A esta promoción pertenecen Antonio Guerrero y Fernanda Molina, de Alhama, así como al menos otros tres de ellos que han impartido clases en nuestra Comarca: José Luis Maldonado y su mujer Cloti, en Fornes, y Eladio Fernández Gijón, en Játar.
A lo largo de los seis meses que duró la preparación de nuestro primer encuentro, ocurrieron dos cosas dignas de destacar; una de ellas, el nacimiento de nuestro primer nieto - Nacho - el día 7 de junio, porque a partir de esa fecha tuve que compartir el tiempo entre Vera Costa y Granada - nuestra hija y nieto nos necesitaban a su lado -, con lo cual, las reuniones periódicas que teníamos el grupo organizador iban a sufrir alteraciones. A partir de esa fecha, tuvimos que usar más el teléfono e internet de lo que veníamos haciéndolo. La otra, el encuentro con varios compañeros, que llevábamos muchos años sin vernos en un chiringuito de Salobreña, para tomar unas cervezas con pescado de la zona. Este encuentro significó algo más, que tomar unas cervezas con coetáneos de hace 45 años. A partir de ese día hay un antes y un después, porque tuve mis dudas, cuando vi en el extracto bancario, que a día 14 de julio sólo habían ingresado en la cuenta catorce personas; sé que era época de vacaciones - como me decía Antonio Luis,- pero quería comprobar sí, de aquel ambiente de compañerismo y amistad que hubo entre nosotros durante los tres inolvidables años de estudio en la Escuela Normal - como muy bien narra en su escrito nuestro amigo Francisco García Espínola-, quedaban chispas suficientes, para encender el deseo de encontrarnos después de tantos años. Algunos no nos habíamos visto desde el verano del 1968.
Me pregunté con frecuencia: ¿Cuál será nuestra reacción al encontrarnos?, ¿quedará algo de aquel pasado - compañerismo, amistad, entusiasmo por vernos…?, porque yo sí la tengo -, ¿Se habrán enfriado las compañeras y compañeros con los que hemos contactado hasta ahora?, ¿Merecerá la pena seguir adelante con lo que emprendimos a primeros de abril?, no sea, que nuestras perspectivas superen a la realidad. Esta idea que merodeaba en mi cabeza la compartí con varios miembros del grupo organizador, ¿qué os parece si nos tomamos unas cervezas en la playa, con algunos compañeros de los que tenemos ya sus datos? La respuesta fue, un “de acuerdo y con gusto“:
Me pregunté con frecuencia: ¿Cuál será nuestra reacción al encontrarnos?, ¿quedará algo de aquel pasado - compañerismo, amistad, entusiasmo por vernos…?, porque yo sí la tengo -, ¿Se habrán enfriado las compañeras y compañeros con los que hemos contactado hasta ahora?, ¿Merecerá la pena seguir adelante con lo que emprendimos a primeros de abril?, no sea, que nuestras perspectivas superen a la realidad. Esta idea que merodeaba en mi cabeza la compartí con varios miembros del grupo organizador, ¿qué os parece si nos tomamos unas cervezas en la playa, con algunos compañeros de los que tenemos ya sus datos? La respuesta fue, un “de acuerdo y con gusto“:
MANOS A LA OBRA
Antonio Luis, Antonio Serrano, Bernardo, Paco y un servidor nos pusimos manos a la obra; llamamos a cuatro compañeros y estos a su vez a otros más de los que veraneaban por la costa granadina y quedamos para encontrarnos el día 25 de Julio. El encargado de buscar bar y reservar mesa fue Paco López que vive en Salobreña; bastaron sólo cuatro días, para juntar a 14 compañeros que acudieron a la cita: Joaquín y su esposa Mª Ángeles, José Gabriel, Francisco, Antonio Lorenzo , Andrés, Hipólito, Paco Tello y nosotros cinco. Fue un gran día para recordar; cuando se acercaba la hora - dos de la tarde -, los móviles empezaron a sonar y a través de ellos nos pudimos situar: ¿dónde estáis?, ¿Cómo se llama el bar?, ¿hay aparcamiento cerca? estoy ahí en unos momentos…, Fuimos puntuales en llegar al bar del encuentro; las escenas que vivimos eran muy gratificantes, algunos al saludarnos tuvimos dudas para asociar nombre y físico. El ambiente se llenó pronto de profundos sentimientos, que culminaban con fuertes abrazos, daba la impresión de que hacía poco años que dejamos la Normal, los recuerdos de nuestra juventud eran comunes; más de uno con las lágrimas saltadas, estábamos emocionados, sentimos una alegría profunda que recorrió nuestras venas poniéndonos la piel de gallina.
Aquellos momentos del encuentro sorprendieron a propios y a extraños que, asombrados, miraban las efusivas muestras de amistad y cariño que había entre nosotros, sin alcanzar a comprender el significado y las vivencias de aquellos momentos tan entrañables que sentimos. A partir de este encuentro se disiparon las dudas que días atrás deambulaban por mi cabeza, el comentario general era el de haber pasado un día entrañable, con un regusto que supo a poco; había que repetir días como este con más frecuencia, por lo que acordamos continuar con el encuentro poniendo de nuestra parte todo lo que estuviera en nuestras manos y así conseguir que el 5 de octubre fuese un día inolvidable para todos los Maestros y Maestras de la Promoción 1965-1968 que asistamos al evento para celebrar. ¡¡¡La fiesta de nuestro encuentro!!!.
