Investigan la muerte de 15 buitres por envenenamiento en la sierra de Zafarraya



El Seprona de la Guardia Civil y la unidad antivenenos de Medio Ambiente buscan al autor del mayor atentado contra la fauna silvestre de los últimos diez años.

Aparecen muertos 15 buitres leonados e investigan quién los ha envenenado

 Quince buitres leonados han aparecido muertos por efecto del veneno en la Sierra de Zafarraya y tanto el Seprona de la Guardia Civil como la unidad antivenenos de la Consejería de Medio Ambiente investigan quién está detrás de este nuevo atentado contra la fauna silvestre de la provincia de Granada. «Es el mayor desastre registrado en los últimos diez años, ya que en 2011 envenenaron a dos quebrantahuesos en la Sierra de Castril, pero en la última década no han caído tantos animales en un solo acto», apunta Borja Nevot, jefe del servicio de gestión del Medio Natural en Granada.

 Un guardia forestal, encargado de la vigilancia de la Sierra de Zafarraya, fue quien dio la voz de alarma el pasado 28 de septiembre. Observó los comportamientos extraños de una camada de buitres leonados que cuando intentaban tomar el vuelo caían al suelo en picado. Cuando se acercó, comprobó que estaban muertos. Tras comunicar los hechos, los guardias civiles del Servicio de Protección de la Naturaleza -Seprona- y agentes de Medio Ambiente iniciaron las correspondientes pesquisas y trabajos sobre la zona, detectando la presencia de más cebos envenenados en las proximidades del lugar donde aparecieron muertos estos buitres. Tanto el Seprona como la unidad antivenenos de Medio Ambiente han desplazado a sus guías caninos a la zona en busca de pruebas. «Nosotros encontramos cebos envenenados al día siguiente de aparecer muertos los buitres. También hallamos el 5 de octubre un tejón muerto por el uso de venenos», denuncia Nevot.

Análisis forense

 Los cadáveres de los buitres leonados se encuentran en estos momentos en el centro de Análisis y Diagnóstico de la Fauna Silvestre de Málaga donde tratan de determinar cuál fue la causa exacta de la muerte de estos animales, aunque todo apunta a un envenenamiento con un cebo de carne de oveja.

 La mayor colonia de buitres leonados de Granada, una especie que no está en vías de extinción, se encuentra en la Sierra de Castril y se supone que los fallecidos podían proceder de esa zona o de otra colonia existente en la Sierra de Málaga, que queda más cerca de Zafarraya. «Son aves carroñeras que suelen efectuar largos recorridos, por eso no se descarta que puedan venir de Castril».

 El Seprona de la Guardia Civil no descarta recurrir a la prueba de ADN para tratar de identificar al autor de esta carnicería. Ya lo hicieron en el año 2012, de forma pionera en Europa, en colaboración con Medio Ambiente, para tratar de localizar al ganadero de Castril que había colocado cebos envenenados que acabaron con la vida de una pareja de quebrantahuesos. La técnica de investigación dio sus resultados y el Seprona logró identificar al ganadero que posteriormente fue juzgado y condenado.

 Las muestras del ADN de la carne usada como cebo permitió llegar a la ganadería a la que pertenecía, después de tomar muestras de sangre a 73 ovejas de ganaderías diferentes de la zona, permitiendo dar con el paradero del propietario de la misma que después se demostró fehacientemente que era él quien puso los cebos envenenados que finalmente mataron a esos quebrantahuesos. Tras aquel impecable trabajo del Seprona y Medio Ambiente, que abrió una nueva vía para buscar a los autores de envenenamientos de la fauna en el medio natural, no se descarta que ahora se pueda proceder de la misma forma. De momento ya hay muestras de ADN reservadas por si acaso deciden investigar la autoría de los hechos a través del ADN.

 Un juzgado de lo penal granadino condenó al ganadero detenido a indemnizar con la cantidad de 6.000 euros a la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, por un delito contra la flora y la fauna, y a una pena de seis meses y un día de multa con una cuota diaria de 6 euros. También fue inhabilitado para cazar o pescar por un periodo de 15 meses, así como a pagar las costas del proceso judicial. Otro ganadero de la Sierra de Castril fue condenado a 18 meses de cárcel el 8 de febrero de 2010, acusado de colocar cebos de carne con veneno que originaron la muerte de un quebrantahuesos en abril de 2008.

 El Seprona de la Guardia Civil y la Junta de Andalucía iniciaron un plan para combatir el uso de venenos en los entornos de los parques naturales el 1 de julio de 2011. «Las zonas 'calientes' por el uso del veneno las tenemos localizadas en Castril, Zafarraya y Loja», concluye Borja Nevot.
El autor del envenenamiento se enfrente a un delito contra la flora y la fauna, castigado con cárcel.

Origen.