El reloj que nunca atrasa: la “Cabrilla” de Fornes.
Aunque estemos en el tercer milenio los forneños, en especial los mayores, continúan utilizando como reloj uno muy especial. Se trata de una roca de dimensiones considerables, en las proximidades de la Curva del Peñón Rodado, que por su aspecto denominan la “Cabrilla”.
Se da la circunstancia de que a la una de la tarde se inicia la sombra en la cavidad de la izquierda, señal inequívoca para dejar de trabajar y tomar el almuerzo. Durante siglos con este reloj solar que sólo falla los días nublados los forneños de la vega se han organizado perfectamente su jornada laboral. Además con este reloj natural no hay que adelantar ni atrasar la hora.