Aquellos momentos del encuentro sorprendieron a propios y a extraños que, asombrados, miraban las efusivas muestras de amistad y cariño que había entre nosotros, sin alcanzar a comprender el significado y las vivencias de aquellos momentos tan entrañables que sentimos. A partir de este encuentro se disiparon las dudas que días atrás deambulaban por mi cabeza, el comentario general era el de haber pasado un día entrañable, con un regusto que supo a poco; había que repetir días como este con más frecuencia, por lo que acordamos continuar con el encuentro poniendo de nuestra parte todo lo que estuviera en nuestras manos y así conseguir que el 5 de octubre fuese un día inolvidable para todos los Maestros y Maestras de la Promoción 1965-1968 que asistamos al evento para celebrar. ¡¡¡La fiesta de nuestro encuentro!!!.
SEMANA PREVIA AL EVENTO
Aquella fecha del 5 de octubre, tan lejana en un principio, se acercaba a pasos agigantados; tan rápidos, que empezaron a aparecer los nervios, nervios porque faltaban muchos cabos por atar, llamadas por doquier, correos y contestaciones a toda pastilla. El martes, día 24, fuimos Paco y yo a llevarle a Antonio Arenas las fundas de plástico y los 150 CD´s que había comprado para grabar en ellos el material que habíamos recopilado; lo dejamos todo en su despacho y le ofrecimos nuestra ayuda, ya que una vez grabados, había que recortar y doblar las carátulas - carátulas que con tanto esmero diseñó nuestro compañero de equipo Bernardo con la colaboración fundamental de A. Arenas, que en todo momento resolvía las dudas que se nos presentaban. Muy serenamente me dijo: "Antonio tranquilízate y descansa junto a tu familia, que verás como todo está preparado para el día 5", pero mis nervios no me dejaban.
La semana previa al encuentro teníamos que estar en Vera Costa, para ayudar a Nacho y sus padres. Por ese motivo el viernes de la semana anterior, el equipo organizador nos reunimos en el Hotel, para hacer la programación y horario del día de nuestra fiesta que, una vez confeccionado, nos encargamos Visi y un servidor de enviárselo a todos los compañeros que tienen correo, para que tuvieran información de cómo iba a ser “el gran día”. Nada más llegar a casa de mi hija, tras los saludos de rigor y abrazar un ratito a mi nieto, me apoderé del portátil y ya no lo dejé hasta que regresé a Granada, junto a el coloqué las listas, mi bloc de notas, el teléfono de su casa y mi móvil, eran las cosas necesarias e imprescindibles, para estar comunicado con todos.
Al abrir el correo, entre los recibidos, había uno de Victoria (la jefe de ventas del Hotel Vincci, encargada de nuestro grupo), en el cual me pedía, que le enviara la programación de nuestro día, para ver a que hora queríamos la comida. Le escribí unas letras, dándole las gracias por la acogida y el buen trato que en todo momento nos había dispensado, adjuntándole la programación que habíamos previsto. Apagué el ordenador, porque Nacho, que es el anfitrión se puso muy gruñón, se acercaba la hora de su cena y antes le dan un baño, que lo relaja mucho y yo quería verlo, efectivamente una vez sequito le dieron su biberón y en agradecimiento, al terminar, nos echó unas sonrisitas y chilladillos hasta que le entró sueño, estaba para comérselo, como decimos los abuelos, y más los que somos abuelos primerizos. Cuando se acostaron todos me quedé hasta altas horas de la madrugada escribiendo el protocolo del día D, cada miembro del grupo teníamos adjudicada alguna tarea, la distribución de los quehaceres, me ocupó bastante tiempo y antes de acostarme se la remití a todos, para que lo revisaran y dieran su opinión del mismo, porque quedaban días suficientes para rectificar cualquier equívoco que encontráramos.
La semana previa al encuentro teníamos que estar en Vera Costa, para ayudar a Nacho y sus padres. Por ese motivo el viernes de la semana anterior, el equipo organizador nos reunimos en el Hotel, para hacer la programación y horario del día de nuestra fiesta que, una vez confeccionado, nos encargamos Visi y un servidor de enviárselo a todos los compañeros que tienen correo, para que tuvieran información de cómo iba a ser “el gran día”. Nada más llegar a casa de mi hija, tras los saludos de rigor y abrazar un ratito a mi nieto, me apoderé del portátil y ya no lo dejé hasta que regresé a Granada, junto a el coloqué las listas, mi bloc de notas, el teléfono de su casa y mi móvil, eran las cosas necesarias e imprescindibles, para estar comunicado con todos.
Al abrir el correo, entre los recibidos, había uno de Victoria (la jefe de ventas del Hotel Vincci, encargada de nuestro grupo), en el cual me pedía, que le enviara la programación de nuestro día, para ver a que hora queríamos la comida. Le escribí unas letras, dándole las gracias por la acogida y el buen trato que en todo momento nos había dispensado, adjuntándole la programación que habíamos previsto. Apagué el ordenador, porque Nacho, que es el anfitrión se puso muy gruñón, se acercaba la hora de su cena y antes le dan un baño, que lo relaja mucho y yo quería verlo, efectivamente una vez sequito le dieron su biberón y en agradecimiento, al terminar, nos echó unas sonrisitas y chilladillos hasta que le entró sueño, estaba para comérselo, como decimos los abuelos, y más los que somos abuelos primerizos. Cuando se acostaron todos me quedé hasta altas horas de la madrugada escribiendo el protocolo del día D, cada miembro del grupo teníamos adjudicada alguna tarea, la distribución de los quehaceres, me ocupó bastante tiempo y antes de acostarme se la remití a todos, para que lo revisaran y dieran su opinión del mismo, porque quedaban días suficientes para rectificar cualquier equívoco que encontráramos.
