Estamos aquí desde hace cien mil años



 Sí, reiteramos, cien mil años hace que estamos aquí, desde el Paleolítico Medio, María del Carmen Castillo Rivas, especialista en la cuestión, la que ha estudiado profunda y ampliamente, nos lo concreta y sitúa esta presencia del ser humano en los lugares correspondientes de nuestra comarca.


“Alhama, histórica”
Estamos aquí desde hace cien mil años
Andrés García Maldonado



 Como ya comentaba en la anterior entrega de esta sección, vamos a hablar -siempre de una forma resumida y con un propósito divulgativo- de distintas etapas de la Prehistoria de nuestra comarca. Así, como ya adelantábamos, hemos de partir del Paleolítico Medio.  Si las huellas humanas más antiguas en la Península Ibérica tienen lugar en el denominado Paleolítico Inferior, cuyos comienzos en Europa se aproximan al inicio de la Era Cuaternaria, lo que traducido en años supone un periodo entre un millón ochocientos mil y setecientos mil años, cuyo final, hasta ahora, ha venido fijándose su final con la aparición del “Hombre de Neanderthal”, poseedor de una cultura más superada, incluido dentro de un Paleolítico Medio, hace unos cien mil años, de ahí es la huella humana más antigua encontrada en la comarca alhameña.

 Como bien nos expone María del Carmen Castillo Rivas en varios de sus muy logrados trabajos sobre la cuestión, los que seguimos muy especial y ampliamente en nuestra exposición, destacando los trabajos de prospección arqueológica realizados durante los veranos de 1991 y 1992 conjuntamente el equipo que emprendió el “Proyecto de la Cueva del Boquete de Zafarraya”, gracias a los que se localizaron algunos yacimientos en la zona que demuestran la ocupación temprana de la región de Alhama por el hombre prehistórico.



 Entre estos yacimientos destaca el situado en el cortijo de “El Navazo”, a unos diez kilómetros de la misma ciudad de Alhama, como indicábamos. Como nos dice Castillo Rivas: “este yacimiento se caracteriza por una importante concentración de nódulo de sílex, material utilizado para la fabricación de útiles necesarios para su uso en la vida cotidiana. Estos nódulos fueron preparados como núcleos, es decir, se realizaba una primera extracción y el soporte resultante se trasladaba hasta su lugar de residencia donde fabricaban y terminaban, el útil. esto es lo que sucede con la inmensa mayoría, sin embrago, también se da el caso de fabricar allí mismo los útiles. El yacimiento podría definirse como un taller lítico que ha sido utilizado prácticamente durante todo el Paleolítico, aunque la mayoría de las piezas podrían situarse en el Paleolítico Medio. Es un yacimiento que todavía está en estudio por lo que estos datos pueden sufrir alguna variación”.

 Similares características se dan en el yacimiento localizado en el cortijo “El Chopillo”, a poca distancia del anterior, aunque en éste se han obtenido, al menos hasta el momento, menor cantidad de materiales, bien por la misma pendiente del terreno o a consecuencia de las labores agrícolas. Ya nos hablaba de ello la pasada semana nuestro buen amigo José Espejo, al que siempre agradecemos sus aportaciones y vivencias en cualquier aspecto sobre Alhama.

 También en estos últimos años, como nos expone la misma autora, se han localizado en el Llano de Zafarraya algunos yacimientos líticos que, que no dejan de estar en proceso de estudio, pueden ser adecuadamente asociados a un Paleolítico Medio.



 Ya se conocía la existencia de algunas lascas musterienses en el reborde meridional del Llano de Zafarraya, pero fue a raíz de los trabajos de prospección que realizó el equipo del “Proyecto Zafarraya”, en la campaña de 1991, en la que intervino la misma María del Carmen Castillo Rivas, cuando se descubren tres yacimientos importantes en este mismo lugar, pertenecientes en parte y en la actualidad al mismo término municipal de Alhama y que la investigadora que seguimos, tuvo la amabilidad de sintetizarnos en su día, de la siguiente forma:

 Yacimiento 1. - En este yacimiento, han sido recogidos pocos materiales líticos, por lo que aún es difícil definir la industria; no obstante, se trata de un conjunto manufacturado microlótica, que probablemente puede ser adscrito a momentos finales del Paleolítico Superior.

 Yacimiento 2.- De este yacimiento, se ha extraído una muestra de 297 piezas elaboradas, de las que 90 son núcleos de talla; 171 son lascas no retocadas y 33 presentan retoques intencionados.

 Un primer análisis del conjunto lítico permite diferenciar al menos dos procesos tecnológicos, que corresponden a periodos cronológicos diacrónicos. El primero de ellos, con un cierto predominio levallois presente tanto en núcleos como restos de debitado así como técnicas de extracción centrípeta, típicas de un Musteriense. La gran cantidad de restos de talla, el número elevado de piezas no retocadas, muchas de ellas con restos de cotex, así como el escaso número de útiles, hace que haya que adscribir estos restos a un área de talla próxima.

 Un segundo grupo de piezas que aparecen en proporción menor a la anterior, presenta aristas muy frescas, ligeramente patinados, y que han utilizado los restos del conjunto anterior para tallar sus instrumentos, de tal manera que muchos núcleos y lascas musterienses han sido reutilizados. Los productos debitados son, desde el punto de vista tipométrico, de menor tamaño. La adscripción a un momento cultural de este pequeño conjunto lítico, es por ahora difícil, ya que hay daños suficientes sobre los procesos tecnológicos empleados así como una tipología amplia.

 Yacimiento 3.- Se han recogido un total de 576 piezas, de las cuales, 182 corresponden a núcleos y restos de talla, 354 son lascas y láminas sin retocar, mientras que el número de piezas retocadas es de sólo 40, fundamentalmente reederas, denticulados, cuchillos de dorso, muescas, abruptos y útiles esquillados. Se observa una gran tendencia a la técnica levallois muy elaborada, con abundantes lascas de primera extracción, generalmente ovaladas aunque también aparecen productos levalloir de primera extracción tipométrica laminares. La tecnología propiamente laminar no aparece. El resto de los productos levallois están referidos a lascas de tipo recurrente. También hay que destacar la presencia de varias lascas de tipo Kombewa.

 Junto a este material típicamente musteriense, aparece otro grupo de piezas de pátina más fresca y que parece corresponden a otro periodo de elaboración.



 La gran homogeneidad del conjunto musteriense, la gran cantidad de desechos de talla de todos los tamaños, formas, y el nulo rodamiento que presenta gran parte de las piezas, parecían demostrar un asentamiento primario pese a su ubicación junto al ponords; no obstante, la limpieza que se hizo de varios cortes estratigráficos proporcionó una secuencia de deposito fluvial, apareciendo dentro de uno de los niveles todo el complejo industrial; pero a pesar de ello, los investigadores piensan que el arrastre ha debido producirse desde algún lugar cercano al yacimiento.

 Con esta exposición, María del Carmen Castillo, nos lleva a la conclusión de que a pesar de que se venía situando la primera huella de existencia del hombre sobre esta comarca en el Neolítico, con los hallazgos aquí reseñados, ha de afirmarse la presencia del hombre en tierras de Alhama, hasta en lo que hoy es su mismo término municipal y comarca, en el Paleolítico Medio, hace poco menos de cien mil años. Y ahí, precisamente ahí, comienza esta larga historia de milenios que llega hasta nuestros días.