El pasado viernes 20 de junio fue la fiesta de fin de curso organizada por la AMPA del Callejón, del CEIP Conde de Tendilla, a la vez que la despedida del hasta ahora director de este centro.
Como en años anteriores los padres de la asociación montaron una barra de bar en la cual, a precios populares, se podían degustar, además de las bebidas, las tapas elaboradas por los voluntarios, que también atendían a la barra.
Las atracciones para los más peques tampoco faltaron este año, ni, por supuesto las chuches vendidas, también para obtener fondos. Y así, entre refresco y refresco, tapita y tapita, conversaciones en corrillos y fotos, muchas fotos, iba transcurriendo la tarde, iniciada a eso de las ocho de la noche, hasta que a eso de las nueve y media, empezó a sonar una melodía pegadiza y grupos de niños, y no tan niños salieron al patio a interpretar la coreografía del tema “La, la, la” de Shakira.
Cuando ya todos estábamos mirando las evoluciones de los bailarines dos “Tendilleros guerrilleros” desplegaron una pancarta en la que se podía leer “Javi, tu siempre serás tendillero guerrillero” y todos comenzaron a aplaudir a Javier López Medina, el que hasta ahora era el director de este centro escolar, que ya sí es verdad que deja Alhama para incorporarse a su nuevo destino.
Javier, muy querido por sus alumnos y compañeros y conocido por todos los alhameños que asistieron a los carnavales infantiles presentados por él, tras el movido homenaje, que incluyó el tradicional manteo en su versión “recortá”, es decir sin manta inició un interrogatorio a algunos de los niños que participaron en la coreografía a ver si descubría como se pudo organizar el baile sin que él se coscase de nada…
Conversando con Alhama Comunicación se despidió de nosotros y no sabemos si volverá toda vez que al preguntarle si vendría a algún carnaval, solo contestó “No me tiréis de la lengua”. Pero nosotros pensamos que sí.
Por supuesto la tarde-noche prosiguió entre refrescos y tapas hasta convertirse en noche, y, Alhama Comunicación estuvo allí para contarlo a pie de barra, digo, al pie del cañón y es que, como algunos padres nos dijeron “que dura es la vida de los reporteros”.