LLAMADAS POR DOQUIER
En estos últimos días se produjo un gran intercambio de llamadas y correos entre todo el grupo de organizadores. Visi escribía correos con mucha frecuencia; en uno de ellos me decía: hay tres compañeras que se han enterado y quieren venir, dos de las que tenemos en la lista de espera están dudosas, una de la lista general mixta que ha pagado, a pesar de su interés no podrá venir, por problemas de salud familiares, ¿que hago?.
Visi merece un capítulo aparte; su celo en controlar a las “niñas“, su empeño y persistencia en que estuvieran informadas de todo al instante, sus correos y llamadas…, han hecho que el encuentro sea un gran éxito. Con bastante frecuencia hablábamos por teléfono y contestaba a sus correos nada más abrirlos, teníamos que ser tolerantes y admitir a las compañeras que se querían incorporar a última hora, con la condición de que hicieran su ingreso en el banco antes del día dos, que lo dejaran para hacerlo a su llegada al Hotel, ya que había que respetar la contabilidad que llevaba perfectamente Antonio Serrano.
En estos últimos días, era necesario saber el número de personas que habían hecho sus ingresos, y las compañeras que dieron a Visi su conformidad de asistencia iban a pagar a su llegada para no demorar la información de cuantos éramos, ya que en función de los asistentes, ocuparíamos uno o los dos salones. Por la mañana del día 26 cuando Victoria abrió el correo y vio la programación que le envié esa madrugada, me llamó, para decirme, que pasara por el Hotel lo antes posible, que tenía que hablar conmigo; le contesté que de momento no podía, estaba en Vera Costa en la casa de mi hija y tardaría unos días en volver a Granada…
Visi merece un capítulo aparte; su celo en controlar a las “niñas“, su empeño y persistencia en que estuvieran informadas de todo al instante, sus correos y llamadas…, han hecho que el encuentro sea un gran éxito. Con bastante frecuencia hablábamos por teléfono y contestaba a sus correos nada más abrirlos, teníamos que ser tolerantes y admitir a las compañeras que se querían incorporar a última hora, con la condición de que hicieran su ingreso en el banco antes del día dos, que lo dejaran para hacerlo a su llegada al Hotel, ya que había que respetar la contabilidad que llevaba perfectamente Antonio Serrano.
En estos últimos días, era necesario saber el número de personas que habían hecho sus ingresos, y las compañeras que dieron a Visi su conformidad de asistencia iban a pagar a su llegada para no demorar la información de cuantos éramos, ya que en función de los asistentes, ocuparíamos uno o los dos salones. Por la mañana del día 26 cuando Victoria abrió el correo y vio la programación que le envié esa madrugada, me llamó, para decirme, que pasara por el Hotel lo antes posible, que tenía que hablar conmigo; le contesté que de momento no podía, estaba en Vera Costa en la casa de mi hija y tardaría unos días en volver a Granada…
- Bueno, te comento: he pensado abrir los dos salones, para que estéis más cómodos ocupando la parte central de ambos.
Me pareció estupendo, pero había un inconveniente, que era, tener una buena visión, desde cualquier ángulo del comedor de la pantalla donde se iba a proyectar el video, que con tanto esmero y delicadeza Bernardo había montado, para verlo después de la comida, y los que estemos al final vamos a tener muchas dificultades
- Bueno cuando te pases por aquí lo vemos, lo principal es que los asistentes estéis cómodos
- De acuerdo - quedamos en vernos a primeros de octubre.
Los nervios se iban acumulando y por si faltaba poco, se me ocurre hablar con varios compañeros del grupo organizador, para recordar las cosas pendientes y tomar nota, porque ya no están las cabezas como para dejarlo todo a la memoria, en la conversaciones telefónicas surgen las preguntas:
- ¿Qué sabes de los llaveros?
- No se nada, ahora llamaré por teléfono.
- ¿Tienes anotadas las flores para las profesoras?
- Sí
-¿El regalo para D. Saturio?
- No
- ¿La placa para A. Arenas?
- No…,
- Tranquilos.
Paradojas de la vida yo pidiendo a los demás tranquilidad. Tomo nota de todo lo que falta aún. Andaba preocupado pensando en voz alta, que eran muchas las cosas por hacer y dudaba, que pudieran estar todas a punto para el día del evento, si regresaba a Granada el día dos, porque cada uno de los miembros del grupo estaba ultimando sus tareas y no podía encargarles más cosas. Mi mujer, al verme tan preocupado me dijo:
- Vete mañana a Granada y haz todo lo que puedas, pero no vengas a por mi el miércoles, yo me iré en el autobús y cuando esté cerca te llamaré, para que vayas a recogerme a la estación.
