537/Otras_voces

http://www.revistadeletras.net/invitacion-al-lago-de-jose-manuel-camacho

http://www.culturamas.es/blog/2016/07/11/excursos-jose-manuel-camacho

https://www.huelvainformacion.es/ocio/riqueza-pensamiento_0_1215178577.html


 


José Manuel estuvo acompañado por un nutrido número de sus compañeros.