Viajó durante veinticinco años y recorrió unos ciento diez mil kilómetros. Desde Fez, antes de retirarse definitivamente a su Tánger natal, visito Alhama, en el año 1349, hablando de los Baños y una mezquita muy bien situada y construida.
Ibn Battuta, "el viajero" que visitó Alhama tras recorrer ciento diez mil kilómetros
"Alhama, histórica"
Andrés García Maldonado
Inb Battuta representado en uno de sus viajes
Son numerosas las traducciones que, a partir de mediados del siglo XIX, se han hecho de los magníficos relatos de los viajes de Ibn Battuta, los que no redactó el mismo, sino que dictó a un copista, siendo su redactor Ibn Djozay, de ascendencia y sangre granadina.
Entre una de las mejores traducciones, se encuentra la del portugués José de Santo Antomás y, concretamente, la que recogería E. Levi Provençal, a la que hizo referencia mi padre, Inocente García Carrillo, en "Alhama vista por una extranjero", "...y reanudaron la marcha por la amplia senda que en el siglo XIV fue camino real morisco que unía las populosas ciudades de Málaga y Granada, por el que también pasaron los ilustres viajeros egipcios Ibn-Fadl-allah al -Umari y Abd-Al-Basít, que en ocasiones distintas visitaron la Granada nazarita y el tangerino Ibn-Bauttuta, que desde Fez vino a Andalucía años después del desastre de los benimerines en el Salado".
Viaje por el Reino de Granada
Lo que es el relato del viaje por Andalucía de Ibn Battuta, tomado de la indicada traducción conjunta de los dos autores franceses, nos lo ofrece José García Mercadal, en su magnífica obra "Viajes de extranjeros por España y Portugal", publicada por " Ediciones Aguilar" en 1952.
Ibn Battuta de su ciudad natal pasa a Ceuta, donde permanece unos meses enfermo y después atraviesa el estrecho llegando a "la Montaña de la Victoria o Gibraltar", "inmediatamente después de la muerte del tirano de los cristianos llamado Adfounos (Alfonso XI)", el que meses antes había sitiado, precisamente, Gibraltar casi durante un año.
Tras permanecer un tiempo en Gibraltar, pasa cinco días en Ronda "una de las ciudades del islamismo mejor fortificadas y más felizmente situadas", y se dirige a Marbella, "una ciudad pequeña donde alimentos abundan" y pasando una noche en Sohaíl (Fuengirola), llega a Málaga, "una de las ciudades más bellas de España", quedando gratamente impresionado por la hospitalidad de ésta.
"Desde Málaga me dirigí a Bellech, o Vélez, que está a la distancia de 24 millas. Es una hermosa ciudad que tiene una bonita mezquita, abundante uvas, frutas e higos, a la manera de Málaga".
Continua el viaje y dice, "salimos de Vélez para Alhammah, villa pequeña, con una mezquita muy bien situada y muy bien construida. Posee una fuente de agua caliente a la orilla de su río, y a la distancia de cerca de una milla de la población. Se ve allí una casa para los baños de los hombres y otra para los de las mujeres".
Indudablemente, al menos, en Alhama hubo de pernoctar, así como visitar detenidamente la población y el balneario, observar lo bien que está construida una mezquita, consideramos que se referiría a la mayor, la que estuvo ubicada donde ahora la iglesia parroquial, y habla de las dependencias de los baños.
Parte para Granada, "una ciudad que es tan célebre que no tiene necesidad de que se insista largo tiempo sobre su elogio" donde permanece bastante tiempo conociendo y tratando a todas las personas relevantes de la misma.
Retorno por Alhama
Después, vuelve a Alhama, donde pernoctaría antes de reemprender el camino hacia Vélez, ya retornando definitivamente hacia su Tánger natal
Una vez más, como desde hace más de cuarenta años, hemos de insistir en que debemos utilizar todos estos detalles históricos, por muy sencillos que sean -que en este caso no lo son- para que Alhama, no tan sólo en el orden monumental, también en el histórico-cultural, tenga la proyección que le corresponde y que, es la verdad, en tantos sentidos posee.