Salí el viernes día 27 por la mañana temprano, para que me diera tiempo a hacer algunas cosas antes del medio día. Cuando llegué a Granada lo primero que hice, fue encargar las flores, para que el día 5 las llevaran al Hotel por la mañana , al poco rato estaba en la tienda viendo placas, reservé una que me pareció muy bonita y quedé en mandar por email el texto, porque con aquellas prisas no estaba yo para redactar. Antes de que se hiciera tarde, pasé por el banco, para que me dieran un extracto con los ingresos de los últimos días, ya que por las noches hablaba casi todos los días con Antonio Serrano y Visi, que llevaban un control exhaustivo de los ingresos de “los niños” y “las niñas” -.
Cuando hablábamos entre nosotros, usábamos con frecuencia el mismo vocabulario de cuando éramos estudiantes de la Escuela Normal - aunque ahora la mayoría estamos jubilados -, ya que preparar este encuentro nos ha hecho sentirnos tan jóvenes como en aquellos inolvidables años -, por la tarde llamada a A. Arenas, para ponernos de acuerdo, porque había que ir un día a probar los equipos de megafonía; quedamos en vernos con el Sr. de mantenimiento del Hotel el día 4 viernes a las 5 de la tarde.
- Vete mañana a Granada y haz todo lo que puedas, pero no vengas a por mi el miércoles, yo me iré en el autobús y cuando esté cerca te llamaré, para que vayas a recogerme a la estación.
Salí el viernes día 27 por la mañana temprano, para que me diera tiempo a hacer algunas cosas antes del medio día. Cuando llegué a Granada lo primero que hice, fue encargar las flores, para que el día 5 las llevaran al Hotel por la mañana , al poco rato estaba en la tienda viendo placas, reservé una que me pareció muy bonita y quedé en mandar por email el texto, porque con aquellas prisas no estaba yo para redactar. Antes de que se hiciera tarde, pasé por el banco, para que me dieran un extracto con los ingresos de los últimos días, ya que por las noches hablaba casi todos los días con Antonio Serrano y Visi, que llevaban un control exhaustivo de los ingresos de “los niños” y “las niñas” -.
Cuando hablábamos entre nosotros, usábamos con frecuencia el mismo vocabulario de cuando éramos estudiantes de la Escuela Normal - aunque ahora la mayoría estamos jubilados -, ya que preparar este encuentro nos ha hecho sentirnos tan jóvenes como en aquellos inolvidables años -, por la tarde llamada a A. Arenas, para ponernos de acuerdo, porque había que ir un día a probar los equipos de megafonía; quedamos en vernos con el Sr. de mantenimiento del Hotel el día 4 viernes a las 5 de la tarde.
LLAMADAS Y CORREOS
Durante el fin de semana no paré de darle vueltas a la cabeza, como estaba solo en casa pasaba el tiempo con los teléfonos y las tareas burocráticas, que ocupaban la mayor parte del día además de tomar notas, tratando de que no se olvidaran cosas, que nos hicieran andar agobiados hasta el último instante; aproveché el tiempo en revisar listas, hacer llamadas, enviar correos que debía contestar… Una de las llamadas fue a Antonio Serrano, después de saludarnos, le pregunté si podíamos ir el lunes por la mañana con su portátil al Hotel para comprobar el cañón, la pantalla y los equipos de sonido, tan amablemente como siempre, me dijo que si, quedamos en vernos a media mañana y si todo funcionaba bien, anularíamos la cita que teníamos con el mismo encargado de mantenimiento, para el viernes por la tarde y así dejaríamos más tranquilo a A Arenas, que precisamente esa semana iba a estar bastante ocupado, con las pruebas de acceso a los cursos de Inglés para Profesores en el CEP.
LOS ÚLTIMOS DÍAS
El lunes, como acordamos, nos vimos en el Hotel; nos esperaba el encargado de mantenimiento; Victoria le había dejado dicho que nos atendiera lo mejor posible, para que todo estuviera bien el sábado - porque ella no iba a estar, era su día de descanso -, subimos con él al salón y nos enseñó la mesa que había preparado para poner el portátil, Antonio preparó todo para cuando él bajara la pantalla y pusiera en funcionamiento el cañón, mientras tanto estuve observando desde diferentes ángulos, si se veía bien la pantalla. Pasamos a probar la imagen y el sonido con una película que estaba a punto, sólo faltaba darle al play, la prueba demostró, que todo estaba en perfecto estado de funcionamiento, y el micrófono inalámbrico era convertible, con lo cual estaba todo a punto, para que no tuviéramos problemas de última hora. Advertí, que la situación de algunas mesas no tenían buena visión, nos dijo, que habían decidido situar las mesas en la parte central de los dos salones, y para que desde todos los sitios podamos ver bien la proyección que tenemos prevista, nos montaría dos pantallas y dos cañones situándolos en los extremos. Mientras estábamos diseñando un croquis con la distribución de las mesas, llegó el Director del Hotel que, muy amablemente y con su experiencia, nos asesoró para que el sábado estuviera todo a punto. Al filo de las dos de la tarde nos despedimos hasta el miércoles al atardecer que habíamos quedado con Antonio Luis. Por la tarde llamé a A. Arenas para decirle que por la mañana estuvimos probando el sonido, la pantalla y el cañón, y que todo estaba bien, porque él tenía previsto, que si había algún problema, solicitar al CEP un préstamo de micrófono o cañón…, lo que haga falta, para que no hubiera problemas ese día, cosa que le agradecí en nombre de todos, por el interés que tiene siempre, en que nuestro encuentro salga lo mejor posible. Por la noche estuve hablando con Bernardo, se encontraba nervioso, porque aún no había recibido las carpetas de A. Arenas, donde iba todo el material recopilado, para hacer el montaje fotográfico musical, que se va a proyectar después de la comida y las carátulas para los CD´s, y yo que también lo estaba, traté de calmarlo, ya que el retraso se debía a la cantidad de trabajo que tenía Antonio que, a pesar de todo, en ningún momento dejó de estar pendiente de lo nuestro. Antes de acostarme estuve viendo los correos y contestando a los de Visi que eran los más urgentes, además de escribirle la llamé por teléfono, para decirle, que el martes debía se el último día de ingresos por transferencia, porque el miércoles a las dos de la tarde, íbamos a coger el extracto bancario, para hacer las cuentas por la tarde, y las tres compañeras que se incorporaron al encuentro en los últimos días, que pagaran a A. Serrano al retirar sus credenciales.
