Quico Chirino, periodista de IDEAL, tras hablar con los dos protagonistas de esta historia publicaba en este diario la siguiente información: La historia hay que entenderla en su contexto. Lugar de los hechos: Fornes, una pedanía que supera en poco los 600 vecinos. Donde todos son de alguna manera medio familia. Donde, como en los pueblos pequeños, las relaciones son intensas.
Imagen superior: Lugar en el que sucedieron los hechos denunciados.
Por un lado el alcalde, Salustiano Pérez. De otro un vecino, Francisco Montoza. Se conocen desde siempre. Son las once de la noche del 2 de junio, en un bar del pueblo: «Salustiano dijo que tenía que enganchar a Francisco y que le quedaban dos días. A continuación, conduciendo su coche, hizo un amago acelerando y frenando cerca de Francisco, asustando a éste». Es el sucinto pero concreto párrafo de hechos probados de una sentencia por un juicio de faltas, fechada el 9 de junio de 2009.
Las «maniobras bruscas con el coche» provocaron en Francisco «miedo e intimidación», una versión que fue corroborada en el juicio por varios testigos. A la mañana siguiente de los hechos, Francisco presentó una denuncia ante la Guardia Civil. «Escuchó como el denunciado decía dentro del bar 'lo tengo que matar', sin sentirse aludido por estas palabras. Pero al salir y dirigirse hacia su vehículo el denunciado ya se encontraba fuera del local y dentro de un coche de la Junta de Andalucía», recoge la denuncia.
La sentencia condena al alcalde de Fornes como autor de una falta de amenazas a 15 días de multa, a razón de 20 euros diarios. Salustiano -que no justifica su actuación- no ha recurrido ante la Audiencia Provincial para que «se acabe ya» un episodio que le tiene afectado. «Nunca he tenido problemas, es la primera vez. Nadie me ha denunciado nunca ni yo lo he hecho, aunque tuviera motivos», expresa el alcalde.
Las diferencias
¿Por qué se complicó la historia? Francisco asegura que aquella noche «no habló nada» con Salustiano. «Estaba con el coche oficial del Ayuntamiento. El dueño del bar lo echó a la calle. Salí y estaba parado con las luces largas y se lanzó sobre mí para pillarme», recuerda el denunciante. Una versión casi calcada a la asumida por el juez. Admite que hay diferencias que vienen de lejos y que ya denunció una vez por un nogal que le arrancaron.
El día del Barcelona
Salustiano niega que se abalanzara con el coche sobre el vecino: «Son calles estrechas. Yo me subo en el coche y tengo que hacer maniobras». El alcalde perdió los nervios: «Va faltando por todos sitios. Las cosas se ponen de una manera que no se puede aguantar uno. El día que jugo el Barcelona -por la final de la Champions- salió Zapatero en el parco y empezó a insultar a los socialistas», comenta el regidor, que pertenece a este partido.
También apunta como posible motivo de las diferencias que no le compra nada en su supermercado. «Me intentó denunciar pero no pudo», se refiere Salustiano al mencionado incidente del nogal.
Al hablar con los dos es evidente que las diferencias vienen de lejos. Que aquel día la relación se pasó de revoluciones. Y que el juez considera que lo sucedido es una falta de amenazas.
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