Los tomates de Zafarraya son embarcados para su consumo en los cruceros



Alimentar a los cruceros, un nuevo negocio en Málaga. Un barco con Málaga como puerto base requiere de entre 60 y 100 toneladas de productos alimentarios, muchas de estas verduras son del Llano de Zafarraya.

El MSC Melody atraca en Málaga con 1.400 pasajeros. Mientras el servicio de amarre del Puerto de Málaga asegura el buque al atraque norte, un tráiler con el lema Fashion Sandía en el lateral llega al muelle. El finger sobre el atraque se llena de turistas que acceden a la estación marítima para iniciar su visita a la ciudad. Mientras, justo debajo, al pie del muelle, la actividad es muy diferente. Ocho estibadores se organizan para meter cajas de fruta y verdura en las bodegas del crucero. Las van sacado del tráiler, que acaba de llegar de Zafarraya cargado de tomates, lechugas, patatas, coliflores y apios, entre otros productos. En total son unos 6.000 kilos que se van introduciendo, caja a caja, en las bodegas del barco.

Esta actividad forma parte del aprovisionamiento de los grandes barcos que recalan en la ciudad y que forma parte del gran negocio que genera esta actividad turística. Sin embargo, Málaga no logra arrancar en este sector y son pocos los barcos que llenan sus bodegas en el Puerto. De hecho, sólo la naviera Iberocruceros realiza en Málaga el abastecimiento completo en sus barcos estacionados con base en la ciudad, con 18 salidas previstas este año.

José María Pérez, de la consignataria Condeminas, que atiende a esta naviera, explica que surtir un gran crucero que empieza un viaje requiere de entre 60 y 100 toneladas de productos frescos, congelados y bebidas. En total supone la llegada de 10 a 15 grandes camiones para llenar las despensas del buque. Eso por salida, lo que supone que sólo Iberocruceros moverá unas 1.800 toneladas de productos en el Puerto de Málaga este año.

«Los cruceros en tránsito no se aprovisionan en Málaga como norma general, salvo casos puntuales. Sí lo suelen hacer cuando están en base, que deja más beneficio porque las compras y embarques son aquí», señala José María Pérez, quien apunta que Iberocruceros embarca todo el avituallamiento para la tripulación y el pasaje antes de iniciar un circuito.

La adquisición de los productos se suele realizar en el entorno de Málaga. Así, las frutas y verduras llega fundamentalmente de Almería, aunque también de algunos proveedores locales. El pescado fresco se busca en el entorno, mientras que el congelado se traen de otras provincias más alejadas.

No obstante, es la única naviera que por ahora realiza su aprovisionamiento completo en Málaga. Eso sí, muchos barcos aprovechan sus escalas en la ciudad para rellenar las bodegas de productos que se han agotado antes de lo previsto, como el MSC Melody. En estos casos suelen ser alimentos frescos o alguna petición especial. Normalmente se reduce a un tráiler, o incluso menos, según el encargo que reciban los consignatarios.

Rodrigo Pardo, supervisor de la consignataria Intercruises, que atiende a todo el grupo Royal Caribbean, explica que los barcos suelen pedir lo que necesitan cuando están en travesía. Eso deja un margen al consignatario para buscar los productos y hacer el papeleo. Agua, frutas, verduras, carne, pescado, aceite y especias forman parte del listado de peticiones habituales.

Concentración

La mayoría de los barcos que tienen a Málaga como puerto base se aprovisionan en otros puertos. Los motivos, como en todo, hay que buscarlos en la economía. Las dos grandes empresas que se dedican a aprovisionar barcos en Europa son una alemana y otra holandesa. Éstas buscan puertos cercanos a sus almacenes, situados en sus países de origen, para ahorrar costes de transporte. Por ejemplo, el Adventure of the Seas, que está saliendo semanalmente desde Málaga, se suele aprovisionar en Civitavecchia (Italia), lo que significa unos 1.500 kilómetros menos de recorrido en camión para los productos. Lo mismo ocurre con Barcelona y Lisboa, otros puertos más cercanos a estos almacenes que Málaga y, por tanto, preferidos para estas labores porque reducen los costes del transporte.

Esto condena a Málaga, por ahora, a atender aprovisionamientos puntuales o de algunas navieras concretas que tengan un margen de maniobra mayor.

Los barcos de lujo, en cambio, son un mercado completamente distinto. Antonio Moreno, de la consignataria Pérez y Cía, que opera fundamentalmente con navieras de alto nivel, apunta que estos buques suelen pedir productos de forma habitual: «Sus bodegas necesitan una gran variedad de productos, lo que impide que tengan mucha cantidad, porque el restaurante sirve a la carta y no con un menú cerrado, como en el resto. Por eso, si a la gente le da por un producto, tienen que aprovisionarse para disponer siempre de una reserva».

Miguel Ferrary, para la Opinión de Málaga