El martes por la mañana me llamó Paco porque quería saber cuando teníamos que ir al CEP, para recortar y doblar las carátulas de los CD, pero yo no sabía nada, quedé en llamarlo en cuanto me avisaran e hiciera falta nuestra ayuda; más tarde, cuando encendí el ordenador, en la carpeta de entrada vi dos correos de A. Arenas escritos al comenzar el día, que adjunto al relato de “nuestro primer encuentro“, para que os hagáis una idea de la movida que traíamos en estos últimos días.
Antonio: - Al fin he encontrado un rato para medio ordenar las fotos facilitadas que al haber venido por distintas vías algunas las tenía por triplicado. Pero bueno,... ya se las he enviado a Bernardo por Google Drive para que pueda ir dando forma a la película. Se me han ocurrido tres bloques (Nosotros, Vosotras y nuestras cosillas) y en el interior las de los maestros y maestras tiene una estructura similar:
El martes por la mañana me llamó Paco porque quería saber cuando teníamos que ir al CEP, para recortar y doblar las carátulas de los CD, pero yo no sabía nada, quedé en llamarlo en cuanto me avisaran e hiciera falta nuestra ayuda; más tarde, cuando encendí el ordenador, en la carpeta de entrada vi dos correos de A. Arenas escritos al comenzar el día, que adjunto al relato de “nuestro primer encuentro“, para que os hagáis una idea de la movida que traíamos en estos últimos días.
Antonio: - Al fin he encontrado un rato para medio ordenar las fotos facilitadas que al haber venido por distintas vías algunas las tenía por triplicado. Pero bueno,... ya se las he enviado a Bernardo por Google Drive para que pueda ir dando forma a la película. Se me han ocurrido tres bloques (Nosotros, Vosotras y nuestras cosillas) y en el interior las de los maestros y maestras tiene una estructura similar:
1. En la Normal,
2. De campamento
3. Salidas
4. Viajes de Estudios y
5. Otras. En el caso de las maestras las subcapertas son iguales únicamente se ha sustituido la subcarpeta 2 por Gimnasia y campamento de verano. En el última van los objetos: manuales de texto, manualidades y otros cosas. Aquí se podría incluir a modo de epílogo las fotillos de todos los participantes, las mismas que ha preparado para la tarjeta identificativa. Todo esto se lo he dicho a Bernardo que supongo podrá incorporar alguna foto más. Cuando le dé un repaso comenzaré las copias. Si cuando tenga las 150 copias veo que necesito ayuda os lo digo.
Estamos en contacto. Saludos. A. Arenas. No os imagináis la tranquilidad que me dio este correo de Antonio e inmediatamente llamé a Bernardo, que me confirmó que él también había recibido el correo y estaba preparando todo el material, para empezar con el montaje fotográfico musical, sabiendo como yo estaba, me dice: aunque con un día de retraso no te preocupes, vamos bien de tiempo, bueno pues si el que tiene que hacer el trabajo lo dice, hay que tranquilizarse.
En el segundo correo venía un modelo de nota de prensa con las 6 W - por las iniciales de los pronombres relativos en inglés -, para el resto de los medios de comunicación que hay en Granada, nota que redactamos conjuntamente con Antonio Luis - “por si éramos pocos parió la abuela” -, pero siempre tratamos de realizar las indicaciones que nos sugería A. Arenas, por su experiencia como experto en comunicación.
El miércoles día 2 por la mañana fuimos al banco para pagar por transferencia la factura de los llaveros, pues hasta que no tuvieran la notificación del ingreso no harían el envío y ya se acercaba la fecha deseada, eso si, me aseguraron que llegarían a tiempo. A medio día pasé por el banco de nuevo, para recoger un extracto completo de los ingresos, porque a partir de hoy no habría más. Por la noche después de cenar encendí el ordenador, como de costumbre y al abrir la carpeta de entrada vi un correo de Visi con el siguiente mensaje:
"QUÉ TRANQUILIDAD DE DÍA!. Después de tanto tiempo, es el único día que respiramos mejor, aunque estoy segura que los últimos preparativos siguen. ¡QUE DESCANSÉIS! .Buenas noches. Visi."
LLEGAN LOS LLAVEROS
El jueves por la mañana recibí una buena noticia por teléfono, me llamaron para entregarme los llaveros; cuando los recibí, comprobé que el envío estaba correcto y respiré tranquilo, porque íbamos a tener un pequeño recordatorio de nuestro primer encuentro -pequeño pero muy significativo, porque en el llavero se recogieron casi todas las cosas que tuvimos en común hace años-.
