La zona, que triplica su población en la campaña agrícola, es objeto de un plan especial de la Guardia Civil y este mes la Subdelegación ha garantizado un refuerzo mayor de efectivos.
«Está llegando un punto en que la gente está harta y tiene miedo». Es el testimonio de uno de los numerosos vecinos de Zafarraya y Ventas de Zafarraya que en los últimos días ha recurrido a medios de comunicación y redes sociales para manifestar su «preocupación» ante lo que considera un «clima de inseguridad creciente». Está siendo «especialmente acusado» -coinciden muchos- en las últimas semanas, cuando se han producido diversos episodios de delincuencia y vandalismo en estas dos localidades colindantes y situadas en una de las fronteras de la provincia de Granada, junto a la Axarquía malagueña. Es lo que se conoce como el Llano de Zafarraya, una inmensa y rica llanura hortofrutícola que genera muchísimo empleo cada estío y que atrae en estas fechas a numerosa mano de obra migrante.
«Hay los mismos problemas tanto en un pueblo como en otro. Estamos a tres kilómetros y básicamente existe la misma situación», cuenta otra joven, que muestra para avalar sus palabras imágenes de algunos de los «once vehículos que rompieron y robaron hace dos fines de semana», relata. Fue en el municipio Zafarraya que, con algo más de 2.000 habitantes, triplica en estas fechas su población debido a la campaña hortícola; atrae hasta la localidad a numerosa población no residente. Situación idéntica se vive en Ventas de Zafarraya, se quejan otros vecinos de esta localidad, dependiente del Ayuntamiento de Alhama y que, con 1.300 habitantes, roza los 4.000 en verano.
Hay los mismos problemas tanto en un pueblo como en otro. Estamos a tres kilómetros y básicamente existe la misma situación»
Y es que «en verano es cuando hay problemas», reiteran casi todos los testimonios consultados. De hecho, como informó la Guardia Civil en los últimos días en una nota de prensa, entre los meses de junio y septiembre se desarrolla un plan especial de actuación en las localidades con ocasión de la campaña agrícola, «para dar respuesta al aumento de población no residente». Además, la Subdelegación del Gobierno ha confirmado al Ayuntamiento de Zafarraya que va a haber «un plan de choque adicional para este mes de agosto, con más refuerzos de Guardia Civil», confirmaba a este periódico la alcaldesa, Rosana Molina, que reconoce que hay una problemática «que se está atendiendo con todos los recursos posibles al alcance», reitera para tranquilizar a sus vecinos.
El que «no viene a trabajar»
«Con los que vienen todos los años y que están trabajando no hay problema. Pero llevamos varios veranos que vienen otras personas; y no vienen a trabajar sino a otras cosas», critican, para luego enumerar algunos de los actos delictivos que se han vivido últimamente en el pueblo. Entre ellos está la detención en Ventas de Zafarraya de un individuo de 24 años de edad, con antecedentes policiales, como presunto autor de un delito de tenencia ilícita de armas y otro de robo con violencia e intimidación. El detenido por la Guardia Civil amenazó a la víctima con un revólver y le robó 300 euros.
«Hay peleas, incluso entre ellos mismos, y el otro día entraron a un supermercado a robar, se encararon con uno de los dueños y le rompieron el tabique nasal», indica otro lugareño. Según la Benemérita, ha habido varias intervenciones en las últimas fechas. Concretamente también se detuvo en Zafarraya a un hombre que amenazó y agredió con un arma blanca al camarero de un bar para quitarle 50 euros en metálico y un teléfono móvil. También en este pueblo se ha esclarecido un delito leve de lesiones de un hombre hacia una mujer de origen magrebí. Por último, la Guardia Civil detenía en las últimas jornadas a dos individuos como presuntos autores de varios robos en el interior de vehículos estacionados, antes mencionados.
«Hay peleas, incluso entre ellos mismos, y el otro día entraron a un supermercado a robar, se encararon con uno de los dueños y le rompieron el tabique nasal», indica otro lugareño. Según la Benemérita, ha habido varias intervenciones en las últimas fechas. Concretamente también se detuvo en Zafarraya a un hombre que amenazó y agredió con un arma blanca al camarero de un bar para quitarle 50 euros en metálico y un teléfono móvil. También en este pueblo se ha esclarecido un delito leve de lesiones de un hombre hacia una mujer de origen magrebí. Por último, la Guardia Civil detenía en las últimas jornadas a dos individuos como presuntos autores de varios robos en el interior de vehículos estacionados, antes mencionados.
Policías de otros pueblos
Además del Plan Especial puesto en marcha desde la Subdelegación del Gobierno, el Ayuntamiento destina una partida presupuestaria para los operativos de seguridad estivales. «Somos un municipio pequeño pero ampliamos nuestra plantilla con convenios con otros cuerpos de Policía Local -procedentes de pueblos cercanos- para atender las necesidades preventivas que la localidad necesita en este periodo», detalla la alcaldesa de este pueblo, que considera que «también hay bastante presencia de Guardia Civil». «Vienen hasta dispositivos de la USECIC -Unidad de Seguridad Ciudadana de Comandancia-. Es muchísima población la que hay ahora y se está actuando; aunque desde el Ayuntamiento queremos más», apunta Rosana Molina. La intención de la regidora es que, para el verano que viene, haya comisiones de servicio estables de efectivos de Guardia Civil para atender lo mejor posible esta coyuntura veraniega.
«Hay muchos problemas, también de salubridad, porque en algunas viviendas que se alquilan se meten 20»
«Hay muchos problemas, también de salubridad, porque en algunas viviendas que se alquilan se meten 20», comenta otro vecino. «La gente está hablando de hacer algo, de movilizarse, pero aún no hay nada concreto. Hay que poner remedio porque no podemos ni dejar el coche en la puerta de la casa», aseguran otros.
Mano de obra fundamental
Para el alcalde de Ventas de Zafarraya, Victoriano Crespo, «la gente se alarma más de la cuenta, pero es verdad que hay unos pocos dando la lata». Según el primer edil de la localidad, «últimamente no está habiendo muchos problemas en Ventas, pero la cuestión es que haya más presencia de Guardia Civil», afirma.
Todos insisten en que el problema no son los jornaleros que cada verano vienen para trabajar en los ricos huertos del Llano de Zafarraya. «El 80% de los productos que entran en las cooperativas vienen de la mano de obra de personas no residentes», apunta la alcaldesa de Zafarraya, que, como casi todos los testimonios, habla de «personas honradas y trabajadoras» que en muchos casos repiten año tras año y que incluso acaban estableciéndose en los pueblos. «Está habiendo muchas inspecciones de trabajo, pero en los últimos años vienen muchas personas sin regularizar y entre ellos están muchos de los que delinquen», coinciden casi todos los vecinos de estos dos pequeños pueblos.
(Imágenes captadas por damnificados)
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