La comunidad boliviana de Játar ya tiene a su Virgen de Urkupiña



Para ellos es muy venerada y milagrosa y a la que todos le procesan una gran devoción y admiración, siendo la Patrona de Cochabamba.



ENTRONIZACIÓN DE LA VIRGEN DE URCUPIÑA

 En una sociedad en constante cambio como la nuestra. En la que estamos conviviendo de forma inconsciente con una mezcla de culturas y tradiciones. En la que debe primar el respeto, la tolerancia en todas y cada una ellas.

 Los bolivianos residentes en Játar, que normalmente asisten a los actos religiosos, propusieron al párroco, Víctor Valero Mesa, regalar una imagen de una Virgen que para ellos es muy venerada y milagrosa y a la que todos los bolivianos le procesan una gran devoción y admiración para ponerla en la parroquia: La Virgen de Urkupiña.



 Esta imagen de pequeñas dimensiones, pero de un gran valor sentimental, fue acogida y procesionada junto con los santos patrones: la Virgen del Rosario y S. Roque. La tradicional procesión cívico religiosa comenzó a las nueve y media de la noche en la plaza de la parroquia, recorriendo diversas calles del pueblo engalanadas para el evento.

 Posteriormente fue entronizada en una de las capillas de la Iglesia Parroquial, acompañada de Folklórica Salay Bolivia Filial de Granada. (Con danzas tradicionales, recordaron el origen del mestizaje y mostraron su cultura a través del folclore, trajes típicos, danza y canto.)

 A estos actos, celebrados el pasado sábado 18 de agosto, asistieron casi todos los bolivianos que actualmente residen en Játar, emocionados y agradecidos por el acogimiento de esta imagen. Así como vecinos de otros pueblos colindantes.




 
Leyenda de la Virgen de Urkupiña



 A principios de la colonia, (año 1800) en la comarca de Cota (hacia el sudoeste de Quillacollo), vivía una humilde familia de campesinos quienes subsistían gracias a la utilidad de su pequeño un rebaño de ovejas que se encontraban al cuidado de la hija menor.

 La muchacha se dirigía diariamente hacia las bajas colinas del frente de Cota, pasando el río de Sapinku, donde había agua y pasto en abundancia para su rebaño.

 Un día esplendoroso de agosto, se le apareció una Señora quien tenía un hermosísimo niño en sus brazos, sostenía con ella largas conversaciones en el idioma propio y nativo del lugar, el Quechua.

 Mientras la niña gritaba indicando con el dedo, en quechua "Jaqaypiña urqupiña, urqupiña", que en quechua significa "ya está en el cerro"",(urqu=cerro, piña=ya está), de ahí el nombre castellanizado de Urkupiña. La señora al llegar a la cima, desapareció, pero lograron alcanzar ver una imagen celestial que se esfumaba en la maraña de los algarrobales, cactus y ululas.

 Convencidos de la visión el párroco convocó a los pobladores, y junto a otras autoridades acudieron al lugar del prodigio frente a la ranchería de Cota…

 La multitud bulliciosa trasladó la imagen a la capilla de Quillacollo y desde entonces es conocida como la Virgen de Urkupiña, quien es muy venerada por el pueblo boliviano y los relatos de los milagros que se prodigan a sus devotos son extraordinarios.

 En ese lugar, se construyó una capilla a la Virgen, actualmente se ha trasladado la imagen al templo Matriz de Quillacollo hasta donde llegan peregrinos de toda Bolivia y Sud América para venerar a la Virgen María de Urkupiña, patrona de la integración Nacional.