Por la tarde nos reunimos: Antonio Serrano, Antonio Luis y yo para ajustar las cuentas, porque el viernes había que sacar el dinero antes de que cerrara el banco, y así poder pagar la comida del sábado. Al terminar la reunión volví pronto a casa, ya que había quedado con Bernardo para después de cenar, porque teníamos que comprobar sí estaban correctos todos los datos de las tarjetas identificativas o se había quedaba alguna sin hacer, empezamos a comprobar por orden alfabético de la lista general mixta, que confeccionamos para el evento, os puedo asegurar que cuando terminamos la comprobación, sólo había unas cuantas tarjetas incompletas, porque algunos no encontraron ninguna foto de la época. Ya de madrugada terminamos la comprobación y acordamos, que para facilitar la entrega, se metieran las tarjetas en sobres por orden alfabético y en cantidades más o menos iguales.
La mañana del viernes me llamó A. Arenas, para decirme: todo está preparado puedes estar tranquilo, no podía creer, que él sólo, grabara los 150 CD´s, recortado las carátulas y las enfundara, porque los compañeros esperábamos su llamada, para ayudarle en los preparativos, pero al final no le hizo falta nuestra ayuda, le di las gracias en nombre de todos y nos despedimos hasta el sábado en el Hotel.
A media mañana había quedado con A. Luis, teníamos que ir al banco y sacar el dinero como quedamos el día anterior, A. Serrano me llamó temprano, para decirme que no podía venir con nosotros, pero que ya había estado en el banco firmando los documentos necesarios para que pudiéramos sacar el dinero sin problemas. Durante el resto de la mañana nos llamamos por teléfono unos a otros, Consuelo estaba en sus tareas familiares, con eso tenía más que suficiente para estar ocupada, Visi me advirtió, “esta tarde no estoy para nadie, tengo peluquería“, así quedamos todos de acuerdo en vernos mañana a las 12 en el Hotel. Al mediodía me llevé una gran sorpresa, cuando terminábamos de comer, se presentó en mi casa por primera vez en su vida nuestro nieto Nacho - tres días antes de cumplir cuatro meses - con sus papás. En casa lo sabían todos menos yo, querían darme una sorpresa y a fe que lo consiguieron, lo cogí en brazos y le enseñé la casa: en primer lugar la salita donde estaba todo lo concerniente a la preparación del encuentro, con el ordenador, un montón de papeles y listas sobre la mesa, luego la habitación de su mamá, donde iba a dormir él, a continuación la de los abuelos y ya no me dejó continuar, empezó a refunfuñar posiblemente por el cansancio del viaje o simplemente me extrañó, al sentirlo vino la abuela, que estaba deseando cogerlo, lo tomó en sus brazos y con una canción de las suyas en unos segundos le hizo reír - las abuelas y las madres sois únicas para entender a los bebés -, esta visita tan inesperada como deseada, me hizo pasar una tarde muy agradable, tranquila y sin nervios.
Mediada la tarde Paco me llamó hecho un manojo de nervios y me dice: estoy que me subo por las paredes, no se que me pasa, nunca me he sentido así…, Paco yo estoy un poco menos nervioso, porque ha venido nuestro nieto cos sus padres y al estar pendiente de él, me he olvidado un poco de lo de mañana, piensa que hemos estado muy estresados durante los últimos días con los preparativos, y de pronto estamos en la víspera del deseado 5 de Octubre. Empezando la noche recibí una llamada de Bernardo, “.
- Hola Antonio, ya estoy en Atarfe, ¿quieres venir con tu mujer a tomar una cerveza con nosotros?”, te lo agradezco, estamos dando un paseo con nuestro nieto y la familia, gracias Bernardo. Un poco más tarde me llama Consuelo.
- “Oye Antonio - ¿por qué no le compramos algo a Bernardo que tantas cosas ha hecho, para que el encuentro salga lo mejor posible?” Me quedé pensativo y sin saber que hacer a esas horas de la noche. Por la mañana mi hijo salió a primeras horas y consiguió un regalo para nuestro querido compañero. La noche, hasta que nos acostamos, transcurrió con normalidad y con la alegría de tener a Nacho en nuestra casa.
LA GRAN ECLOSIÓN
Amaneció el día 5 de octubre con cielo despejado, claro y sol de verano, como queriendo acompañar en su grandeza al gran acontecimiento que nos esperaba. Desde temprano: desayuno, cuarto de baño y vestuario, lo que se suele hacer cualquier día normal, pero hoy era para nosotros algo tan especial…, os puedo asegurar, que estuve tan nervioso como cuando llevé a mi hija - la mamá de Nacho - al altar. Antes de salir para encontrarnos - en el Hotel Vincci con los Maestros y Maestras de la Escuela Normal, Promoción 1965-1968 -, nuestros hijos nos hicieron unas fotos de recuerdo, según ellos, mi esposa y yo íbamos muy elegantes y guapos - las cosas de los hijos -, pero este piropo tan cariñoso nos hizo salir hacia el encuentro, con la moral y autoestima elevada, los nervios templados y deseando ver a los “compas” y amigos de “Aquellos Inolvidables Años“.
