Médicos de Zafarraya denuncian su inseguridad por el asedio de ’ilegales’.
Una doctora presenta querella contra un inmigrante que intentó agredirla Salud acusa a la subdelegación del Gobierno de dejación de funciones.
Julio 2001.- El personal sanitario del consultorio médico de la localidad de Zafarraya ha comunicado a la delegación provincial de Salud la inseguridad que padecen a diario «por las repetidas situaciones de tensión que se viven con muchos inmigrantes que acuden al centro insultándonos, dando voces, pidiéndonos material o queriendo quedarse a dormir, entre otros», comunicó ayer un facultativo del centro sanitario que optó por no identificarse.
La ’chispa’ saltó la pasada madrugada del jueves cuando un individuo de origen magrebí -«ebrio»- solicitó asistencia médica para curar unas heridas ocasionadas por una caída. «Después de atenderle no quería marcharse y comenzó a dar voces», señala doctora Teresa Nieto. Un grupo de extranjeros que tomaba el fresco en la puerta del consultorio consiguió sacarle del recinto sanitario. Pero una hora más tarde volvió.
El suceso
Teresa Nieto y una enfermera, encargada de cubrir la guardia del servicio durante esa noche, advirtieron las continuas llamadas al timbre del consultorio sobre las tres de la madrugada. «Abrí la puerta y cuando vi quién era la cerré inmediatamente», señala la médico del consultorio.
La facultativa aprovechó el momento para avisar a la Guardia Civil. Mientras tanto, el individuo rompió un cristal e intentó agredirla. Antes de la llegada de la Benemérita, huyó, no sin antes dejar su marca sobre la piel de la doctora, quien fue atendida de las heridas provocadas por el cristal roto.
El delegado provincial de Salud, Francisco Cano, ha trasladado su inquietud, mediante una carta, al subdelegado del Gobierno, Alfonso Marín Sicilia. «La situación de inseguridad es una constante y nos preocupa mucho que la subdelegación no adopte ningún tipo de medida cuando es un asunto de su competencia».
La Guardia Civil envió dos avisos a Cano insinuándole, según el delegado, la contratación de guardas jurados para vigilar el consultorio. «¡Es inconcebible! -exclama-. Creo que hay una dejación de funciones por parte de la subdelegación y sabemos, según nos comunican, que por allí apenas se ven a las fuerzas de seguridad».
Con todo, Salud ha ordenado el inicio de una investigación para desenmascarar lo ocurrido la pasada madrugada del jueves.
SOS Racismo
Un portavoz de SOS Racismo- Granada se mostró ayer sorprendido por el suceso y pidió a las administraciones que utilicen los medios más apropiados para aliviar la situación de precariedad que padecen los más de mil inmigrantes que permanecen en el municipio de Zafarraya sin trabajo y sin papeles. «No se deben olvidar cuáles fueron los inicios de la crisis en El Ejido, muy similares a los de Zafarraya».
El alcalde de la localidad, Salvador Zamora, reconoció hace pocos días la «peligrosa saturación» del pueblo por la llegada masiva de «inmigrantes ilegales», a un municipio con infraestructura para 3.000 habitantes y donde llegan durante los meses de verano 2.500 extranjeros, la mayoría ’sin papeles’ y sin posibilidades de encontrar un puesto de trabajo. Un privilegio alcanzado sólo por el 35% de esta población extranjera.
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