Ahora que se cumple 49 años del Certamen Literario de Alhama el diario IDEAL publicó el pasado 27 de mayo una entrevista con uno de los primeros ganadores, y que siguió escribiendo porque esto le demostró, según sus palabras que ‘gustaba mucho a la gente’. Se trata de Aurelio García Tello, un veterano poeta y sacerdote que presentó el pasado 28 de mayo dos nuevos libros, 'Destellos de la Palabra' y Conviérteme a tu brillo'
Aureliano García Tello es un veterano sacerdote -fue delegado de Acción Católica y párroco de San Matías, por ejemplo- y un poeta brillante que cultiva la mística con maestría. Tiene publicados más de cuarenta libros -«ya he perdido la cuenta», afirma sonriendo-, casi todos de poesía, algunos que recopilan parte de sus homilías y otros de corte humorístico. Mañana presenta los libros 'Destellos de la Palabra' y 'Conviérteme a tu brillo'.
-¿Cómo entró en contacto con la poesía?
-Mi vida ha sido un continuo movimiento apostólico pero empecé a escribir antes, mientras estudiaba Humanidades; después me vi forzado a un paréntesis y entonces fue cuando retomé el placer de la escritura, haciéndolo sobre todo por motivos apostólicos y porque comprobé que gustaba a mucha gente, hasta el punto de que gané un premio en Alhama de Granada en aquel casi primer tiempo.
-¿Alguna buena crítica?
-La verdad es que varias. Por ejemplo la del linarense José Jurado Morales, que descubrió en mi obra «autenticidad, armonía, pulcritud» y calificó mis sonetos como «obra maestra». O la del accitano Asenjo Sedano, quien afirmó, entre otras cosas, que mi obra «entronca con la mejor poesía barroca tradicional»; y en su prólogo a 'Florilegio de 2008', sólo unos meses antes de fallecer, me definió como un «poeta místico sublime».
-¿Cuándo empezó a publicar?
-Hace más de treinta años, en 1979, con 'Hacia el encuentro con la Luz'; después 'Granada, flor y agua', seleccionada por la revista algecireña 'Bahía' y traducidos algunos de sus poemas al hebreo.
-¿Considera necesaria la poesía?
-Para quien la vive es una explosión festiva, a veces con nubarrones sombríos; es una expresión de sentimientos interiores, un chispazo entre la sensibilidad del poeta y el mundo que lo rodea. Es como alborear las noches y hacer que surjan flores en nuestro yermo, en la estepa árida que bajo un cielo claroscuro atravesamos. Sí, es necesaria.
-¿De qué libros se siente más satisfecho?
-De 'Florilegio' y 'Florilegio 2', en los que he procurado recoger lo que más gusta a quienes entienden mi poesía.
-¿A quienes entienden su poesía?
-Algunos aseguran que utilizo un lenguaje algo barroco, palabras poco comprensibles a veces.
-Su obra no tiene demasiada repercusión en los medios.
-Sólo se hacen eco los escritores y periodistas que sintonizan con mi ideología y mi óptica: Víctor Corcova, Juan Santaella, Miguel Carrascosa... A pesar de que casi todos los poetas han escrito sobre Dios, ahora menos, como recoge el libro 'Sol del Mediodía', de José Luis Ortiz de Lanzagorta; entre ellos, bastantes andaluces: Machado, el propio Lorca, Guillén, Juan Ramón, Luis Rosales, Caballero Bonald, Salvador Rueda, Pepe Ladrón de Guevara, Alberti, Manuel Alcántara, Carlos Murciano... y me incluye a mí en la selección. Es un orgullo.
-¿Ayuda a alguien la poesía mística?
-Es una espontaneidad de lo que el poeta siente interiormente, motivo de la contemplación y de la unión tanto con Dios como con la Naturaleza, con la obra creadora y con el hombre. En este sentido ayuda a alcanzar la paz, a vivir con alegría porque todo eso es vivificador, ya que Dios es alegría y la alegría siempre ayuda, incluso a la salud como demuestran la Risoterapia y los Doctores Sonrisa.
-Se siente realizado?
-¡Claro que sí! El cristianismo es eterna primavera, no como la poesía existencialista para la que la vida es un día gris que termina en una densa noche sin esperanza de otra aurora. La poesía mística vive para esta vida y para la otra, surge de la armonía, de la paz interior, de la tranquilidad de conciencia.