A medio día, como estaba previsto, fuimos llegando para recoger las credenciales; parece que todos nos hubiéramos puesto de acuerdo, porque en muy poco tiempo la sala del hotel parecía un hervidero de personas, que anhelantes buscábamos con la mirada a quien abrazar, apenas daba tiempo para recoger las tarjetas identificativas, que nos iban a permitir recordar nuestros nombres sin tener que preguntar. Para este día tan especial, se había preparado un protocolo, pero era tantos los sentimientos y deseos de vernos, que se obvió, dejando que los acontecimientos se sucedieran, como se suceden los impulsos del corazón cuando derraman por las venas cariño y amor fraterno. Las escenas eran comprensibles, bastaba ver nuestro semblante, para darse cuenta de lo que allí estaba ocurriendo: había miradas de asombro, alegría, ilusión, admiración, interrogación…, ¡los años no pasan en balde!, satisfacción, una gran alegría corría por nuestro cuerpo, nos dimos abrazos prolongados, las emociones hicieron que alguna lágrima surcara nuestras mejillas, recuerdos imborrables acudieron a nuestra mente al reencontrarnos después de tantos años.
Tras estos intensos momentos nos fuimos acercando a la puerta de entrada del Hotel, teníamos previsto hacernos unas fotos del grupo en las escalinatas, como recordatorio del evento; en esos momentos pasaron a formar parte del grupo los tres profesores que nos acompañaron durante la fiesta de nuestro encuentro. Por más que pusimos de nuestra parte, fue imposible que estuviéramos todos durante la sesión de fotografías, unos porque no se enteraron con el murmullo, que íbamos a la puerta., para testimoniar en unas fotos el encuentro tan deseado, otros, porque que fue imposible que los objetivos de las cámaras captaran sus imágenes, pero todos dimos por bien empleado lo que iba aconteciendo, lo importante era estar allí - recordar en este momento a los compañeros y compañeras, que por causas ajenas a su voluntad, a pesar de sus deseos de estar entre nosotros este día tan entrañable, no pudieron asistir -, que más daba salir o no en la foto de grupo, si mientras aquello ocurría, se había estado hablando con el amigo o amiga, que durante tiempo se echó de menos. Poco a poco fuimos subiendo la primera planta, para tomar unos refrescos y seguir con los saludos, porque durante el tiempo que estuvimos en la entrada apenas pudimos vernos todos.
Entramos al comedor nos sentamos según los deseos de cada uno, sólo había dos mesas próximas que se habían reservado para los profesores, A. Arenas y el grupo organizador, para estar cerca debido a la distribución de actos que había previstos, aunque no se consiguió del todo, lo bueno es que nadie se molestó y todos estuvimos perfectamente acomodados.
A medio día, como estaba previsto, fuimos llegando para recoger las credenciales; parece que todos nos hubiéramos puesto de acuerdo, porque en muy poco tiempo la sala del hotel parecía un hervidero de personas, que anhelantes buscábamos con la mirada a quien abrazar, apenas daba tiempo para recoger las tarjetas identificativas, que nos iban a permitir recordar nuestros nombres sin tener que preguntar. Para este día tan especial, se había preparado un protocolo, pero era tantos los sentimientos y deseos de vernos, que se obvió, dejando que los acontecimientos se sucedieran, como se suceden los impulsos del corazón cuando derraman por las venas cariño y amor fraterno. Las escenas eran comprensibles, bastaba ver nuestro semblante, para darse cuenta de lo que allí estaba ocurriendo: había miradas de asombro, alegría, ilusión, admiración, interrogación…, ¡los años no pasan en balde!, satisfacción, una gran alegría corría por nuestro cuerpo, nos dimos abrazos prolongados, las emociones hicieron que alguna lágrima surcara nuestras mejillas, recuerdos imborrables acudieron a nuestra mente al reencontrarnos después de tantos años.
Tras estos intensos momentos nos fuimos acercando a la puerta de entrada del Hotel, teníamos previsto hacernos unas fotos del grupo en las escalinatas, como recordatorio del evento; en esos momentos pasaron a formar parte del grupo los tres profesores que nos acompañaron durante la fiesta de nuestro encuentro. Por más que pusimos de nuestra parte, fue imposible que estuviéramos todos durante la sesión de fotografías, unos porque no se enteraron con el murmullo, que íbamos a la puerta., para testimoniar en unas fotos el encuentro tan deseado, otros, porque que fue imposible que los objetivos de las cámaras captaran sus imágenes, pero todos dimos por bien empleado lo que iba aconteciendo, lo importante era estar allí - recordar en este momento a los compañeros y compañeras, que por causas ajenas a su voluntad, a pesar de sus deseos de estar entre nosotros este día tan entrañable, no pudieron asistir -, que más daba salir o no en la foto de grupo, si mientras aquello ocurría, se había estado hablando con el amigo o amiga, que durante tiempo se echó de menos. Poco a poco fuimos subiendo la primera planta, para tomar unos refrescos y seguir con los saludos, porque durante el tiempo que estuvimos en la entrada apenas pudimos vernos todos.
Entramos al comedor nos sentamos según los deseos de cada uno, sólo había dos mesas próximas que se habían reservado para los profesores, A. Arenas y el grupo organizador, para estar cerca debido a la distribución de actos que había previstos, aunque no se consiguió del todo, lo bueno es que nadie se molestó y todos estuvimos perfectamente acomodados.
