Más de 70 personas vinculadas a La Resinera se reúnen 50 años después de su partida



Hacía un par de años que Teresa Miján, una de las hijas del que fuera escribiente de La Resinera, tenía en su cabeza la idea de reunir a todas aquellas personas que por unas razones u otras estuvieron vinculadas a La Resinera. Tras múltiples gestiones telefónicas y redes sociales, el pasado viernes consiguió materializarlo. Fue una jornada de agradable climatología, lo que permitió desarrollar el programa previsto consistente en un recorrido por los alrededores con visita al paraje de la Islilla, subida al Mirador y recorrido por las antiguas instalaciones de este complejo fabril.

Imagen superior: Grupo de participantes en el primer reencuentro de los resineros granadinos.



 Se dieron cita más de 70 personas pertenecientes a una docena de familias que en las décadas de los 50-70 residían en este poblado y desarrollaban su actividad laboral relacionada a la extracción de la resina. Desde primeras horas de la mañana se les fue recibiendo con mucha alegría y abrazos al tiempo que se les entregaba una pañoleta con la imagen de la Virgen del Henar, patrona de los Resineros. La familia del aserrador, la hija del fogonero, los 'Mijanes' al completo, los Pérez, a los que se fueron sumando otros a lo largo de la mañana no quisieron perderse esta oportunidad para el reencuentro.  Unos procedían de Barcelona, otros de Valencia, Albacete, Ávila, Cuenca, Madrid y distintas poblaciones granadinas  a donde les llevó la diáspora que se inició en los años 60 y que perduró hasta mediados de los 70.

 
Tras el pequeño paseo todos se concentraron en las antiguas escuelas y capilla, hoy Punto de Información, donde se llevó a cabo la proyección de un vídeo y fotos antiguas recopiladas en los últimos meses gracias a las aportaciones de particulares y que muchos contemplaban emocionados al verse siendo unos niños o adolescentes.  En tanto que Cenia, la del fogonero, nos confesaba que aún no ha superado la partida, José Moreno, rememoraba al detalle el proceso de extracción de la resina que comenzó a realizar a los 11 años y desarrolló hasta los 29.  “La primera pica, se hacía casi al ras del suelo. En el mes de marzo con el roñador se dejaba fina la corteza para que el hacha penetrara en la madera, después venía la clava consistente en colocar la latilla, con el mazo, luego se ponía el clavo y, por último, se colocaba el cacharro que una vez lleno eran vaciados por los ‘remasaores’ en los cántaros con la ayuda de una paleta”, explica quien después ingresaría en la guardia civil.



 Por su parte, Antonio Rodríguez, recordaba cuando en la calle del Río había once casas, en una de las cuales vivía con sus cinco hijos. “Ahora da pena venir pues apenas queda nada donde había hasta mil tíos trabajando en el verano”, indica este obrero de fábrica donde participaba en la extracción de la colofonia.


 Posteriormente todos se irían a compartir el almuerzo al cercano complejo rural de ‘El Molinillo’, uno de cuyos propietarios pertenece a la familia Miján. “La gente ha respondido muy bien, por eso ahora que los he encontrado a todos es muy posible que volvamos a repetir esta experiencia”, concluye Teresa y reclaman bastantes de los que participaron en este emotivo reencuentro.



Reencuentro de los resineros granadinos

(Se recomienda encender los altavoces, dar al play y poner en pantalla completa)



Oir audio de la entrevista: 



Ver vídeo recopilatorio de imágenes aportadas por las familias de los resineros: