Comenzaron las clases de primaria con 319 alumnos en Alhama

Alhama ha perdido sólo 4 alumnos del curso pasado a este.

 Este martes, 10 de septiembre se iniciaban las clases de primaria en toda Andalucía, en Alhama con dos colegios, el Cervantes y el Tendilla, el número de alumnos es de 319, repartidos en 183 en el Cervantes, igual número de alumnos que el año pasado, y el Tendilla con 136 alumnos, cuatro menos que el año anterior que fue de 140.

CEIP Cervantes

 Fuimos testigos de esta vuelta al cole, donde vimos de todo, chavales más alegres, otros menos y algunos lloros desconsolados en la clase de infantil de lo que no querían separarse de sus madres, pero en definitiva muy buen ambiente en general por parte de los docentes que bien se congratulaban del reencuentro con sus alumnos del año anterior o bien se presentaban al ser nuevos este año.

 El inicio de este primer día comenzó a las 12 del mediodía, en el que, tras la recepción, se fueron dando a conocer algunas de las instrucciones de este nuevo curso, horarios, cuadrantes, normas etc.

CEIP Conde de Tendilla

 El curso se ha iniciado con normalidad, con un gran personal y muchas ganas, y aunque todavía estamos a la espera de inminente incorporación de algunos miembros de este equipo de trabajo, contamos con la colaboración de todos para afrontarlo con toda la ilusión. Comenzamos el curso deseando aportarle al alumnado un fantástico año lleno de aprendizajes y experiencias.

 Al Equipo Directivo formado por María del Carmen Quiles, como directora, y Adrián Aguilar como secretario, se incorpora Alejandro Álvarez como el nuevo Jefe de Estudios.

 Empezamos con 14 nuevos alumnos de 3 años, y algunos otros en varios cursos y un total de 136 alumnos/as. Una matrícula bastante similar al curso pasado que iniciamos con 140.

 Entre algunos propósitos de este curso queremos seguir mejorando la lectura, la resolución de problemas y también divertirnos en los recreos activos o mejorar convivencia y el clima escolar, para ello es necesaria la colaboración e implicación de todas las familias y el alumnado como principal protagonista.

...y en la Joya

 

Una maestra que este año ya no está, se jubiló

Ana María Fernández, reflexiones tras 32 años de docencia

 El 10 de septiembre de 2024 marca el inicio del curso escolar en los colegios de primaria para el curso 2024/25. Sin embargo, este año ha comenzado sin la presencia de Ana María Fernández, una maestra que ha prestado servicio durante 32 años en infantil del CEIP Cervantes de Alhama de Granada. Por este motivo quisimos conocer sus vivencias, reflexiones y emociones sobre su larga trayectoria como docente de infantil.

Una carrera dedicada a la enseñanza infantil
 Ana comenzó en el Colegio Cervantes hace 32 años, aunque su primer contacto con la enseñanza fue anterior, en 1991. Volvió de manera definitiva en 1992, lo que la llevó a vivir tres décadas completas en el mundo educativo. Durante este tiempo, Ana no solo educó a generaciones de niños, sino que también fue parte de la evolución del sistema educativo, testigo de los cambios en los métodos de enseñanza, las familias y el contexto social.

 En la conversación, Ana reflexiona sobre cómo ha cambiado la educación en estos 32 años. Recuerda que al inicio se utilizaban muchos libros y cuadernillos, pero con el tiempo, junto a un grupo de compañeros comprometidos, empezaron a desarrollar un enfoque más creativo y dinámico basado en proyectos. Este enfoque implicaba una enseñanza menos rígida, donde se dejaban de lado los libros para dar paso a la exploración de ideas a través de actividades conjuntas. Ana menciona cómo surgieron iniciativas como decorar el pasillo con dinosaurios o recrear animales de la selva, actividades que generaban entusiasmo tanto en los niños como en los maestros.

 "Yo venía a divertirme", confiesa Ana, subrayando que, para ella, la enseñanza no era un trabajo pesado, sino una fuente constante de aprendizaje y disfrute. La implicación de los niños era tan fuerte que, en ocasiones, ni ella misma sabía si un niño pertenecía a su clase o a otra, ya que todo el equipo trabajaba unido.

El trabajo por proyectos: una enseñanza viva
 Uno de los aspectos más destacados de la carrera de Ana es su dedicación al "trabajo por proyectos". Este enfoque, que prioriza la participación activa de los alumnos, ha sido fundamental en su manera de enseñar. Para Ana, lo más importante era que los niños fueran partícipes de su propio aprendizaje. Les animaba a investigar, buscar respuestas y compartir lo aprendido con sus compañeros. Esta dinámica no solo fortalecía sus habilidades cognitivas, sino también su confianza y capacidad de expresión.