RECUERDO POR LOS AUSENTES Y BRINDIS
Había que seguir con el protocolo, el ruido lógico que producíamos por la alegría que suponía vernos, impedía que pudiera hablar a pesar de tener el micrófono preparado. De pronto mandé callar como si de escolares se tratara, os ruego me perdonéis, la vena de Maestro me traicionó, se que fuisteis comprensivos y tomasteis la frase en tono jocoso - nunca en mi ánimo estuvo el decir o hacer algo que pudiera molestar, todo lo contrario pretendía que hubiera en todo momento armonía y algunas palabras o frases, que pudieran provocar risa -, vuestra compresión y el no dar importancia alguna a lo sucedido me tranquilizaron, pasé a dar la bienvenida, empezando por Profesores, A. Arenas - la persona que nos ha echado una gran mano en la preparación del encuentro - y a todos los que estuvimos allí, que fuimos “los verdaderos protagonistas del deseado 5 de octubre“. Mientras sonaba la música del silencio que Bernardo preparó cuidadosamente, tuvimos un recuerdo para los Profesores fallecido que nos prepararon para la vida, a continuación Visi dio lectura a los nombres de las compañeras que han fallecido y Paco leyó los nombres de los compañeros, uno de ellos tan reciente - nos dejó a mediados de Julio -, que estaba apuntado en la lista para estar entre nosotros.
Durante los brindis, hubo turno de palabra: primero los Profesores, A. Arenas, el grupo organizador y los que quisieron hablar, una vez terminadas la intervenciones, nos dispusimos a ver la película, cuyo contenido era el montaje fotográfico musical, que realizó con gran cariño e ilusión, nuestro apreciado compañero Bernardo, asesorado por A. Arenas, para que tuviéramos un gran recuerdo, disfrutando de todas las fotos, materiales y música de aquellos inolvidables años. Este montaje a juicio del grupo organizador, mereció: “ El primer premio D. Quijote”.
Continuó el día dando rienda suelta a la música, el baile y los saludos que faltaban por dar. A la mayoría el día nos supo a poco, se pasó muy rápido, apenas tuve tiempo para, saludar y abrazar a tanto amigo y amiga - presentes en la celebración de nuestro primer encuentro -, como pretendíamos, pero no pudo ser, porque las horas avanzaron rápidas, con demasiada prisa, y esto hizo, que nos tuviéramos que marchar, los últimos en salir fuimos los tres Antonios, Bernardo y nuestras esposas, quedando en el Hotel sólo los compañeros, compañeras y familiares que iban a pernoctar en el.
Al día siguiente, a pesar de la resaca, estaba deseando ver la prensa, para leer la reseña del evento y la foto del grupo, que son recuerdos, que a mi me gusta enmarcar. Durante todo el día no paré de recibir correos y llamadas telefónicas, con felicitaciones tales como: enhorabuenas, la fiesta fue un excito, es increíble lo que has conseguido, la comida estuvo buenísima, lo pasamos estupendamente…, de todos los parabienes recibidos, sólo hago míos, la parte que me corresponda, por haber tenido la idea, de reunir a los compañeros y compañeras de la E. Normal, el resto es para el equipo organizador y todos los que estuvimos en la celebración, porque hemos hecho posible con nuestra presencia, que ayer fuera un gran día digno de recordar mientras vivamos.
Durante los brindis, hubo turno de palabra: primero los Profesores, A. Arenas, el grupo organizador y los que quisieron hablar, una vez terminadas la intervenciones, nos dispusimos a ver la película, cuyo contenido era el montaje fotográfico musical, que realizó con gran cariño e ilusión, nuestro apreciado compañero Bernardo, asesorado por A. Arenas, para que tuviéramos un gran recuerdo, disfrutando de todas las fotos, materiales y música de aquellos inolvidables años. Este montaje a juicio del grupo organizador, mereció: “ El primer premio D. Quijote”.
Continuó el día dando rienda suelta a la música, el baile y los saludos que faltaban por dar. A la mayoría el día nos supo a poco, se pasó muy rápido, apenas tuve tiempo para, saludar y abrazar a tanto amigo y amiga - presentes en la celebración de nuestro primer encuentro -, como pretendíamos, pero no pudo ser, porque las horas avanzaron rápidas, con demasiada prisa, y esto hizo, que nos tuviéramos que marchar, los últimos en salir fuimos los tres Antonios, Bernardo y nuestras esposas, quedando en el Hotel sólo los compañeros, compañeras y familiares que iban a pernoctar en el.
Al día siguiente, a pesar de la resaca, estaba deseando ver la prensa, para leer la reseña del evento y la foto del grupo, que son recuerdos, que a mi me gusta enmarcar. Durante todo el día no paré de recibir correos y llamadas telefónicas, con felicitaciones tales como: enhorabuenas, la fiesta fue un excito, es increíble lo que has conseguido, la comida estuvo buenísima, lo pasamos estupendamente…, de todos los parabienes recibidos, sólo hago míos, la parte que me corresponda, por haber tenido la idea, de reunir a los compañeros y compañeras de la E. Normal, el resto es para el equipo organizador y todos los que estuvimos en la celebración, porque hemos hecho posible con nuestra presencia, que ayer fuera un gran día digno de recordar mientras vivamos.
Antonio Ruiz Esperidón
Publicado en IDEAL en clase.
Algunas de las imágenes de ese día
Maestros promoción 1965/1968 reunidos | PULSA PARA AMPLIAR
Alumnos de Játar visitando la Alhambra en 1979 | PULSA PARA AMPLIAR