Así, como la misma ruta que en su día se creó y luego modificó dándole un giro muy distinto, en relación a Ibn Battuta, no sea únicamente un simple itinerario turístico más que pasa por unos determinadas poblaciones, que ya es interesante, pero lo es mucho más si se le llena de contenido histórico, artísticos, etc., resaltándose sus peculiaridades y atractivos propios, tanto para el turismo en general como para nuestra cultura en particular, consolidando en particular el que nuestras actividad cultural, la de Alhama, cree más posibilidades de poner en marcha interesantes y posibles relaciones culturales con el Norte de África.
Ibn Battuta, "El viajero".
(Abu Abd Allah Muhammas Ibn Battuta; Tánger, 1304 - Fez, 1368 o 1377) Viajero y geógrafo árabe
(Abu Abd Allah Muhammas Ibn Battuta; Tánger, 1304 - Fez, 1368 o 1377) Viajero y geógrafo árabe
Nace nuestro singular viajero en la ciudad de Tánger, en 1304. A los veinte años emprende los viajes que han de hacerle célebre y que duran, en principio, unos diez años. Va primero a Egipto y de allí a Palestina, Alepo y Damasco. Peregrina a Medina y a la Meca, viaja por Kufa y Bagdad.
Reside tres años en la Meca, a continuación por el Mar rojo va a Aden y desciende por toda la costa africana. Vuelve a la Meca y por allí a Asuán, desciende por el Nilo a El Cairo, cruza después Siria y recorre buena parte de Turquía.
Por el Mar Rojo llega a Kaff, ocupada por los genoveses y que es la primera ciudad cristiana que conoce. Sigue hacia Mongolia donde observa las noches blancas y, siguiendo el séquito de una princesa griega, se sitúa en Constantinopla, donde es recibido por el emperador Andrónico III.
Ilustración de Ibn Battuta en Mongolia
Va a la corte del Khan de Mongolia, cruza las estepas, pasa por una larga serie de regiones e importantes ciudades y llega al Indo en 1333. Nuevamente continúa su viaje y llega a Delhi donde permanece dos años al servicio directo de su rey, hasta que su espíritu aventurero le hace unirse a una embajada mongola a China.
Cruza la India central hasta Cambay y embarca en Calcuta para Amoy, pero naufraga perdiendo todas sus riquezas y regalos y vuelve a Delhi. Sigue su vida de aventuras, asistiendo a la toma de Goa y ejerciendo algún tiempo un cargo oficial en las Maldivas.
Diez años después lo encontramos en Caylán, donde dice haber visto la huella de nuestro padre Adán. Continua recorriendo países y regiones y llega a Sumatra y a Cantón para, andando extensísimos territorios de toda Asia, volver a Damasco, donde se encuentra con la noticia de que su padre ha muerto quince años antes.
Vuelve a El Cairo, visita por cuarta vez la Meca y, desde allí, va a Cerdeña para acabar en Fez, donde declara que de todos los países por él recorridos es Marruecos el mejor.
Antes de regresar a Tánger, como nos dice en esta biografía suya Francisco Agramonte, recorre Andalucía y concretamente lo que era el Reino de Granada donde una población destacada y célebre era Alhama, aunque el, después de lo que ha visitado y visto a lo largo de un cuarto de siglo, le hace considerarla pequeña como población.
Llegó a viajar durante veinticinco años y recorrió, aproximadamente, ciento diez mil kilómetros, se le conoce por "El Viajero" y muere en Tánger entre 1368-1369, aunque sus viajes no fueron conocidos hasta el siglo XIX, una vez que los franceses se hacen con Argelia y esto permite que europeos orientalistas lleguen hasta las bibliotecas de Constantina y tener conocimiento de estos históricos relatos de viajes.
Gran mezquita en Djene (Mali)