 "Es muy difícil hablar en público", dice Ana, señalando la importancia de que los niños expusieran sus descubrimientos ante la clase. Este tipo de experiencias, según ella, preparaba a los niños no solo para el aprendizaje académico, sino para enfrentar retos mayores en la vida.

 Ana también involucra a las familias en el proceso educativo. Al final de cada proyecto, los padres y abuelos participaban en talleres y, como cierre, se organizaba una fiesta o una comida donde los niños mostraban lo que habían aprendido. Esta conexión entre escuela y familia es, para Ana, uno de los aspectos más gratificantes de su carrera.

La evolución tecnológica: de la tiza al ordenador
 Ana pertenece a una generación de maestros que ha vivido la transición de la pizarra de tiza a las nuevas tecnologías. A pesar de haber comenzado su carrera en una época donde la enseñanza era más tradicional, siempre mostró un gran interés por la informática. Recuerda con cariño el primer ordenador que se compró y cómo empezó a utilizarlo para sus clases.

 "Siempre me ha gustado mucho hacer cosas con el ordenador", comenta Ana, quien utilizaba el ordenador para crear actividades interactivas para sus alumnos y mantener una comunicación fluida con los padres. A lo largo de los años, incorporó la PDI (pizarra digital interactiva) en su aula, permitiendo que los niños trabajaran de manera más dinámica y participativa.

 Ana destaca la importancia de adaptarse a los tiempos y de utilizar las herramientas tecnológicas para enriquecer el aprendizaje de los niños. Su capacidad para integrar la tecnología en el aula la convirtió en un referente dentro del colegio, demostrando que la enseñanza no tiene por qué estar reñida con la innovación.

 Ana nos comentaba en relación a la evolución vivida: “Los niños han cambiado, los padres han cambiado, pero realmente ha cambiado la sociedad por completo y lo más importante que he notado y vivido que ese cambio en mis niños es la información. Antes los niños no tenían tanta información: no había tablet, móviles, incluso ni en muchas casas cuentos, libros o material escolar. 

 Entonces era función del maestro dar esa información y mostrarles mucho más allá de lo que tenían en sus casas y con sus familias.

 La evolución ha sido muy rápida y muy grande, han llegado las nuevas tecnologías, la televisión no para de bombardear, por eso los niños llegan a la escuela con muchísima información y claro la labor del maestro ha cambiado y mucho, porque ahora lo que hay que hacer es enseñarles a canalizar, analizar toda esa información e ir colocando cada cosa en su sitio.
Si, ha cambiado el papel del maestro.”

Los retos de la vocación docente
 Al ser preguntada sobre cómo ha cambiado la enseñanza en estas tres décadas, Ana reflexiona sobre los aspectos positivos y negativos de cada etapa. Según ella, lo más importante para un maestro es la vocación: "Si tiene vocación y ganas de trabajar, lo que haga lo hará bien". A lo largo de los años, Ana se ha encontrado con muchos maestros competentes y motivados, pero reconoce que el trabajo por proyectos ha sido una de las etapas más gratificantes de su carrera.

La relación con los alumnos y el legado dejado
 Uno de los aspectos más emotivos de la entrevista es cuando Ana habla de los recuerdos que le dejan sus alumnos. A lo largo de su carrera, ha visto pasar a generaciones enteras, y menciona cómo es capaz de identificar rasgos en los niños que les vienen de sus padres. "Es el reflejo del padre", dice, aludiendo a las similitudes en comportamiento y carácter que observa entre las familias.

A lo largo de los años, ha mantenido el interés por seguir el progreso de sus antiguos alumnos, y se emociona al recordar las veces que las madres le han contado cómo aquellos niños, que ella ayudó a formar, han logrado cosas importantes en sus vidas.

La despedida y nuevos proyectos
Este curso escolar es el primero en el que Ana no estará presente, lo que le ha causado una mezcla de sentimientos. A pesar de echar de menos el colegio, está emocionada por lo que le depara el futuro. Ahora que está jubilada, Ana se dedica a disfrutar de sus nietos y a explorar nuevas actividades. Entre sus planes está retomar la guitarra y hacer deporte, dos actividades que había dejado de lado por la intensidad de su carrera docente.

 Ana también menciona la posibilidad de seguir vinculada al mundo de la educación de alguna manera. Tiene en mente un proyecto para ayudar a futuros maestros, compartiendo su experiencia y ofreciendo ideas sobre cómo enseñar a través de proyectos. Aunque no tiene claro aún cómo llevarlo a cabo, es algo que le ilusiona mucho.

Y llegó la jubilación
 Al finalizar la entrevista Ana se despide emocionada, mirando con gratitud al pasado y con esperanza al futuro. Aunque ya no estará en las aulas, sin duda, la historia de Ana María Fernández es la de una maestra dedicada, apasionada y comprometida con su profesión, porque como ella misma nos comentaba: "Yo venía a divertirme". 

El vídeo de la entrevista